La UE advierte a Trump de que el aumento de aranceles derivará en represalias “firmes y proporcionadas”
La presidenta de la Comisión Europea y el vicepresidente estadounidense se reúnen en París, en medio de los temores a una guerra comercial entre los dos aliados
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La orden de Donald Trump de imponer aranceles de un 25% al acero y el aluminio que se importan a Estados Unidos, que afecta directamente a la Unión Europea, ya es oficial. Y entrará en vigor el 12 de marzo. En medio de la incertidumbre sobre las contramedidas europeas y el grado de la guerra comercial al que pueden llegar, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha advertido a Washington de que los gravámenes “injustificados” darán lugar a represalias “firmes y proporcionadas”. “La UE salvaguardará sus intereses económicos”, ha advertido la política conservadora en un breve comunicado, en el que dice que lamenta “profundamente” la iniciativa de Trump.
El gravamen a los dos metales es el primer golpe de la nueva Administración estadounidense a los intereses del club comunitario: los países europeos juntos representan el 15% de todo el acero que importa EE UU y los gravámenes afectan especialmente a Alemania, la primera economía de la UE.
El mensaje de Von der Leyen —pragmático y en línea con la postura de los últimos días de esperar, ver y después reaccionar— llega poco antes de su reunión, este martes, con el vicepresidente de EE UU, J. D. Vance, en París, donde ambos participan en la cumbre sobre Inteligencia Artificial. Es el primer contacto de la jefa del Ejecutivo comunitario, que tenía gran sintonía con la Administración del demócrata Joe Biden, con el equipo de Trump. En esa cita, la alemana intentará convencer a Vance, y por extensión a Trump, de que la balanza comercial entre EE UU y la UE no es tan negativa como asegura Washington. También tratará de explicarle que, aunque el país norteamericano importa muchos más bienes de la UE que a la inversa, el bloque europeo importa y consume muchos más servicios estadounidenses que al contrario. De hecho, las cifras de balanza comercial que manejan ambas partes es llamativamente distinta.
Como aperitivo, el vicepresidente estadounidense ya ha lanzado este martes, en la cumbre sobre la IA, un aviso a la UE sobre su regulación tecnológica. La normativa europea tiene bajo investigación a varios gigantes tecnológicos estadounidenses, entre ellos a X (antes Twitter) y su dueño, Elon Musk, el tecno-oligarca miembro del equipo de Trump, para determinar si su algoritmo favorece sus comentarios y otros discursos. Washington cree que la legislación europea es demasiado estricta y no deja lugar a la innovación. En Bruselas, algunas fuentes temen que Trump ponga la variable de blindar sus tecnológicas ante las investigaciones europeas en la mesa de negociación con la UE para evitar una guerra comercial.
Aranceles “ilegales”, según Bruselas
Pero Bruselas aún está analizando el efecto de la imposición de aranceles de uno de sus principales aliados, y busca explorar con Washington fórmulas para evitar la escalada comercial. El Ejecutivo comunitario insiste en que los aranceles impuestos son ilegales, según las reglas de la Organización Mundial del Comercio y ha convocado una reunión de ministros encargados de Comercio para este miércoles.
La UE podría reaccionar rápidamente, por ejemplo, restaurando los aranceles a algunos productos estadounidenses, como el bourbon o las motos Harley-Davidson, cosa que ya hizo en respuesta a los gravámenes al acero y aluminio impuestos por Trump durante su primer mandato, en 2018. Esos aranceles se suspendieron tras la llegada de su sucesor, Joe Biden, con el acuerdo para no gravar cuotas europeas de acero y aluminio. La rescisión de ese acuerdo supondría la implantación por parte de Bruselas de aranceles de hasta el 50% en algunos casos sobre importaciones de unos 4.800 millones de euros. El acuerdo expira a finales de marzo.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, se ha apresurado a apoyar a Von der Leyen. “La UE permanece unida para defender los intereses de sus empresas, trabajadores y ciudadanos”, ha dicho en las redes sociales. Otros líderes, como el español Pedro Sánchez, han seguido la misma senda.
Bruselas asegura que dará una respuesta “proporcionada”, lo que puede hacer pensar que responderá únicamente con represalias comerciales y no desplegará (al menos en un primer momento) toda su artillería. La UE podría recurrir a otras fórmulas, como el reglamento anti-coerción, que incluye medidas para cerrar el mercado europeo a ciertos bienes o servicios. Incluso, podría impedir que empresas de otro país concursen en licitaciones públicas o participen en proyectos financiados con el presupuesto comunitario. Este reglamento es un arma de seguridad económica que entró en vigor en 2023 y que estaba pensada más bien para China o Rusia, pero que ahora también podría aplicarse a Estados Unidos. Algunas voces reclaman que el mecanismo anti-coerción se emplee contra el potente sector tecnológico estadounidense, que además ha apoyado mayoritariamente a Trump.
La Comisión Europea cree que todavía tiene margen para negociar y evitar la guerra comercial o, al menos, que se quede en una escaramuza. “Seguimos comprometidos con el diálogo constructivo”, ha dicho este martes en el Parlamento Europeo el comisario encargado de Comercio, Maros Sefcovic. “Estamos preparados para las negociaciones y para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas en la medida de lo posible. Hay mucho en juego para ambas partes”, ha remarcado el responsable europeo, que ha insistido en que la imposición de los aranceles no tiene justificación y además es “económicamente contraproducente”.
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