El ministro de Exteriores de Brasil: “El acuerdo de Mercosur con la UE es importantísimo en un momento de amenazas de guerras comerciales”

Mauro Vieira (Río de Janeiro, 73 años) asumió la cartera de Exteriores de Brasil en 2023 con el encargo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de regresar a los foros internacionales y al diálogo con todos. Como si llevara dos años en esa tarea sin cesar, llega sofocado a la Embajada brasileña en Madrid y descorre la cortina de un ventanal. “Me gusta ver”, dice. Su visita relámpago a España, antes de tomar un vuelo a Sudáfrica para asistir a la reunión del G-20 de ministros de Exteriores, ha fructificado en un acuerdo para elevar la Comisión Bilateral Permanente entre ambos países a nivel de jefes de Gobierno. “Estoy muy contento. España es el segundo inversor en Brasil. Elevar la Comisión dará impulso a las relaciones bilaterales tradicionales”, asegura.

Pese a que la agenda internacional está muy marcada por la política exterior de Estados Unidos, evita nombrar a Donald Trump o emitir cualquier tipo de crítica a su Administración. También hace gala de prudencia al hablar del presidente argentino, Javier Milei, en las antípodas ideológicas del Gobierno de Lula, o de Nicolás Maduro, quien se negó a entregar las actas electorales de las últimas elecciones en Venezuela, en las que Brasil era país observador. Como experimentado diplomático, sortea la polémica y convierte una pregunta sobre el momento de caída de popularidad del Gobierno en una oportunidad para ensalzar su gestión: “La economía va muy bien, con muy baja inflación, bajo desempleo”.

Pregunta. Con la extrema derecha en ascenso, ¿los países progresistas y moderados han de unirse para hacer frente?

Respuesta. Los gobiernos progresistas en España y Brasil reflejan la elección de sus pueblos, la preferencia por gabinetes que tengan una preocupación social, que piensen en los que están en una situación económica distinta, en la inclusión, en el desarrollo sostenible. Creo que podemos y debemos defender estos valores.

P. Como diplomático defensor del multilateralismo, ¿cómo evalúa la política exterior que está desplegando Donald Trump?

R. Brasil siempre defendió el diálogo, la concertación política, la diplomacia y el multilateralismo, que es la mejor arma, y no las militares. Pero abogamos por una reforma de la gobernanza global. Hace muchísima falta reformar el Consejo de Seguridad para una mayor representatividad. No es posible que 80 años después de la fundación de Naciones Unidas tengamos la misma estructura. El llamado Sur Global tiene que estar presente y tener más voz.

P. En caso de reforma, ¿aspira Brasil a sentarse en la mesa del Consejo de Seguridad?

R. Somos candidatos naturales por nuestro tamaño, economía, población y por nuestra actuación en el sistema multilateral, somos miembro fundador de Naciones Unidas. Y no solamente Brasil, sino también otros países del sur. Hay que tener una representatividad más amplia. No puede ser que esté todo concentrado en cinco países, que tienen el derecho de veto, y que no estén representadas Latinoamérica o África ―con 54 países independientes―, o la India, el más grande del mundo en términos de población.

P. Mercosur, en un contexto de guerra arancelaria, ¿corre peligro o sirve de escudo?

R. Mercosur es una gran protección porque entre los cuatro países [Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay] tenemos libre circulación, con aranceles acordados. El cierre de las negociaciones con la Unión Europea para un acuerdo de libre comercio es una señal importantísima, un instrumento de gran valor en este momento que tenemos amenazas de guerras comerciales. El de Mercosur con la Unión Europea es el más importante acuerdo comercial entre dos bloques; y genera un bloque nuevo de 720 millones de habitantes y 22 billones [de dólares] de PIB. Llegar a reglas comunes que establezcan los criterios y las condiciones del comercio, y disponer de un espacio para la solución de controversias, es fundamental. Este es un instrumento para el desarrollo, el crecimiento y la paz. Es un ejemplo para todo el mundo.

P. ¿Cree que Milei puede dificultar el funcionamiento de Mercosur y la alianza con la UE?

R. No creo que ningún país tenga interés en perjudicar este acuerdo porque es importante para las economías de los dos lados.

P. Brasil fue uno de los países que intentó que Maduro enseñase las actas tras las elecciones en Venezuela, sin éxito. ¿Considera que es un autócrata?

R. Estuvimos como observadores en las elecciones, por eso esperábamos las actas; pero tenemos que seguir conversando. No creo que cualquier tipo de conflicto ayude a mejorar la relación entre los Estados. Las relaciones con Venezuela son muy importantes, compartimos 2.200 kilómetros de frontera en la región amazónica; y hay 630.000 venezolanos que viven en Brasil y unos 20.000 brasileños que viven en Venezuela. Tenemos que seguir los contactos y las relaciones para que nuestros ciudadanos estén bien en el país vecino.

P. ¿Cuáles son sus prioridades para la presidencia brasileña de los BRICS en 2025?

R. Vamos a poner gran énfasis en la cooperación en el área de educación y, sobre todo, la salud. Y vamos a seguir incorporando nuevos miembros. Ahora tenemos los 10 miembros plenos y los países invitados, que son nueve; pero el crecimiento del grupo demanda un poquito de tiempo. Todo esto empezó con cinco países, con un formato muy informal, sin secretarías. Y de repente tener como 20, requiere de alguna estructura.

P. Los BRICS están en el punto de mira de Trump. De momento Brasil sale indemne, pero ¿tienen planes de contingencia?

R. No estamos preocupados con eso. Tenemos que esperar. No se puede especular sobre la nada. No hay nada que decir sobre esto.

P. ¿Quieren que Putin asista a la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro el próximo julio?

R. Si quiere, puede venir con mucho gusto. ¿Por qué no? Todos los jefes de Estado de los miembros son bienvenidos.

P. Brasil acogerá la COP30 este año en un contexto en el que el medio ambiente está relegado del debate internacional. ¿Teme que la cita quede opacada por otros temas?

R. No. Cada año la COP es más importante porque trata un tema que no se puede negar: el cambio climático. Si no actuamos rápidamente, no va a haber forma de recuperar el medio ambiente y las generaciones futuras van a sufrir muchísimo. El futuro del planeta está en riesgo. Estamos conversando con las distintas geometrías políticas, desde los BRICS a los países amazónicos, con Mercosur, la Unión Europea y los grupos de Naciones Unidas. Tenemos esperanza en lograr avances importantes.

P. ¿Cuáles?

R. La financiación es importantísima. Había una propuesta desde la COP15 de 100.000 millones de dólares al año de los países desarrollados para financiar acciones de adaptación y mitigación. No llegaron. Tenemos ahora otro objetivo, que salió de Bakú: llegar a 1,3 billones de dólares. Los países desarrollados tuvieron mucha más libertad para promover su desarrollo y ahora los países en desarrollo necesitan de plata para poder crecer sin perjudicar el medio ambiente.

P. ¿Es compatible la intención de explorar la cuenca amazónica en busca de petróleo y la protección de la Amazonía?

R. Perfectamente. La empresa de petróleo de Brasil, Petrobras, tiene muchos proyectos de preservación y éxitos en su exploración. Nunca tuvimos problemas de derrames. No hay ningún tipo de incompatibilidad mientras se haga todo con las técnicas modernas que hay y con cuidado para evitar daños al medio ambiente.

P. ¿Cómo valora el momento de baja popularidad de su Gobierno?

R. Lula es el único brasileño que llegó por vías democráticas tres veces a la presidencia. El Gobierno está en excelente posición: la economía va muy bien, con muy baja inflación, bajo desempleo, crecimiento por encima del de muchísimos países del mundo, con un 3,5%. Estoy seguro de que todo está bien, es una cuestión de momento, de distintas formas de examinar y de encuestas de la oposición.