La justicia rusa condena al periodista estadounidense Evan Gershkovich a 16 años de cárcel
El corresponsal en Moscú de ‘The Wall Street Journal’ ha sido sentenciado tras un juicio acelerado. Putin ha reconocido que pretende canjearlo por espías rusos encarcelados en el exterior
El proceso contra Evan Gershkovich, el corresponsal en Rusia de The Wall Street Journal detenido en marzo de 2023 cuando preparaba unos reportajes sobre la invasión de Ucrania, ha culminado con una dura sentencia de 16 años de prisión bajo un régimen carcelario estricto. El tribunal de la provincia de Sverdlovsk, la región donde acaba la Rusia europea y comienza la asiática, ha dictado el castigo tras un fugaz juicio de apenas tres sesiones a puerta cerrada en las que el servicio secreto ruso mantuvo sus cargos de espionaje contra el periodista estadounidense. El Kremlin formaliza así un trámite que ha convertido a Gershkovich, de 32 años, en un activo con el que negociar el posible canje de espías rusos apresados en el exterior.
El procedimiento se aceleró esta semana: el tribunal adelantó a este jueves la segunda sesión del juicio a petición de la defensa, prevista originalmente el 13 de agosto, y la Fiscalía rusa solicitó 18 años de cárcel para el procesado este viernes por la mañana. Después de varias horas de supuesta deliberación, el tribunal anunció la condena. En la primera jornada del juicio contra Gershkovich, celebrada el 26 de junio, el corresponsal reapareció con un notable desgaste físico y la cabeza rapada. Aquella imagen conmocionó a sus compañeros en Rusia. “Vamos a contar la historia de Evan hasta que pueda contarla él mismo”, prometió esta semana The Wall Street Journal junto con el hashtag #EstoyconEvan.
Gershkovich, que estaba acreditado para trabajar en el país por el Ministerio de Exteriores de Rusia, ha defendido siempre su inocencia. El Servicio Federal de Seguridad ruso —el FSB, heredero del KGB soviético — arrestó al reportero el 29 de marzo de 2023 en un restaurante de Ekaterimburgo, la capital de Sverdlovsk. Gershkovich había viajado a aquella región para realizar varios reportajes sobre una famosa fábrica de tanques del país, Uralvagonzavod, y la visión de los rusos sobre el grupo de mercenarios Wagner. Una de las personas con las que conversó el periodista, un diputado regional del partido de Vladímir Putin, Viacheslav Wégner, fue interrogado este jueves en calidad de testigo. “Le interesaba el apoyo de la población a la operación militar especial”, declaró posteriormente el político a la prensa.
“Siguiendo instrucciones de la CIA, recopiló información secreta sobre el trabajo de Uralvagonzavod”, ha afirmado este viernes la Fiscalía rusa. Gershkovich ha recibido la misma sentencia que otro ciudadano estadounidense acusado de espionaje, el exmarine Paul Whelan. El antiguo militar, detenido cuando acudía a una boda en Moscú en 2018, también denunció que su detención era un “caso político”.
The Wall Street Journal y las autoridades norteamericanas niegan las acusaciones vertidas contra Gershkovich y consideran que son un montaje. Washington está presionando para lograr la liberación del reportero, ha asegurado este viernes en un comunicado el presidente estadounidense, Joe Biden. “No hay duda de que Rusia está deteniendo injustamente a Evan. El periodismo no es un delito”, ha afirmado tras conocerse la condena.
Estados Unidos sospecha que el encarcelamiento del periodista por espionaje, el primer caso de este tipo desde la Guerra Fría, tiene como objetivo intercambiarlo por algún agente secreto del Kremlin. En las quinielas está Vadim Krasikov, el espía del FSB que asesinó al disidente checheno Tornike Khangoshvili en un parque de Berlín en 2019.
El Consejo Presidencial para los Derechos Humanos, un órgano consultivo del presidente Putin, ha reconocido abiertamente que la condena de Gershkovich facilitará negociar un canje de presos porque aumentará la presión sobre Washington. “The Wall Street Journal es uno de los periódicos más famosos del mundo. No abandonará a su periodista y moverá todo lo que pueda al Gobierno de EE UU para que el intercambio se haga lo más rápido posible”, ha declarado la miembro del organismo Eva Merkachiova al diario oficialista Gazeta.
Putin reconoció que hay contactos por Gershkovich en la entrevista que concedió al polémico presentador estadounidense Tucker Carlson el pasado 8 de febrero. “Creo que se puede llegar a un acuerdo”, afirmó el mandatario ruso. Por su parte, Biden declaró el 13 de junio que se toma “en serio” la liberación del periodista. De hecho, el destino de Gershkovich se ha convertido en un tema destacado de la campaña electoral estadounidense: Donald Trump prometió un mes antes, en mayo, que el corresponsal de volverá a casa si gana las elecciones presidenciales de noviembre gracias a su buena relación con el Kremlin. “Vladímir Putin lo hará por mí, no por nadie más, ¡y no pagaremos nada!”, manifestó el republicano.
La detención y canje de ciudadanos se ha convertido en un delicado juego político entre Rusia y EE UU desde que intercambiaron a la jugadora de baloncesto estadounidense Brittney Griner por el poderoso traficante de armas ruso Viktor Bout en diciembre de 2022, pocos meses después de comenzar la guerra contra Ucrania.
“Por acuerdo de los presidentes Vladímir Putin y Joe Biden, los servicios de inteligencia de los dos países (Rusia y EE UU), mantienen contactos desde junio de 2021 para intercambiar unos ciudadanos por otros”, afirmó este pasado miércoles el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Según el diplomático, “aunque a este asunto (el encarcelamiento del periodista) no le viene bien el ruido y de vez en cuando los estadounidenses lo traen al espacio público, existen esos contactos”.
Lavrov afirmó que Moscú cuenta con “pruebas irrefutables” de que Gershkovich estaba involucrado en actividades de espionaje. “Quiero asegurarles que estamos a favor del periodismo y la libertad de expresión tanto como ustedes”, dijo el jefe de la diplomacia rusa. Además de Gershkovich, el Kremlin también ha encerrado en prisión a la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, del medio norteamericano Radio Free Europe —declarado organización indeseable—, bajo la acusación de no haberse registrado como agente extranjero; y a varios periodistas rusos que trabajaban en medios occidentales como Bloomberg, Reuters y Associated Press.
Más allá de un posible canje, Gershkovich se ha convertido en una valiosa pieza para presionar a la Casa Blanca en todo tipo de asuntos. El viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov manifestó este jueves que Moscú ha denegado el acceso a Gershkovich a los diplomáticos norteamericanos como respuesta a los problemas que afronta el personal del Ministerio de Exteriores ruso en Estados Unidos. “Estamos experimentando dificultades importantes al organizar viajes a través de Estados Unidos que son necesarios para las actividades diplomáticas y consulares normales. Naturalmente, surgen momentos en los que damos una respuesta espejo”, ha declarado el alto cargo.
“Reporteros Sin Fronteras condena la parodia de juicio al periodista Evan Gershkovich”, ha denunciado la organización a través de X, la nueva marca de Twitter. “Apuntar a la prensa internacional es el siguiente paso en el plan del presidente Putin para lograr un control absoluto sobre el espacio informativo de Rusia”, ha vaticinado la ONG, que sitúa al país eslavo en el puesto 162 de 180 en su índice de libertad de prensa.
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