Israel afirma haber acabado con la mitad de la cúpula del brazo armado de Hamás
El ejército israelí empezará este domingo a reclutar a ultraortodoxos, que por vez primera en la historia del país están obligados a vestir el uniforme
Tres días después de un bombardeo israelí con al menos 90 muertos sobre una zona declarada humanitaria en Gaza que buscaba matar a Mohamed Deif, nadie ha podido confirmar la muerte de este líder militar de Hamás, aunque sí uno de sus lugartenientes. Pese a no lograr ese objetivo, Israel asegura que ha conseguido acabar con la mitad de la cúpula del brazo armado del grupo fundamentalista palestino, según ha anunciado este martes el ejército en un comunicado. Además, 14.000 de sus combatientes han muerto o se encuentran detenidos, afirma. En total, más de 38.700 gazatíes, la mayoría mujeres y menores, han muerto desde que comenzó la guerra el pasado 7 de octubre, según las autoridades sanitarias del Gobierno de Hamás. Solo 57 han perdido la vida en las últimas 24 horas.
Israel reconoce que también ataca hospitales, escuelas o refugios humanitarios y otros “puntos sensibles” en la Franja que, señala, están siendo empleados por los combatientes. Estos lugares “son aprovechados cínicamente por terroristas que tratan de utilizarlos como escondites y bases”, añade el comunicado castrense. “Los ataques contra estas infraestructuras se llevan a cabo de conformidad con el derecho internacional y su objetivo es impedir el restablecimiento de las capacidades de las organizaciones terroristas”, agrega el texto.
Sin embargo, aunque hubiera elementos de la resistencia, el derecho internacional humanitario prohíbe ese tipo de operaciones sobre entornos civiles. Las propias tropas israelíes, además, mantienen una base en un hospital que han tomado en el sur de Ciudad de Gaza, el hospital Turco, según ha informado el diario Haaretz.
Este mismo martes, Israel ha vuelto a atacar una escuela de la ONU que da cobijo a la población desplazada por la guerra en el campo de refugiados de Nuseirat, con el resultado de al menos 23 muertos. Por la tarde, otro ataque israelí sobre un vehículo en Jan Yunis causó la muerte al menos a 17 personas en la zona de acampada humanitaria de Al Mawasi, donde tuvo lugar el duro bombardeo con 90 muertos del sábado, informa la agencia Reuters. El objetivo, según el ejército, era un miembro de Yihad Islámica.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha vuelto a subrayar que entre los objetivos de la contienda está acabar con Hamás y traer de vuelta a los secuestrados en la Franja. “Estamos atacando a sus altos mandos y eliminando a miles de terroristas. Nos mantenemos firmes en nuestras justas demandas a pesar de toda la presión”, ha dicho en un acto con militares. “Este es exactamente el momento de aumentar aún más la presión para devolver a casa a todos los rehenes, los vivos y los fallecidos, y lograr todos nuestros objetivos en la guerra”, añadió, según un comunicado de su oficina.
Entre los altos responsables de Hamás eliminados en la contienda, Israel cita a seis “terroristas” con rango de comandante de brigada, más de 20 comandantes de batallón y unos 150 comandantes de compañía. En total, las tropas de ocupación han atacado unos 37.000 objetivos desde el aire en la franja de Gaza y más de 25.000 “infraestructuras terroristas” y puntos de lanzamiento de proyectiles, según afirman.
Necesidad de militares en plena guerra
Ante la necesidad de contar con más militares, Israel tiene previsto empezar a reclutar a ultraortodoxos a partir del próximo domingo, según ha anunciado el ejército. La guerra avanza ya en su décimo mes e Israel no tiene suficiente con los más de 300.000 reservistas que ha incorporado a filas. Además de en Gaza, mantiene a miles de soldados desplegados en la frontera norte, donde los intercambios de disparos con la guerrilla libanesa Hezbolá están a la orden del día y amenazan con desembocar en otra guerra. Por eso, las autoridades han acabado por poner coto al privilegio de 76 años que los jaredíes (ultraortodoxos) han disfrutado evitando la incorporación a filas.
Los ultraortodoxos representan en torno al 13% de los diez millones de Israelíes, y la inmensa mayoría se oponen firmemente a vestir el uniforme. En los últimos días, se han sucedido los incidentes y manifestaciones en distintos lugares del país. La ciudad de Bnei Brak, en la periferia de Tel Aviv y con mayoría de población jaredí, fue en la noche del lunes escenario del ataque a varios militares llegados a la localidad para abordar el reclutamiento con los responsables locales cuando una turba acorraló su vehículo, les bloqueó el paso y arrojó objetos, según los medios locales.
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