_
_
_
_

Scholz anuncia en Kiev más ayuda militar para disipar las dudas sobre el compromiso de Alemania con Ucrania

El canciller visita el país invadido tras dos años y medio y promete 650 millones de euros en armamento en un momento crítico de la guerra

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (derecha), y el canciller alemán, Olaf Scholz, observan drones durante la visita de Scholz a Kiev, este lunes 2 de diciembre.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (derecha), y el canciller alemán, Olaf Scholz, observan drones durante la visita de Scholz a Kiev, este lunes 2 de diciembre.Efrem Lukatsky (AP/LaPresse)

El canciller Olaf Scholz ha anunciado este lunes que Alemania entregará este mes a Ucrania armamento por valor de 650 millones de euros. En su primera visita a Kiev en dos años y medio, el mandatario alemán, que prevé reunirse con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, intenta despejar las dudas sobre el compromiso de su país con el país agredido.

La visita de Scholz llega un día después de la del nuevo presidente del Consejo Europeo, António Costa, y de Kaja Kallas, sucesora de Josep Borrell al frente de la diplomacia de la UE. Y coincide con un momento crítico para Ucrania.

Donald Trump, quien asegura que pondrá fin a la guerra en cuestión de “un día”, regresa a la Casa Blanca en enero. En febrero, Alemania celebra unas elecciones anticipadas en las que el canciller, que va por detrás en los sondeos, quiere hacer campaña con un mensaje de “prudencia” ante una posible escalada bélica y nuclear.

Alemania es, después de EE UU, el país que más ayuda ha entregado desde la invasión rusa de 2022, pero Scholz ha fijado “líneas rojas” a esta ayuda. El canciller rechaza entregar a Ucrania misiles de crucero Taurus y se niega al uso de armamento alemán para atacar territorio ruso. También se opone a una invitación inmediata a Ucrania para ingresar en la OTAN mientras siga abierto el conflicto con Rusia. Pero pertenecer a la OTAN es, para Zelenski, una cuestión “existencial” para Ucrania. Cree que estas acciones podrían provocar una escalada que convirtiese a Alemania en parte beligerante.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el canciller alemán, Olaf Scholz, visitan un lugar conmemorativo improvisado que muestra banderas ucranias con los nombres de los militares caídos, en la plaza de la Independencia, en Kiev, el 2 de diciembre.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el canciller alemán, Olaf Scholz, visitan un lugar conmemorativo improvisado que muestra banderas ucranias con los nombres de los militares caídos, en la plaza de la Independencia, en Kiev, el 2 de diciembre.Gleb Garanich (REUTERS)

Las “líneas rojas” de Scholz han creado la impresión de que Alemania, pese a ser decisiva para evitar la victoria de Rusia y a que cuantitativamente su apoyo es mucho mayor que el de otros socios como Francia, no es plenamente fiable para Ucrania. La crítica también se ha aplicado al presidente saliente de EE UU, Joe Biden.

Analistas y medios ucranios consideran que el apoyo de ambos países ha llegado siempre tarde y nunca en suficiente cantidad para cambiar el sentido de la guerra.

Zelenski se refirió a ello en una entrevista el pasado sábado en Sky News cuando advirtió de que su ejército solo había recibido este otoño suplementos armamentísticos para cubrir las necesidades de dos brigadas y media, pese a que el acuerdo con las potencias de la OTAN era cubrir los recursos de diez brigadas.

La llamada de Scholz a Putin

Pero fue la llamada del 15 de noviembre de Scholz al líder ruso, Vladímir Putin, después de dos años de silencio, lo que soliviantó más a la parte ucrania. Zelenski entiende que el canciller ha dado un paso para romper el aislamiento del autócrata ruso en Occidente.

El politólogo ucranio Leonid Shvets escribió en noviembre en el digital Telegraf que Scholz “personifica la inconsistencia occidental con Ucrania”, pero que en realidad no es su culpa, sino que incluso ha hecho más que sus predecesores.

“Bromear sobre Scholz es fácil y excitante. Su figura sencilla y poco varonil parece ideal para ilustrar la política alemana, que observa la situación con timidez”, apuntó Shvets. Pero precisó que la responsabilidad no es de Scholz, sino de su antecesora, Angela Merkel, y en especial de los anteriores cancilleres socialdemócratas, desde Willy Brandt a Gerhard Schröder, por haber implantado con Rusia la política del apaciguamiento.

“Ucrania puede confiar en Alemania”, se defendió Scholz en un comunicado antes de reunirse con Zelenski. “Decimos lo que hacemos y hacemos lo que decimos”.

Al margen de Scholz, aumenta la presión internacional sobre Ucrania para una negociación que detenga la guerra. Trump ha afirmado que su objetivo es forzar a Kiev y a Moscú a negociar. Zelenski se ha adaptado a la situación admitiendo que la guerra debe terminar en 2025, pero que solo una “muestra de fuerza” puede servir para llevar a Putin a la mesa y firmar la paz.

El interrogante es si Putin quiere negociar. Sus tropas avanzan en la provincia de Donetsk y hacen retroceder a las Fuerzas Armadas Ucranias en la provincia rusa de Kursk, parcialmente ocupada desde agosto. Los bombardeos para destruir la red energética ucrania continúan.

El líder ruso amenazó a los aliados occidentales de Kiev con el uso el 21 de noviembre, por primera vez en un conflicto armado, de un misil balístico hipersónico diseñado para una guerra nuclear. Putin dijo que habría nuevos lanzamientos de este cohete si Ucrania volvía a utilizar misiles de largo alcance convencionales estadounidenses y británicos contra objetivos en suelo ruso.

Scholz se postula, en la campaña para las elecciones del 23 de febrero, como la garantía de una posición moderada entre, de un lado, los populistas de izquierda y la extrema derecha afines a Rusia, y del otro, la democracia cristiana y Los Verdes, estos últimos todavía sus socios de Gobierno. Democristianos y ecologistas son partidarios de aumentar la ayuda a Ucrania y enviar los misiles Taurus, pero el canciller considera que esta posición corre el riesgo de provocar una escalada con una potencia nuclear como es Rusia.

“Con mi nueva visita a Kiev”, ha dicho Scholz, “quiero expresar mi solidaridad con Ucrania, y dejar claro que Alemania seguirá siendo el más firme apoyo de Ucrania en Europa”.

El canciller no visita la capital del país atacado desde junio de 2022, cuatro meses después de la invasión rusa a gran escala del 24 de febrero del mismo año. En aquella ocasión viajó en compañía del presidente francés, Emmanuel Macron, y el entonces primer ministro italiano, Mario Draghi.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_