La ONU teme que Israel aproveche el alto el fuego en Gaza para estrechar el control en Cisjordania
El ejército mantiene abierta la operación sobre el campo de refugiados en Yenín
El ejército de Israel mantiene abierta la operación en el campo de refugiados palestinos de Yenín, en el norte de Cisjordania, hasta donde ha trasladado este miércoles maquinaria pesada militar con la que ha dejado incomunicadas algunas zonas y calles. Los portavoces castrenses reconocen que va a continuar la incursión iniciada el martes por tierra y por aire, en la que ya han muerto una decena de palestinos, según las autoridades sanitarias locales. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación y temor por las consecuencias de esta operación durante una intervención en el foro económico de Davos (Suiza): “Existe la posibilidad de que Israel se sienta envalentonado por los éxitos militares y piense que es el momento de anexionarse Cisjordania y mantener Gaza en una especie de limbo”. “Esto sería una violación total del derecho internacional (...) y significaría que nunca habrá paz en Oriente Próximo”, añadió Guterres, según lo citó la agencia Reuters. La anexión es un objetivo para algunos ultras del Gobierno israelí, como el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, residente en uno de los muchos asentamientos ilegales que salpican el territorio palestino ocupado.
La ONU, además, ha advertido de que no puede prestar sus servicios en un lugar que califica de “prácticamente inhabitable”. Esta nueva operación israelí, bautizada Muro de Hierro, supone un cambio de patrón en la lucha “antiterrorista” en Cisjordania tras la lección de Gaza, afirmó en un comunicado el ministro israelí de Defensa, Israel Katz. Una forma de dar a entender que, más allá de la tregua en la Franja, Israel estrecha la presión y el control en este otro territorio palestino.
De hecho, este nuevo operativo en Yenín coincide con los primeros días del alto el fuego decretado en Gaza, en los que la violencia se ha desplazado a Cisjordania con ataques de colonos judíos y la actuación del ejército. Se produce, además, en medio de gestos por parte de Benjamín Netanyahu para aplacar el malestar del ala más radical de su Gobierno frente a la tregua.
Por el momento, el número de muertos en Yenín asciende a diez y los heridos se acercan al medio centenar, cuatro de ellos este miércoles, mientras las tropas bloquean el acceso a uno de los hospitales locales mediante muros de tierra.
El alcalde de Yenín, Mohamad Jarar, calcula que unas 600 personas permanecen bloqueadas en el hospital mientras los militares reclaman por altavoces a la población que evacúe varias zonas del campo de refugiados, informa la agencia Wafa.
El campo de refugiados ha sido escenario en las últimas semanas de enfrentamientos entre milicianos de grupos armados palestinos y fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que ahora se han retirado. Desde diciembre, unas 2.000 familias se han visto obligadas a abandonar la zona, señala en un comunicado Roland Friedrich, responsable en Cisjordania de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
La operación militar israelí también ha llevado a la detención de unas 25 personas en diferentes localidades cisjordanas, según informa la Sociedad de Prisioneros Palestinos a través de la agencia oficial Wafa, que añade que varios de ellos ya habían sido arrestados y puestos en libertad con anterioridad por las autoridades israelíes.
Las excavadoras como las que el ejército ha desplegado ahora acuden con frecuencia a Yenín y el campo de refugiados adyacente, donde la resistencia armada es especialmente levantisca desde que comenzó la guerra en Gaza en octubre de 2023 y sus tentáculos se extendieron a Cisjordania. Los destrozos que estas máquinas de varias toneladas causan son considerados por las organizaciones humanitarias un castigo colectivo contra la población local. Las autoridades palestinas apenas tienen tiempo de reparar el saneamiento, los accesos, el asfalto o el tendido eléctrico cuando una nueva incursión militar destroza de nuevo la infraestructura. Los daños afectan también a viviendas, vehículos y negocios particulares, así como a edificios municipales o mezquitas.
Por otro lado, el titular israelí de Cooperación Regional, David Amsalem, ha vaticinado que el acuerdo de alto el fuego en Gaza se va a romper por culpa de Hamás tras la primera de las tres fases previstas, según sus declaraciones a la radio militar recogidas por el diario Haaretz. “Todo el mundo lo sabe. No sucederá porque Hamás no aceptará desarmar y desmilitarizar la franja de Gaza”, con lo que “Israel reanudará la guerra de manera decisiva después de la finalización de la primera etapa y no pasará a la segunda”, ha señalado el ministro. Está previsto que la primera fase dure 42 días y permita la salida de 33 de los 98 rehenes en manos de radicales palestinos. Tres mujeres ya quedaron en libertad el pasado domingo y otras cuatro lo harán el próximo sábado.
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