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Josep Borrell convoca a Israel y a los Veintisiete para hablar de la guerra en Gaza tras los desencuentros con Netanyahu

La UE aumenta la presión sobre el primer ministro para que acepte el plan de alto el fuego de Biden

Josep Borrell
Josep Borrell en Singapur, el pasado 1 de junio.Edgar Su (REUTERS)

El alto representante para Política Exterior de la Unión, Josep Borrell, ha convocado al ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, y a los jefes de la diplomacia de los 27 Estados miembros a una reunión para hablar de la situación en Gaza, según fuentes comunitarias. La cita, que se enmarcará en el Consejo de asociación UE-Israel, todavía no tiene fecha y puede tardar en llegar no solo por la negativa de Gobierno israelí, que las últimas veces ha rechazado acudir, sino también por las presiones de países como Hungría, República Checa o Bulgaria, que no quieren que las vulneraciones de Israel de los derechos humanos en la Franja se traten en ese foro, como han reclamado España o Irlanda.

La voz de los Veintisiete sobre la guerra en Gaza sigue expresándose en varios tonos distintos. Pese a esta cacofonía, la UE ha elevado la presión sobre el Gobierno de Benjamín Netanyahu y le ha instado a aceptar el plan anunciado por EE UU para un alto el fuego duradero en la Franja. También sube la presión sobre Hamás, a quien exige la liberación de los rehenes. La propuesta difundida y respaldada por el presidente Joe Biden nace de un plan israelí, pero el Ejecutivo de Netanyahu dice ahora que no se reconoce en ella y la ha rechazado. Mientras, Hamás, que con los atentados del 7 de octubre desencadenó la guerra de Israel en Gaza, ha pedido garantías a Washington.

Aunque a remolque de EE UU, y con una Hungría que se había mostrado reticente finalmente a bordo, los Veintisiete emitieron uno de sus comunicados conjuntos más tajantes sobre la situación en Gaza el martes por la noche y exigieron un alto el fuego permanente. “Se han perdido demasiadas vidas civiles”, dice la UE, que se ofrece a ayudar a reactivar el proceso político de paz.

Reunión europea

Los Estados miembros tendrán que acordar ahora la posición común (y la fecha) para la reunión del Consejo de Asociación UE-Israel, en sesión especial, a la que está invitado el jefe de la diplomacia israelí. Hace una semana, los ministros de Exteriores de los Veintisiete acordaron convocar esa cita, pero Hungría, República Checa y Bulgaria presionan ahora para dilatarla, reconocen fuentes diplomáticas.

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En febrero, España e Irlanda reclamaron a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que analizase si las vulneraciones del derecho internacional humanitario de Israel en Gaza contravienen el acuerdo de asociación con la UE, que tiene el respeto a los derechos humanos en su núcleo fundamental. Sin embargo, Von der Leyen, una de las líderes comunitarias más cercanas a Israel, ha dejado en el limbo la petición. En paralelo, Borrell ya trató de convocar la reunión del consejo de asociación. Los jefes de la diplomacia comunitaria accedieron a hacerlo solo hace una semana.

El acuerdo comercial con el Estado judío es una de las palancas de presión de la UE —que es el principal socio israelí, al representar el 25% de las transacciones que mantiene con el exterior— para que el Gobierno de Netanyahu acceda a un alto el fuego en un momento en el que las víctimas civiles se cuentan por decenas de miles: han muerto unas 36.000 personas por los ataques israelíes, según las autoridades gazatíes, y una cantidad indeterminada permanece sepultada bajo los escombros.

Tensión con Israel

La carta de convocatoria a Katz y a los ministros de Exteriores europeos llega en un momento de especial tensión del Gobierno de Netanyahu con Borrell, una de las voces europeas más claras y duras sobre las vulneraciones del derecho internacional del ejército israelí en la Franja. De hecho, el Ejecutivo israelí se ha negado a recibir a su enviado para la Paz en Oriente Próximo, Sven Koopmans, de visita en Israel (y Ramala) estos días. El mandato del alto representante terminará este otoño e Israel aspira a esperar a su reemplazo. Mientras, prefiere usar otros canales de comunicación en el Ejecutivo comunitario, dice una alta fuente israelí, que habla bajo condición de anonimato.

Israel, incide la fuente, también descarta como interlocutor a España —que ha liderado al grupo de Irlanda, Noruega y Eslovenia que ha reconocido el Estado de Palestina—, a quien el Gobierno de Netanyahu ha acusado de “premiar” a Hamás.

Israel maneja una especie de “semáforo” con los 27 miembros de la UE según su posicionamiento frente al Estado judío: en verde están Alemania, Austria, Hungría y República Checa, los que hasta ahora han impedido un endurecimiento de la posición europea contra Israel; en amarillo los que mantienen una posición más neutra y en rojo vivo, países como España, especialmente por haber reconocido a Palestina. Borrell, ironizó la fuente, está incluso más allá de ese rojo que tan peligroso consideran. “Borrell no es la UE”, subrayó la fuente.

El mismo alto cargo acusó especialmente a Borrell de estar “obsesionado” con Israel y mostró como ejemplo el número de mensajes en la red social X —aunque la decisión tomada por el Gobierno israelí es no responder por el momento públicamente, toman nota de manera minuciosa de todo pronunciamiento— dedicados al conflicto en Gaza, 127; frente a los emitidos con respecto a otro de los grandes desafíos europeos en materia geopolítica, la invasión rusa de Ucrania, 67 mensajes, según sus cálculos.

A la par, afirmó que, con sus posturas, que asegura no representan al conjunto de la UE, el jefe de la diplomacia europea está “dividiendo a la UE”, además de “dañando” la relación de la Unión con Israel e, incluso, “dañando a los propios palestinos”, puesto que su postura “sesgada” no ayuda a su causa, sostuvo. “Se está haciendo irrelevante”, advirtió la fuente, que asegura que varios representantes de gobiernos europeos le han asegurado que siempre refleja la postura común discutida a puerta cerrada.

Las críticas de Borrell contra Israel han desatado cierto malestar en algunos Estados miembros, como Alemania. Su canciller, Olaf Scholz, cargó contra el jefe de la diplomacia europea en la reunión a puerta cerrada del Consejo Europeo de marzo, en la que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, le defendió, explican fuentes comunitarias. Aunque desde entonces, las posturas de la mayoría de socios europeos hacia Netanyahu se ha endurecido.

Un portavoz de la Comisión ha indicado este miércoles que hasta ahora no ha habido ninguna queja oficial de las capitales europeas cuestionando los mensajes de Borrell. “Los únicos que deben juzgar si se sobrepasa o no en su mandato son los Estados miembros ante los que responde. Hasta el momento, no he visto ninguna declaración o comunicado de los 27 Estados miembros diciendo que el alto representante no está haciendo el trabajo que se supone debe hacer”, ha indicado en rueda de prensa.

Acusación de antisemitismo

La Comisión Europea ha rechazado este miércoles rotundamente la acusación de antisemitismo lanzada esta semana durante un congreso judío en Ámsterdam, donde un centenar de delegados de comunidades judías en Europa aprobaron una resolución en la que se acusa a Borrell de haber demostrado “un claro y repetido sesgo anti-Israel que ha contribuido significativamente al actual antisemitismo y el vilipendio del Estado de Israel como un todo en el espacio público europeo”, según resalta el diario Times of Israel.

“Rechazo firmemente cualquier acusación contra el alto representante Borrell de antisemitismo o de contribuir a la oleada de antisemitismo”, ha replicado el portavoz de Exteriores de la Comisión, Peter Stano, este miércoles. Borrell “no está sesgado contra Israel. Está preocupado por la pérdida de vidas humanas”, ha subrayado el portavoz. Una preocupación que se extiende tanto a las muertes de ciudadanos israelíes sucedidas “durante los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre”, como “por la pérdida de vidas inocentes de rehenes” en manos de Hamás como, por supuesto también, “por la vida de civiles inocentes que están pereciendo en las continuadas hostilidades en Gaza”, ha recordado.

“Hablar sobre esto y tratar de encontrar soluciones para que se rompa de una vez el ciclo de violencia no es antisemitismo”, ha zanjado Stano, que ha recordado que el papel de Borrell es, “es buscar consenso en las posiciones y acciones de la UE en acontecimientos importantes que son parte del dominio de la política exterior europea, y esto también incluye al conflicto en Gaza”.

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