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Un candidato prorruso y antisemita vence por sorpresa en la primera vuelta de las presidenciales de Rumania

Calin Georgescu, muy crítico con la UE, la OTAN y el apoyo a Ucrania, disputará la segunda ronda el próximo 8 de diciembre contra la periodista de centroderecha Elena Lasconi

El candidato presidencial Calin Georgescu (derecha) llega a un debate televisado en Bucarest, el 13 de noviembre de 2024.Foto: Octav Ganea (Inquam Photos/REUTERS) | Vídeo: EPV

Rumania vivió el domingo un terremoto político que nadie vio venir. Calin Georgescu, de 62 años, un candidato independiente prorruso, con prominentes proclamas antisemitas y antioccidentales, resultó vencedor en la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 23,94% de los votos —más de 2.117.000 papeletas—, con el 99,5% de los votos escrutados. Pero lograr la jefatura de Estado no será una tarea fácil para este simpatizante de los legionarios rumanos aliados a los nazis del periodo de entreguerras. Se enfrentará el próximo 8 de diciembre en la segunda ronda a Elena Lasconi, de 52 años, periodista y alcaldesa de centroderecha.

Lasconi logró arrebatar en la mañana del lunes la segunda posición al favorito de las encuestas, Marcel Ciolacu, candidato socialdemócrata y primer ministro. Será la primera vez en 35 años que el Partido Socialdemócrata no dispute la segunda vuelta de unas presidenciales. Tras conocer el resultado, Ciolacu anunció su dimisión como presidente de su partido. “La dimisión es un acto unilateral”, ha señalado Ciolacu, que ha añadido que permanecerá en el Gobierno de coalición con el Partido Nacional Liberal —otra formación que sufrió un duro varapalo electoral— hasta que se forme una nueva mayoría parlamentaria, después de las legislativas del próximo domingo.

Georgescu envío en la tarde del lunes un mensaje con alusiones bíblicas, retransmitido en su perfil de Facebook y su canal de Youtube a los más de 2,1 millones de personas que lo votaron. “El pueblo rumano que ha estado en la oscuridad durante tanto tiempo ha visto la gran luz a través del poder de la conciencia, porque Dios está con nosotros”, aseguró. Y aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje a la clase política de su país: “Lo peor es que ofendieron al pueblo rumano durante 35 años y lo siguen ofendiendo hoy, cuando dicen que no entienden lo que pasó”.

Lasconi, alcaldesa de Campulung, una ciudad de 27.000 habitantes situada a 150 kilómetros de Bucarest, obtuvo el segundo puesto, con el 19,7% de los votos. Hasta primera hora de la mañana del lunes los resultados parciales otorgaban ese lugar a Ciolacu, que con el 19,5% de los sufragios se quedó tan solo a dos décimas porcentuales.

Exultante, la conservadora alertó de que la democracia del país está en peligro “como pocos creían”. “Nos encontramos en una confrontación histórica entre el pasado y el futuro, entre la preservación de la joven democracia rumana y el putinismo, entre el amor a la patria y aquellos que quieren devolver a Rumania a la zona de influencia de Rusia”, insistió la política en rueda de prensa. “Es un admirador abierto de Vladímir Putin, está abiertamente en contra de la OTAN y la UE [...]. Quiere destruir todo lo que sustenta nuestra prosperidad. Sin la OTAN estamos a merced de Rusia”, sostuvo.

Las opciones de que Georgescu alcance el poder aumentaron después de que George Simion, líder del partido ultra Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), y Diana Sosoaca, eurodiputada y dirigente de la formación extremista S.O.S Rumania, mostraran su apoyo al candidato. El primero obtuvo más de 1,2 millones de votos, mientras que la segunda no se pudo presentar tras ver cómo el Tribunal Supremo invalidaba su candidatura, a la que las encuestas, ya poco creíbles, auguraban un resultado de cientos de miles de papeletas. Para evitar la victoria de Georgescu, Lasconi necesitará el apoyo de liberales y socialdemócratas, así como del otro candidato independiente.

Si el próximo 8 de diciembre Georgescu vence, su elección podría socavar el papel estratégico de Rumania, que cuenta con la mayor base de tropas de la OTAN en el flanco sureste de Europa, con 5.000 soldados. Como jefe de Estado, acudiría a todas las cumbres comunitarias e internacionales. Además de dirigir la política exterior, el presidente en Rumania vela por la seguridad nacional y nombra a los jefes de los fiscales clave y los servicios de inteligencia, criticados por no haber alertado de la irrupción del aspirante extremista en estos comicios.

Bucarest es uno de los principales aliados de Ucrania en ayuda militar y humanitaria, así como de Moldavia, un pequeño país vecino que aprobó por estrechísimo margen en octubre el referéndum que sella en la Constitución su camino hacia la adhesión a la Unión Europea, pese a los numerosos escollos puestos por Rusia. Una enemistad con sus países vecinos debilitaría la seguridad del mar Negro y de la parte oriental ante cualquier intento de desestabilización por parte de Moscú.

Valentin Naumescu, profesor de relaciones internacionales, explicó en la cadena de televisión Digi24 que la clave del éxito de Georgescu combina al menos dos factores: “Por un lado, una parte importante del electorado quiere un candidato extremista, radical, soberanista y antioccidental; desea un voto de venganza, de protesta, por parte de gente que se rebela con rabia hacia el sistema. Por otro lado, se explica por la intensa campaña en TikTok”.

Los votantes del sexto Estado más poblado de la Unión Europea —unos 19 millones de habitantes— han virado en los últimos años hacia formaciones nacionalistas, como nunca antes había ocurrido desde la caída del comunismo hace casi 35 años. La conmoción en la clase política del país fue tal que el presidente saliente, el liberal de centroderecha Klaus Iohannis, se ha visto obligado a emitir un comunicado para confirmar que no había recibido ninguna información de los servicios secretos del país sobre los riesgos de influencia externa en las elecciones, ni sobre cómo Georgescu promovió su candidatura en las redes sociales.

Georgescu, fervientemente religioso y nacionalista que calificó el resultado de “un asombroso despertar” del pueblo rumano, llevó a cabo una intensa campaña en la red social TikTok, pidiendo a Rumania que redujera las importaciones, apoyara a los agricultores y aumentara la producción nacional de alimentos y energía.

Elogios a Putin y Orbán

El candidato prorruso argumenta que la UE y la OTAN no representan adecuadamente los intereses rumanos y afirmó que la guerra de Rusia en Ucrania, país con el que comparte 650 kilómetros de frontera terrestre, está manipulada por empresas militares estadounidenses. Ha elogiado la cultura rusa y ha descrito a Putin como “un hombre que ama a su país”. También admira al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, porque asegura que sabe negociar en el plano internacional.

Las agencias de prensa rusas estatales celebraron el resultado de Georgescu. TASS destacó de él que “se muestra reservado sobre la pertenencia de Rumania a la OTAN y ha presionado de manera prudente por la normalización [de relaciones] con Rusia”, mientras que Ria Novosti, otra agencia rusa, indicó que se trata de un candidato alineado con Moscú.

Nada más conocerse los sondeos a pie de urna que le daban en ese momento como tercero, Georgescu declaró: “Es un despertar de conciencia sorprendente”. El candidato prorruso recalcó más tarde: “El pueblo rumano, cuando esté solo, ganará”. Georgescu tiene un discurso antieuropeo y nacionalista en el que rechaza la presencia en el país de empresas extranjeras que exploten los recursos rumanos, un mensaje que recuerda a los que difundía el dictador comunista Nicolae Ceausescu.

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