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Trump se apunta sus primeras victorias con su agresiva diplomacia del chantaje

El presidente de EE UU ha logrado concesiones de México, Canadá, Colombia y Panamá con sus amenazas

Trump firma varios documentos en presencia del secretario de Comercio Howard Lutnick, el magnate Rupert Murdoch y el presidente y director de tecnología de Oracle Corporation, Larry Ellison, este lunes en la Casa Blanca.Foto: EVAN VUCCI (AP) | Vídeo: EPV (REUTERS)
Miguel Jiménez

La imprevisibilidad de Donald Trump se ha convertido en una de sus armas diplomáticas. Para que una amenaza sea eficaz, debe resultar creíble y con el presidente de Estados Unidos, casi todas lo son. Ya en su primer mandato, Trump esgrimió aranceles que nunca se aplicaron, pero esta vez ha llevado casi hasta el límite esa agresiva diplomacia del chantaje. Con la política comercial y otras amenazas, ha logrado en dos semanas en el cargo concesiones de México, Canadá, Colombia y Panamá, aun al precio de generar incertidumbre en las empresas y sacudidas en los mercados. Trump también se cuelga la medalla del alto el fuego en Gaza. Pese a las dudas que suscita esa política, los republicanos exhiben sus conquistas. “A este ritmo de logros, no solo debería el presidente Donald Trump estar en el Monte Rushmore, ¡quiero ocuparme personalmente del cincel!”, tuiteó su aliado Elon Musk este lunes.

En realidad, las efigies a gran escala de George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln de ese monumento de Dakota del Sur se esculpieron en gran medida con dinamita. Trump ha regresado a la Casa Blanca como un dinamitero que usa los discursos, los mensajes de su red social, Truth, y la firma incontinente de órdenes ejecutivas como explosivos dialécticos para esculpir su lugar en la historia. El presidente dijo este lunes en el Despacho Oval que está dispuesto a llegar a acuerdos, pero está claro que prefiere negociar con medidas de presión.

¿Dejarán de surtir efecto las amenazas de Trump si no se concretan? En la medida en que obtenga concesiones, puede mantener esa dinámica sin perder credibilidad. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, logró una suspensión de un mes en los aranceles del 25% a México, hasta el 4 de marzo, tras ofrecer el despliegue de 10.000 agentes de la Guardia Nacional en la frontera para combatir el tráfico de drogas y la inmigración irregular. Probablemente, no habría hecho falta forzar la situación hasta el límite para lograr ese resultado, pero a Trump le gusta esa exhibición con la que logra atraer la atención de forma permanente.

Lo mismo ocurrió con Canadá. Justin Trudeau aceptó reforzar la frontera con un plan de 1.300 millones de dólares. Además, asume nuevos compromisos para nombrar un zar del fentanilo, cataloga a los cárteles de la droga como terroristas, vigilará la frontera las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y pondrá en marcha una fuerza conjunta entre Canadá y Estados Unidos para combatir la delincuencia organizada, el fentanilo y el blanqueo de dinero. Gran parte de esas medidas ya estaban en marcha a raíz de la amenaza de Trump original, formulada en noviembre. Trudeau también ha firmado una nueva directiva de inteligencia sobre la delincuencia organizada y el fentanilo a la que dotará con 200 millones de dólares. Las ambiciones de Trump son mucho mayores: “Me gustaría que Canadá se convirtiera en nuestro 51º Estado”, reiteró este lunes.

La amenaza arancelaria, en todo caso, sigue en pie para dentro de un mes. Aunque las órdenes ejecutivas que firmó solo citan una emergencia nacional por el fentanilo y la inmigración irregular, Trump ha dejado claro que lo que trasluce es una guerra económica. En su retórica, retrata falsamente como subvenciones el déficit comercial que tiene Estados Unidos con la mayoría de los países y especialmente con los tres a los que ha impuesto aranceles. Enjugar ese desequilibrio en la relación comercial será mucho más complicado que desplegar 10.000 agentes en la frontera.

Varios deportados de Estados Unidos descienden de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, el 28 de enero.
Varios deportados de Estados Unidos descienden de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, el 28 de enero. GUSTAVO PETRO VIA X (GUSTAVO PETRO VIA X via REUTERS)

La Unión Europea está ahora en su punto de mira. “Tenemos déficits masivos con la Unión Europea, masivos como 350 000 millones de dólares, si te lo puedes creer”, dijo este lunes en el Despacho Oval. “No compran nuestros productos agrícolas, no compran nuestros coches. No compran casi nada. Pero nosotros compramos sus coches. Tenemos millones de coches entrando, BMW y Mercedes Benz y Volkswagen y tantos coches diferentes. Y no hacemos nada al respecto, y no les cobramos aranceles. Hacen imposible vender coches en la Unión Europea. Lo hacen muy difícil con los productos agrícolas. En realidad no los aceptan. Y tienen muchas excusas. Algunas de ellas son los pesticidas y los diferentes productos químicos utilizados”, explicó. “Le pregunté a un par de líderes. No quiero usar nombres, pero ¿cuántos Chevrolet se ven circulando en el centro de Múnich?”, añadió.

Trump ya se apuntó el primer gran éxito con los aranceles como chantaje frente a Colombia. El presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó los primeros vuelos militares de inmigrantes deportados por las condiciones en que se producían los traslados. Trump amenazó con aranceles del 25% a los productos colombianos, que en una semana subirían al 50%, y restricciones de viaje a los miembros del Gobierno. Petro reculó horas después.

“El Gobierno de Colombia ha aceptado todos los términos del presidente Trump, incluida la aceptación sin restricciones de todos los extranjeros ilegales de Colombia que regresen de los Estados Unidos, incluso en aeronaves militares estadounidenses, sin limitaciones ni demoras”, cantó victoria la Casa Blanca en lo que suponía un aviso a Latinoamérica de cómo se las gasta Estados Unidos en esta nueva etapa.

Este lunes, Trump se refirió a ello en el Despacho Oval. “Mira Colombia. Mira lo que pasó con eso. Todo el mundo decía que con Colombia iba a ser un desastre. En una hora, todo estaba arreglado. ¿Sabes por qué? Aranceles. Sin aranceles, no habría sido igual, no me habrían tratado como me trataron, que fue de forma extremadamente amable”, dijo Trump, tirando por elevación. “Los aranceles son muy poderosos, tanto económicamente como para conseguir todo lo demás que quieres. Nadie puede competir con nosotros, porque somos la gallina de los huevos de oro, pero si no seguimos ganando y no nos va bien, no seremos la gallina de los huevos de oro. Y entonces los aranceles no serán tan buenos para nosotros. Pero cuando eres la gallina de los huevos de oro, los aranceles son muy buenos, son muy poderosos, y van a hacer que nuestro país sea muy rico”, argumentó.

El recurso excesivo a la amenaza puede tener también consecuencias negativas. Eleva la inseguridad jurídica y la incertidumbre, lo que puede retraer inversiones y llevar a los países a buscar alianzas al margen de Estados Unidos. La confianza en las instituciones y la previsibilidad regulatoria han contribuido de forma decisiva al éxito económico del país.

Otras cesiones

Panamá también se ha visto empujado a ceder tras la presión de Trump, que amenazó con despojar al país de su soberanía sobre el canal que une el Atlántico con el Pacífico. En la primera parada de su primer viaje al exterior desde que es secretario de Estado, Marco Rubio, arrancó al Gobierno de José Raúl Mulino concesiones.

Tras la reunión entre Rubio y Mulino, el Departamento de Estado emitió un comunicado inusualmente contundente como resumen de la reunión: “El secretario Rubio dejó claro que este statu quo es inaceptable y que, de no producirse cambios inmediatos, Estados Unidos se vería obligado a tomar las medidas necesarias para proteger sus derechos en virtud del tratado”, decía.

Fotografía cedida por el Gobierno de Panamá del presidente panameño, José Raúl Mulino, saludando al Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, este domingo en el palacio presidencial de las Garzas, en Ciudad de Panamá (Panamá).
Fotografía cedida por el Gobierno de Panamá del presidente panameño, José Raúl Mulino, saludando al Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, este domingo en el palacio presidencial de las Garzas, en Ciudad de Panamá (Panamá).Gobierno de Panamá (EFE)

Mulino dijo que Panamá no renovaría su acuerdo con la Ruta de la Seda de China cuando expire, una iniciativa de préstamos para promover y financiar proyectos de infraestructura y desarrollo a la que se unió Panamá tras dejar de reconocer diplomáticamente a Taiwán. Según una fuente estadounidense citada por la agencia Bloomberg, Mulino aseguró a Rubio que los buques de la Armada de Estados Unidos gozarían de libre tránsito por el canal. No basta para satisfacer a Trump. “Han aceptado ciertas cosas, pero no estoy contento con ello”, dijo este lunes. Las presiones se redoblarán en una nueva conversación bilateral este viernes.

El viaje de Rubio, que también le lleva a El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, se produce en medio de una congelación de la ayuda exterior estadounidense, como parte de la política de “Estados Unidos Primero” enunciada por Trump. El Departamento de Estado dijo el domingo que Rubio había aprobado exenciones para ciertos programas críticos en los países que está visitando, pero los detalles de los mismos no estaban disponibles de inmediato.

Aunque el alto el fuego en Gaza se cerró aún durante el mandato de Joe Biden, Trump también se cuelga esa medalla con su amenaza de desatar “un infierno” sobre Hamás. La administración saliente y la entrante trabajaron conjuntamente, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu ―que este martes visita la Casa Blanca―, accedió al acuerdo justo a tiempo para que los primeros rehenes fueran liberados en plenos fastos de la investidura de Trump.

Con esa política de Estados Unidos Primero que ―más que aislacionista o nacionalista― algunos definen como soberanista, Trump no le ha hecho ascos a negociar con el Gobierno de Nicolás Maduro para lograr sus objetivos: la liberación de presos estadounidenses y la aceptación de los inmigrantes deportados.

El presidente de Estados Unidos se muestra triunfalista con sus logros, que acostumbra a exagerar, al igual que minusvaloraba los éxitos de sus predecesores. Este lunes se refirió a Barack Obama y Joe Biden en el Despacho Oval de la Casa Blanca: “Hemos hecho más en dos semanas de lo que ellos hicieron en 12 años”, sentenció.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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