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Francia lidera el intento de Europa de hacerse hueco en la inteligencia artificial frente al dominio de EE UU y China

París acoge una cumbre tecnológica con los principales actores del sector y representantes políticos como el vicepresidente de EE UU y el primer ministro indio

Emmanuel Macron
El presidente francés, Emmanuel Macron (de pie, a la derecha) y, a su lado, el presidente emiratí, el jeque Mohamed Bin Zayed, asisten a la firma de un acuerdo sobre inteligencia artificial, sellado por el ministro francés de Exteriores, Jean-Noel Barrot, y el director ejecutivo de Mubadala Investment Company, Khaldoon Al Mubarak, el pasado jueves en París.LUDOVIC MARIN (via REUTERS)
Daniel Verdú

El 30 de noviembre de 2022, internet asistió a la impetuosa irrupción de ChatGPT, un programa inteligente creado por la empresa OpenAI que puede chatear con interlocutores humanos como si él también lo fuera. En realidad no era todo nuevo. Pero fue el momento en el que el mundo tomó conciencia de la relevancia de lo que estaba sucediendo y entendió, como lo había hecho en los años que siguieron al nacimiento de internet, que nada volvería a ser igual. Poco más de dos años después, hay pocos elementos de la geopolítica, la economía y el desarrollo industrial que no se entrelacen con la evolución de la inteligencia artificial, impulsada desde dos polos opuestos: China y EE UU. Este lunes, París acoge una cumbre política y empresarial con la que Francia se empeña en demostrar que existe espacio para una tercera vía, la europea, y que el viejo continente no llega otra vez tarde a uno de esos momentos que cambian el rumbo de la historia.

En París se darán cita varios jefes de Estado y los principales actores tecnológicos del sector, como el propio Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, la empresa que desarrolla ChatGPT. El Gobierno francés pretende lanzar el mensaje de que otra inteligencia artificial —más ética, más democrática— es posible. Pero el objetivo del encuentro, dirigido directamente por el Elíseo y que se desarrollará entre hoy y mañana, es ante todo diplomático. Atrapado entre el poder económico de los estadounidenses —que han anunciado un plan de 500.000 millones de dólares para desarrollar sus infraestructuras de IA en torno a los líderes locales del sector— y el avance de la IA generativa china DeepSeek, París busca provocar un despertar europeo. La idea es asegurarse de que ni Francia ni Europa se queden fuera de esta revolución y hacer emerger un enfoque alternativo, más abierto, que pueda beneficiar a todos los actores globales, en particular a los países en desarrollo.

El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha convertido la cumbre en otro de sus grandes escaparates internacionales (el último, el pasado diciembre, fue la inauguración de la catedral de Notre Dame tras su reconstrucción). Entre los líderes ya confirmados están el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance; el primer ministro indio, Narendra Modi (que copreside el evento); el vice primer ministro de China, Zhang Guoqing; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el jefe del Gobierno alemán, Olaf Scholz. También acudirá el representante permanente de España ante la ONU, Héctor Gómez. El dueño de la red social X y la empresa Tesla, Elon Musk, aún no ha confirmado su asistencia, al igual que Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek. “Musk funciona así, como hizo en Notre Dame: aparece de repente”, explica una fuente del Elíseo.

La gran pregunta, en todas las reuniones informales que el Elíseo ha organizado con periodistas estos últimos días, ha sido si todavía es posible encontrar un hueco entre las dos grandes potencias —EE UU y China— que se disputan el liderazgo en los avances tecnológicos. Especialmente teniendo en cuenta las trabas que la UE pone al sector, según consideran algunos empresarios. La cumbre, de hecho, se celebra justo cuando las primeras disposiciones del reglamento sobre inteligencia artificial (AI Act) han comenzado a aplicarse: arrancaron el 2 de febrero. “Hay una narrativa que llega de EE UU y dice lo contrario. Pero el mensaje que ahora llega desde China, y que lanzaremos, es que la carrera está empezando. Y un actor como el francés y el europeo tienen mucho recorrido. La gran diferencia respecto a las redes sociales es que Europa tiene actores presentes en la competición”, defienden fuentes del Elíseo.

Uno de los objetivos del encuentro será reforzar la “asociación global sobre la IA”, un foro de diálogo internacional lanzado en 2020 cuyo propósito es establecer una base de estándares comunes para promover una gobernanza mundial de la inteligencia artificial. Esta entidad tendrá su sede en París, en la OCDE, y reunirá a investigadores y científicos de unos 60 países. Francia, según afirma el Elíseo, también espera construir una coalición internacional en torno a la idea de desarrollar una IA sostenible y respetuosa con los derechos de los trabajadores, asegurando que la tecnología no sea impuesta ni sufrida, sino que represente una oportunidad al servicio de la sociedad. “Una inteligencia artificial que preserve la democracia, la veracidad de la información, que respete los puestos de trabajo. Vamos a demostrar en la cumbre que somos muchos los que pensamos que se puede crear una IA ética y que puede ser una bandera de Europa, con grandes socios mundiales”, insisten las mismas fuentes.

También está previsto que Macron, que el domingo por la noche concedió una entrevista a France 2 para anunciar inversiones extranjeras en la materia de más de 100.000 millones de euros en los próximos años, desvele también el martes la creación de una “Fundación para la IA”, con un presupuesto de 2.500 millones de euros. La idea es permitir a los socios internacionales desarrollar su propio modelo con independencia estratégica, proporcionándoles elementos clave para el entrenamiento de la inteligencia artificial, como bases de datos, capacidad de cálculo o ingenieros. Francia se encuentra bien posicionada. Sam Altman, consejero delegado de la empresa OpenAI, que desarrolla ChatGPT, consideraba este sábado en Le Monde que el país “es uno de los líderes mundiales en esta tecnología”, y elogió “una estrategia que otros países europeos deberían seguir”.

Un fondo emiratí, de hecho, invertirá entre 30.000 y 50.000 millones de euros para construir un campus y un gran centro de procesamiento de datos relacionado con la inteligencia artificial en Francia, según anunció el pasado jueves el Elíseo. El Gobierno francés adelantó esa inversión emiratí tras una cena entre Macron y el jefe de Estado de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed Bin Zayed. Ese campus, cuya ubicación precisa aún debe decidirse, será desarrollado por el fondo de inversiones MGX, respaldado por Emiratos Árabes Unidos.

El fondo canadiense Brookfield invertirá asimismo 20.000 millones de euros en Francia, de aquí a 2030, para permitir el desarrollo de centros de datos, según informó el sábado la agencia France-Presse citando una fuente cercana al caso. Y la estadounidense OpenAI anunció igualmente que permitirá que empresas e instituciones educativas europeas almacenen sus datos en territorio europeo.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
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