Mark Rutte pide a los aliados más esfuerzos para que Ucrania llegue “fuerte” a una posible negociación con Rusia
La OTAN esquiva la demanda de Kiev de acelerar su ingreso en la Alianza y se centra en fomentar el incremento de ayuda militar
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha instado este martes a los países aliados a elucubrar menos sobre cómo podría ser un hipotético proceso de paz entre Ucrania y Rusia y a “hacer más”, sobre todo incrementar la ayuda militar, para que Kiev llegue con una posición “fuerte” a ese posible diálogo con Moscú. Un apoyo en el que no se incluye de momento la demanda de Kiev de entrar ya en la Alianza.
“Más ayuda militar y menos discusiones sobre cómo sería un proceso de paz (…), tenemos que poner a Ucrania en una posición de fuerza para cuando lleguen esas discusiones”, ha reclamado Rutte. El ministro de Exteriores ucranio, Andri Sibiga, ha adelantado, por su parte, que presentará a sus colegas de la OTAN una lista con 19 sistemas de defensa antiaérea que necesita su país de forma urgente para proteger infraestructuras clave bajo ataques rusos.
En el primero de los dos días de reunión de ministros de Exteriores de la Alianza en Bruselas, con el foco de nuevo en la guerra desatada por Rusia en su flanco este, pero con miradas inquietas también sobre los cambios políticos en el occidental tras la victoria de Donald Trump, el nuevo jefe de la OTAN ha explicado que, en su reciente encuentro en Florida con el presidente electo estadounidense le advirtió de que la seguridad de su país también depende de que Ucrania no quede debilitada. Porque eso haría que el presidente ruso, Vladímir Putin, y tal vez sus aliados China, Irán y Corea del Norte se sientan envalentonados y tengan “ideas” sobre otros territorios.
“Cuando lleguemos a un acuerdo sobre Ucrania, tiene que ser un buen acuerdo, porque lo que no podemos permitir es que Kim Jong-un, Xi Jinping y cualquier otro que piense que es un mal acuerdo se pongan a celebrarlo, porque eso podría darles ideas a otros sobre lo que pueden hacer”, ha advertido Rutte. ”Esto es crucial para nuestra defensa, no solo en Europa, también en Estados Unidos y el Indo-Pacífico”, ha agregado.
Todo está relacionado, ha remachado, y lo principal es que Kiev llegue “fuerte” a un proceso de paz, cuando los propios ucranios decidan que ha llegado el momento de negociar, ha recalcado varias veces el holandés en rueda de prensa en Bruselas. Una idea que también han martillado varios ministros, entre ellos la alemana Annalena Baerbock o el español José Manuel Albares. “Hoy, más que nunca, es fundamental seguir al lado de Ucrania (…) tanto tiempo como sea necesario”, ha recalcado Albares, para quien, de todos modos, Rusia, por ahora no muestra “ninguna voluntad de negociar, es política ficción”.
Rutte ha saludado los anuncios de incremento de ayuda militar realizados en los pasados días por varios países, entre ellos Alemania, cuyo canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, anunció el lunes en Kiev que Berlín entregará este mismo mes a Ucrania armamento por valor de 650 millones de euros. También Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Antony Blinken, participa en la cita de Bruselas, adelantó el lunes una nueva entrega de ayuda militar a Kiev por 725 millones de dólares (unos 690 millones de euros). Suecia, Estonia, Lituania y Noruega han anunciado asimismo nuevas partidas, algo que Rutte ha saludado y ha alentado a continuar.
“Esto es una excelente noticia (…), pero todos tenemos que hacer más, especialmente ahora”, ha declarado Rutte. “Cuanto más fuerte sea nuestro apoyo militar a Ucrania ahora, más fuerte será su mano en la mesa de negociaciones y antes podremos poner fin de una vez a la agresión rusa en Ucrania”, ha agregado.
Dudas en torno a Trump
La nueva cita de la OTAN se celebra bajo la sombra del pesimismo y la incertidumbre. Por un lado, continúan las dudas sobre qué rumbo tomará la Administración de Trump cuando este asuma el cargo a finales de enero. Como candidato, aseguró que resolvería la guerra “en 24 horas”, pero los países aliados, especialmente los europeos, confían en que el lenguaje cambie ahora que se dispone a regresar a la Casa Blanca. De ahí la insistencia, ha explicado Rutte, en hacerle ver que las implicaciones de la guerra van mucho más allá de Ucrania y podrían salpicar a Washington. El demócrata Blinken ha asegurado a Rutte que trabajará “hasta el último minuto, hasta el último día” antes del traspaso de mando, el 20 de enero, al lado de la OTAN y de Ucrania, aunque queda claro que todos los aliados ya piensan en el día después de la investidura de Trump.
Pero también crecen las dudas en cuanto al rumbo de la guerra en Ucrania, con un campo de batalla dominado al menos en estos momentos por Rusia pese al alto coste humano ―la OTAN estima que está sufriendo hasta 1.500 bajas al mes en el frente― y un presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que ha comenzado a advertir insistentemente en que necesita el paraguas de la OTAN para tener una posición fuerte en negociaciones futuras.
En una entrevista en la cadena británica Sky News el sábado, Zelenski dijo que puede negociarse un alto el fuego si la Alianza Atlántica acepta a las regiones de la Ucrania libre como parte de la organización, con la perspectiva de recuperar el resto del territorio por la vía diplomática más adelante. Es lo que algunos en la Alianza llaman la “vía alemana”, en referencia a que en 1955 solo la parte occidental de Alemania se integró en la OTAN, y décadas después el resto, tras la caída del muro y la reunificación.
“Invitar ahora a Ucrania a ingresar en la OTAN será un eficaz contrapeso al chantaje ruso y privará al Kremlin de sus ilusiones sobre la posibilidad de obstaculizar la integración euroatlántica de Ucrania”, reiteró el Ministerio de Exteriores ucranio este martes. “Necesitamos fuertes decisiones históricas en vez de llamadas a Putin o visitas a Moscú”, ha acotado Sibiga ya desde Bruselas, en referencia a la reciente conversación de Scholz con el presidente ruso, o la visita a Moscú del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en verano. Pero esta posibilidad se topa con la oposición firme de países clave como Estados Unidos o incluso Alemania, por lo que las discusiones en ese sentido no parecen ir por el momento a ninguna parte. “No hay consenso en este momento sobre esto”, reconocen fuentes diplomáticas.
La cita ministerial de dos días en la sede de la OTAN se ha abierto con un encuentro con el rey de Jordania, Abdalá II. Una muestra, ha dicho Rutte, de la voluntad de la Alianza de ampliar sus lazos en otras regiones del mundo, especialmente hacia sus vecinos del sur. Algo especialmente acuciante, ha indicado, ante la creciente influencia de Rusia y China en regiones como el continente africano y Oriente Próximo.
“Tenemos que estar activos, no podemos tener una situación en la que chinos y rusos estén implicados en África y otras regiones y Occidente no. Tenemos que construir relaciones bilaterales y ayudar cuando sea necesario, como hacemos con la misión de Irak”, ha indicado. En el mismo sentido va el plan de abrir “próximamente” una oficina de enlace en Amán, cuestión que se detallará en la cita bruselense con el monarca jordano. España ha anunciado que destinará medio millón de euros para “reforzar capacidades de Jordania” y otro medio millón para “un socio estratégico de primer orden para España” como es Mauritania. “Las necesidades de la vecindad sur cuentan para España”, ha aseverado.
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