Egipto conmemora la liberación del Sinaí bajo la amenaza israelí de invadir Rafah
La península representa un importante símbolo nacional. Un asalto del ejército de Israel en el último confín de Gaza plantearía un desafío mayúsculo en la zona
El 25 de abril está marcado en el calendario y en la memoria de Egipto como una jornada especialmente solemne en la que se conmemora que la península del Sinaí fue liberada de la ocupación de Israel y volvió a la soberanía egipcia. Este año, sin embargo, el homenaje a este hito llega en un momento delicado para El Cairo, ante la perspectiva de un asalto inminente del ejército israelí sobre Rafah, el último confín de Gaza, en la frontera egipcia, y por las repercusiones que podría acarrear para el futuro del Sinaí.
El Sinaí, una península triangular bañada por el Mediterráneo en el norte y dos brazos del mar Rojo en el sur y en sus costados, fue ocupado por Israel en la guerra de 1967 junto a Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán sirios. Egipto recuperó parte de esta tierra en la siguiente guerra árabe-israelí de 1973 y culminó la hazaña en 1982 tras la firma, tres años antes, de un tratado de paz con Israel que allanó el camino para su retirada. El repliegue concluyó un 25 de abril, fecha en la que se izó la bandera egipcia en la ciudad de Rafah, en cuya llanura las autoridades israelíes habían establecido un asentamiento. Desde entonces, el Sinaí se ha convertido en un símbolo de los sacrificios de los egipcios para preservar su integridad territorial, y representa un asunto nacional sentido y sensible, tanto entre el estamento militar gobernante como entre su población.
El presidente egipcio y militar retirado, Abdelfatá al Sisi, arrancó las conmemoraciones por la liberación del Sinaí el martes depositando una corona de flores en el Memorial del Soldado Desconocido de El Cairo acompañado del ministro de Defensa, Mohamed Zaki, y del jefe del Estado Mayor, Osama Askar. También visitó la tumba del expresidente Anuar el Sadat, el líder del país durante la guerra de 1973 y el proceso de paz con Israel. Los canales oficiales del ejército y los medios oficialistas se han inundado en los últimos días de emotivos contenidos recordando la gesta en el Sinaí y los proyectos de desarrollo impulsados en la península, sobre todo en el canal de Suez y en el norte, una región muy castigada por una amplia campaña antiterrorista librada por el Estado en la última década contra la rama local del Estado Islámico, que contaba con numerosos miembros gazatíes. “El Sinaí ocupa un lugar especial en la mente del ejército, pero también del público egipcio en general. Fue una tierra ocupada en 1967 y la recuperamos en parte gracias a la guerra y en su totalidad gracias a la paz, lo cual es un ejemplo de lo que nos gustaría que ocurriera hoy en la región”, declaró a este periódico Mohamed Anuar el Sadat, un político egipcio y sobrino del expresidente Sadat.
La conmemoración se produce en un momento de alta tensión en el noreste del Sinaí por la amenaza latente de un asalto del ejército de Israel sobre Rafah, la ciudad más al sur de Gaza y la única que aún no ha sido atacada por tierra desde el inicio de la devastadora ofensiva militar israelí. En los últimos días, los ataques aéreos contra Rafah han sido especialmente intensos, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Hoy en la ciudad, en la que permanece hacinada más de la mitad de la población del enclave, existe una “aura de miedo palpable” ante la perspectiva de una operación terrestre, afirmó el domingo el director adjunto de operaciones en Gaza de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, Scott Anderson.
El asalto terrestre sobre Rafah, sobre todo si se lanza sin elaborar antes un plan efectivo de evacuación de civiles que gran parte de la comunidad internacional no ve plausible en las condiciones actuales, genera una gran alarma en El Cairo porque podría provocar, de forma directa o indirecta, un desplazamiento forzoso masivo de palestinos hacia el Sinaí. Egipto ha rechazado en todo momento y de forma categórica este escenario, que ha sido en ocasiones planteado por las autoridades israelíes, porque no quieren ser cómplices de un destierro de Gaza que dinamite la aspiración palestina de crear un Estado que incluya la Franja y porque temen que ello supondría una amenaza para su seguridad nacional. El Cairo también sostiene que es Israel, como poder ocupante, el responsable del enclave. En la última semana, Israel ha bombardeado en al menos dos ocasiones puntos de Rafah muy próximos a la frontera egipcia, según la Fundación Sinaí de Derechos Humanos.
Nuevas acusaciones
En paralelo a la amenaza de invadir Rafah han vuelto a resurgir en los últimos días nuevas acusaciones de Israel a Egipto por su gestión de la frontera con Gaza, por la que líderes israelíes, incluido el primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguran, sin haber aportado de momento pruebas, que Hamás introduce a la Franja armas y personas. Sin embargo, el estatus del estrecho corredor desmilitarizado que se extiende a lo largo de la frontera está regulado por el tratado de paz de 1979 entre Egipto e Israel, y un cambio en su gestión o su control acarrearía importantes repercusiones en la arquitectura de seguridad de la zona.
En este contexto, el jefe del Servicio de Información del Estado de Egipto, Diaa Rashwan, que en los últimos meses se ha convertido en uno de los principales portavoces oficiosos del Gobierno, negó el martes que El Cairo esté discutiendo con Israel sus planes para una invasión de Rafah y reiteró su rechazo a este movimiento. También volvió a rebatir las acusaciones de que Egipto sea una fuente de contrabando de armas hacia Gaza y afirmó que en la última década el país ha reforzado los muros de separación con la Franja y ha destruido 1.500 túneles en la frontera porque estos se utilizaban para introducir armas y combatientes hacia el Sinaí y no en sentido opuesto.
Rashwan declaró asimismo en una intervención en la cadena de televisión oficialista Al Qahera News que en las últimas dos semanas Al Sisi lanzó “advertencias” al menos tres veces en encuentros públicos y con altos funcionarios israelíes, consciente de la gravedad de una futura invasión de Rafah.
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