La UE pide tiempo a Trump para negociar antes de entrar en una guerra comercial
El responsable comercial europeo, Maros Sefcovic, se reúne en Washington con sus homólogos estadounidenses sin acuerdo siquiera sobre las cifras ni los conceptos
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
Las amenazas arancelarias lanzadas por Donald Trump han puesto en marcha la cuenta atrás para una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea. Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión Europea con competencias en la materia, ha pedido a sus homólogos estadounidenses en Washington parar el reloj para dar tiempo a las negociaciones y “evitar el dolor” de aranceles y represalias, según explicó este jueves en una rueda de prensa. De hecho, Bruselas plantea la alternativa de bajar gravámenes por ambas partes, en lugar de emprender una escalada proteccionista.
Trump ha amenazado con aranceles de represalia a los países europeos para abril. Una de las principales demandas europeas es más tiempo para negociar antes de entrar en una guerra comercial. “Nuestra prioridad número uno es evitar ese periodo de dolor”, dijo Sefcovic. “Normalmente, lo que pasa es que se toman medidas [proteccionistas], se toman contramedidas [de represalia] y luego, muy a menudo, las mismas personas tienen que sentarse en la misma mesa y resolver el problema. Así que ya estoy aquí, ya estoy en la mesa. Vamos a discutir todos estos temas. Ese es mi mensaje”, explicó el comisario europeo.
El diálogo entre las partes no ha hecho más que empezar, pero de momento no hay acuerdo ni sobre las cifras ni sobre los conceptos. Estados Unidos estima el déficit comercial con la Unión Europea en 235.571 millones de dólares de 2024, según datos del Departamento de Comercio referidos al intercambio de bienes. Bruselas sitúa su cálculo en los 150.000 millones, que bajan a solo unos 50.000 millones al tomar en cuenta el superávit estadounidense en la balanza de servicios. “Una gota en el océano”, según Sefcovic, que se reunió unas cuatro horas con el secretario de Comercio de EE UU, Howard Lutnick; el representante comercial, Jameson Greer, y el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hasset.
Trump ha usado algunos aranceles concretos para presentar una imagen distorsionada del comercio bilateral. Según la Comisión Europea, el arancel medio de la UE sobre los productos estadounidenses es del 0,9%, mientras que las exportaciones de la UE a Estados Unidos se enfrentan a un gravamen medio del 1,4%. El presidente de EE UU presenta como prueba del agravio que la UE tiene un arancel más alto para los automóviles (el 10%, frente al 2,5%), pero olvidando que su país tiene uno mucho mayor para los camiones y camionetas (pickups), del 25%, frente al 10% europeo. Según Bruselas, los productos agroalimentarios estadounidenses se enfrentan a un arancel del 3,5% al entrar en la UE, mientras que los de la UE están sujetos al 5,7% en Estados Unidos.
El comisario ha señalado que está dispuesto a trabajar para que las dos partes rebajen esas cargas. Trump ha dicho equivocadamente en varias ocasiones a lo largo de la última semana que la UE había rebajado ya los aranceles a los coches al 2,5% en respuesta a sus amenazas. La UE está dispuesta a revisar su parte, pero con contrapartidas del otro lado. “Estaríamos dispuestos a estudiar cómo podemos reducir los aranceles de todos los productos industriales”, dijo Sefcovic en su rueda de prensa. Al tiempo, el presidente republicano ha incluido entre sus amenazas un arancel del 25% a los coches importados de cualquier país del mundo.

El representante europeo señaló que sus homólogos estadounidenses insisten en la reciprocidad, pero ese concepto se interpreta de diferente manera. Sefcovic reconoce que no ha logrado convencer aún a su contraparte de que el impuesto sobre el valor añadido (IVA) no es una figura proteccionista. Les ha intentado explicar que no es discriminatorio y que no lo pagan las empresas, pero Estados Unidos insiste en su caracterización.
Aunque el objetivo es ganar tiempo y negociar un acuerdo, el representante europeo también insistió en que Europa responderá “con firmeza y proporcionalidad” si fuera necesario. Sefcovic se mostró optimista con la posibilidad de “generar un momento positivo” a partir de la primera reunión para moverse “rápido”. “Realmente me gustaría evitar el dolor de las medidas y contramedidas, porque soy un firme creyente, y he hecho bastantes de este tipo de negociaciones, de que cada acuerdo es mejor que la tensión, las medidas y las contramedidas”, dijo.
Posibles represalias
La víspera, en una conferencia en el American Enterprise Institute, Sefcovic dejó caer algunas de las defensas que tiene la UE frente a políticas proteccionistas. “A medida que ampliamos nuestra red comercial, también invertimos una cantidad considerable de reflexión, tiempo y esfuerzo en reforzar nuestros instrumentos de defensa comercial y mejorar nuestra caja de herramientas para la seguridad económica”, dijo en ese acto.
Citó expresamente el instrumento de lucha contra la coacción económica de terceros para proteger a la UE. “La gama de contramedidas es amplia y puede desplegarse rápidamente, incluyendo restricciones a la importación y exportación, limitaciones al acceso al mercado de la UE, y más”, dijo. “También estamos revisando nuestra normativa de control de la inversión extranjera directa para ayudarnos a hacer frente a los riesgos para la seguridad y el orden público de la UE”, añadió, entre otras medidas.
Uno de los retratos más destacados que tiene colgados Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca es el de su antecesor Ronald Reagan. El comisario europeo intentó apelar al expresidente republicano el miércoles en su discurso, recordando que en su momento decía: “Estamos en el mismo barco con nuestros socios comerciales. Si un socio hace un agujero en el barco, ¿tiene sentido que el otro haga otro agujero en el barco? [...] Deberíamos trabajar juntos para taparlos”. Y volvió a citarle una segunda vez: “El comercio no es una guerra; es una alianza económica que beneficia a ambos países [...] y los socios comerciales pacíficos son aliados, no enemigos”. Pero Donald Trump no es Ronald Reagan.
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