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Rusia ultima una línea de tren que conectará los territorios ucranios ocupados en el mar de Azov y Crimea

El ejército ucranio da por hecho que esta red ferroviaria entrará en servicio este año y será clave para la logística militar del invasor

Russian war in Ukraine
Un soldado ucranio lanza un dron de reconocimiento en la región de Járkov, este miércoles.Inna Varenytsia (REUTERS)
Cristian Segura

Kirilo Budánov lanzó una información bomba el pasado 31 de marzo. El jefe de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR) afirmó aquel día en una entrevista televisiva que Rusia estaba “cerca de completar” la construcción de una nueva línea ferroviaria que conectará la ciudad rusa de Rostov del Don con Crimea a lo largo del mar de Azov. Hasta ese día, los ucranios apenas habían oído hablar de esta infraestructura, con excepción de algunas declaraciones propagandísticas del presidente ruso, Vladímir Putin, que pocos en Ucrania creían. Las autoridades militares de Kiev han admitido esta semana que prevén que esta vía entre en funcionamiento en el corto plazo, lo que significará un salto adelante en la consolidación de la presencia militar del invasor en cuatro provincias parcialmente ocupadas.

Tavrida-2 es el nombre de esta línea de tren, que tendrá 500 kilómetros de longitud, según informó el miércoles Denis Chistikov, segundo máximo representante ucranio para los territorios ocupados de Crimea. Es la segunda red ferroviaria que conectaría la península anexionada ilegalmente en 2014 con el territorio ruso. La primera es la que cruza por el puente del estrecho de Kerch. Con sus drones náuticos y misiles suministrados por aliados en la OTAN, Ucrania ha conseguido poner al límite a la flota rusa del mar Negro estacionada en Crimea. Y todavía más: dos ataques en 2022 y 2023 contra el puente de Kerch redujeron significativamente su capacidad como conexión logística. “El puente de Crimea ha quedado con menos de un cuarto de su capacidad logística. El resto cruza en ferri, pero también hemos atacado sus puertos para ferris”, explicó el 17 de junio en una conferencia el portavoz de la Armada ucrania, Dmitro Pletenchuk.

“Estoy seguro de que los rusos serán capaces de finalizar la vía ferroviaria antes de acabar el año”, afirmó Pletenchuk, “por lo menos desde Rostov del Don al istmo de Dzhankói”. Se trata de una de las lenguas de tierra que conectan Crimea con las zonas ocupadas en la provincia de Jersón. El portavoz de la Armada ucrania y Chistikov han confirmado que todavía queda por construir el tramo final, dentro de Crimea. Deep State, uno de los grupos ucranios de referencia de análisis de la situación en el frente de guerra, publicó un texto el 18 de junio en el que daba por hecho que “en un futuro próximo” entrarán en servicio los primeros 60 kilómetros de la infraestructura, entre la ciudad rusa fronteriza de Taganrog y la ucrania Mariupol, en la costa de la provincia de Donetsk.

Deep State añadía que las obras para la conexión de la ciudad de Donetsk con Mariupol, una variante de esta nueva red ferroviaria, están muy avanzas en la mitad del recorrido, hasta el municipio de Volnovaja. Otras instituciones de análisis de defensa ucranios, como el Centro para el Periodismo de Investigación, aseguran que en este junio ya se han hecho pruebas de convoyes entre esa última localidad y Mariupol.

Tavrida-2 también comunicará Rostov del Don con las ciudades de Melitópol y Berdiansk. El proyecto, según las autoridades impuestas por el invasor en las provincias de Donetsk, Zaporiyia y Jersón es consolidar la integración de la ciudadanía en estos territorios anexionados por Rusia. Pero el diseño de la línea, que se ha construido en un tiempo récord, responde por el momento a fines sobre todo de suministro para las fuerzas militares de Moscú. De momento solo hay una vía, con puntos en los que los trenes podrán esperar en vías de estacionamiento paralelas para dejar paso a un convoy que llegue en sentido contrario. La línea tiene, además, una carretera paralela de nueva construcción. Defense Express, medio ucranio especializado en información militar, señalaba en abril que el ejército invasor también utiliza camiones de carga sobre plataformas, en vez de vagones, para poder ser fácilmente bajados del convoy en caso de no poder avanzar por las vías.

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El objetivo ucranio ahora es saber cómo interrumpir el tráfico de estos trenes. “Rusia lleva un año construyendo una vía para conectar los territorios temporalmente ocupados en el sur [de Ucrania]”, dijo Budánov, “este proceso está casi completado y podría ser un problema muy serio para nosotros, pero confío en que de alguna manera sabremos hacer frente a ello. Es más sencillo que con el puente de Crimea”. “Los rusos saben construir líneas de tren, es un hecho, y las saben reparar, también es un hecho. Pero no olvidemos que esta línea está mucho más cercana a la zona de combates, y está en el radio de más armas ucranias”, añadió Pletenchuk.

Defense Express recordaba en su análisis que la teórica militar indica, desde la II Guerra Mundial, que es poco eficaz bombardear tramos ferroviarios. Estos son fáciles de reparar y, como en el caso de la red ucrania, hay múltiples líneas que pueden desviar un convoy de una zona en la que las vías han sido destruidas y proseguir hacia su destino, aunque el trayecto sea más largo. Es por eso, según han explicado desde 2023 a este diario expertos militares, que Rusia no bombardea líneas ferroviarias en Ucrania, por ejemplo, las que conectan con Polonia y por las que pueden entrar suministros armamentísticos procedentes de países de la OTAN.

La ventaja para Ucrania es que la nueva línea rusa solo tiene una vía. Y por lo menos hay dos puentes de nueva construcción por los que pasarán los trenes. Estos serán un punto débil de las tropas ocupantes. Defense Express estimaba que el mejor lugar para golpear será en las zonas de espera de los convoyes que aguardan a que pase el tren que circula en sentido contrario. La desventaja para el país invadido es que destruir un tramo de vías, si no es con un equipo de sabotaje infiltrado, es un objetivo de dimensiones pequeñas que requiere enorme precisión si se intenta golpear con misiles o drones. Y, además, Rusia ha reforzado este año su red de defensas antiaéreas en el frente sur.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.
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