Malí y Níger rompen relaciones con Ucrania por su supuesta ayuda en un ataque rebelde en el Sahel
La decisión se produce tras una emboscada de rebeldes tuareg que mató a más de un centenar de mercenarios del grupo ruso Wagner y militares malienses. Los países africanos acusan a Kiev de facilitar información para la ofensiva
La junta militar de Níger anunció este martes que cortará las relaciones diplomáticas con Ucrania en solidaridad con su vecino Malí. Ambos acusan a Kiev de una supuesta implicación en una matanza de mercenarios rusos del grupo Wagner y soldados malienses perpetrada por rebeldes tuareg el pasado julio. Este gesto acentúa aún más el distanciamiento de países del Sahel de Occidente y su cada vez mayor acercamiento a Rusia.
Malí fue el primer país en anunciar el fin de las relaciones con Kiev a raíz del suceso, en el que un grupo de independentistas tuaregs tendió una emboscada y mató al menos a 84 mercenarios rusos y 47 soldados del ejército maliense el pasado 26 de julio cerca de la frontera con Argelia, en un territorio en disputa. Ahora, Niamey da el mismo paso “de forma inmediata” y “en solidaridad” con las autoridades y la población del país vecino, según ha declarado el portavoz del Gobierno, Abderrahmane Amadou. Hasta el momento, no ha habido ninguna reacción por parte de Kiev.
El origen de la polémica está en unas declaraciones en televisión del portavoz de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa (GUR) ucranio, Andriy Yusov. Este insinuó la participación ucrania afirmando que los insurgentes “recibieron la información necesaria que hizo posible llevar a cabo una exitosa operación militar contra los criminales de guerra rusos”. Estas alusiones se vieron rápidamente reforzadas por la difusión en el diario Kiev Post de una foto en la que los tuaregs posan con la bandera ucrania tras su ataque a los mercenarios.
Bamako acusó a Kiev de apoyar el terrorismo internacional, así como de haber violado su soberanía y el derecho internacional, por haber colaborado supuestamente en esa acción armada, que ha llevado a la mayor derrota de Wagner desde que intervino hace dos años para apoyar a las autoridades militares malienses contra los grupos insurgentes que operan en el país africano.
Ucrania rechazó las acusaciones de Malí y criticó que el país decidiera una ruptura “sin realizar un estudio exhaustivo de los hechos y circunstancias del incidente y sin proporcionar ninguna prueba de la participación de Ucrania”, expresó el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, en un comunicado. Kuleba tachó la medida de “miope y apresurada”.
Malí, Níger y Burkina Faso están gobernados por juntas militares que accedieron al poder mediante golpes de Estado. Los nuevos gobiernos han suspendido sus acuerdos militares con Francia, se han acercado a Moscú y mantienen pactos con mercenarios rusos para combatir el terrorismo yihadista en la región.
Oleksii Melnik, codirector del Centro Razumkov, institución ucrania de investigación en política internacional y de seguridad, opina que ambas decisiones han sido de iniciativa rusa. “Hay asesores rusos en estos países; personas que reciben órdenes de Moscú de que influyan de determinada manera”, dice en una conversación telefónica con EL PAÍS. Las consecuencias diplomáticas para Ucrania no son perjudiciales desde el punto de vista estratégico en África, porque Kiev no tiene grandes intereses allí, ni siquiera hay embajada en Malí. Para Melnik, esto debería preocupar más a otros actores internacionales como Francia y Estados Unidos. “Francia fue expulsada de Malí, Estados Unidos ha tenido que dejar Níger… Y sus puestos están siendo ocupados por Rusia”, recuerda el experto.
Senegal también ha tomado medidas en relación con el incidente de Malí. El pasado viernes, la ministra de Asuntos Exteriores, Yassine Fall, convocó al embajador ucranio en Dakar, Yuri Pivovarov, para que diera explicaciones por un vídeo publicado en el Facebook de la Embajada de Kiev con fragmentos de la batalla y en el que el diplomático se alegra por la victoria de los rebeldes. De hecho, el comunicado emitido por Malí también apela a las “autoridades judiciales competentes en relación con los comentarios de Yusov y Pivovarov, que constituyen propaganda del terrorismo”.
La polémica se produce en un momento en el que Ucrania intenta ganarse el apoyo del sur global. De hecho, Kuleba se encuentra esta semana de visita en Zambia y Malawi, donde ha tratado el apoyo de estos dos países al plan de paz del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, para acabar con la invasión a gran escala de Rusia.
No es la primera vez que se divulga información sobre la presencia de Ucrania en operaciones en territorio africano contra unidades rusas. La semana pasada, el diario Le Monde aseguró que Ucrania no solo proporciona información estratégica a los rebeldes, sino que les forma en el manejo de drones.
El pasado febrero, un vídeo publicado por los medios ucranios mostró un grupo de fuerzas especiales de Kiev presentes en un asalto en Sudán y un oficial del GUR aseguró a EL PAÍS que estaban reclutando a voluntarios dispuestos a luchar en ese país. Además, en septiembre de 2023 la cadena CNN difundió otro vídeo que mostraba unos ataques con drones bomba a posiciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido sudanesas y del grupo Wagner, supuestamente ejecutados por fuerzas ucranias, según fuentes anónimas de Kiev citadas por el medio.
Remarcando que no ha habido ninguna confirmación por parte de Kiev sobre su implicación, Melnik cree en el hipotético caso de que no fuera así, estas acciones no tendrían como fin pelear por su influencia en esos países, sino prevenir desde el punto de vista militar. “El número y el nombre de los mercenarios de Wagner eliminados son bien conocidos en Ucrania, así que si han sido asesinados en África sería para prevenir que vuelvan a este frente”, considera.
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