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Stoltenberg advierte de que un Estados Unidos fuera de la OTAN es más débil

La Alianza Atlántica celebra en Bruselas su 75º aniversario bajo la sombra de la amenaza rusa y preocupada por el posible regreso de Trump a la Casa Blanca

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la celebración del 75º aniversario de la Alianza Atlántica en Bruselas, el miércoles 3 de abril.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la celebración del 75º aniversario de la Alianza Atlántica en Bruselas, el miércoles 3 de abril.Johanna Geron (REUTERS)
Silvia Ayuso

La OTAN celebra su 75º aniversario sintiéndose más fuerte y unida que nunca, pero, al mismo tiempo, consciente de que las amenazas a la “alianza más exitosa de la historia” no vienen solo desde fuera, con la guerra rusa contra Ucrania. El peligro también puede estar dentro, sobre todo si las elecciones estadounidenses de noviembre suponen el regreso del republicano Donald Trump. De ahí que el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, lanzara este jueves un mensaje claro a Washington en el cumpleaños redondo de la organización defensiva: Estados Unidos necesita tanto a la OTAN como Europa y sería más débil sin la organización transatlántica.

“Europa necesita a Norteamérica para su seguridad (…) al mismo tiempo, Norteamérica también necesita a Europa (…) juntos somos más fuertes y estamos más seguros”, dijo Stoltenberg durante la ceremonia en la sede de Bruselas de la OTAN por los 75 años de la fundación de la Alianza Atlántica. Un aniversario que se volverá a celebrar, con más fastos, durante la cumbre de julio en la capital estadounidense, donde el 4 de abril de 1949 se firmó el Tratado de Washington que dio origen a la alianza defensiva con los 12 primeros miembros, ahora expandidos a 32.

“Gracias a la OTAN, EE UU tiene más aliados y amigos que cualquier otra gran potencia”, subrayó Stoltenberg, que también recordó que la primera vez que se activó el crucial artículo 5 de la Alianza, aquel que consagra la defensa colectiva bajo el principio de que un ataque contra un miembro de la Alianza es un ataque contra todos, fue precisamente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE UU.

Las palabras de Stoltenberg fueron seguidas con atención por el secretario de Estado norteamericano de la actual administración de Joe Biden, Antony Blinken. Pero iban dirigidas al rival en noviembre del aspirante demócrata a la reelección. Porque Trump, cuyo nombre no ha sido mencionado en ningún momento, pero estaba en la mente de casi todos los ministros de Exteriores presentes, y en sus insistentes llamamientos a “mantenerse juntos”, ha vuelto a poner en cuestión la OTAN. Incluso ha llamado a Rusia a hacer “lo que diablos le dé la gana” con cualquier miembro de la Alianza que no gaste lo suficiente en defensa colectiva, en referencia a la meta del 2% del gasto en defensa del PIB señalado como meta mínima para los aliados.

No se trata solo de dinero

El jefe de la OTAN recordó que “Europa está invirtiendo más, mucho más” en defensa y que este mismo año, para cuando los líderes de los países aliados se reúnan en Washington, “la mayoría” de los miembros de la Alianza —dos tercios de ellos— invertirán ya al menos el 2% del PIB en defensa. También insistió en que no se trata solo de una cuestión de dinero. “Los aliados europeos proporcionan militares de primera categoría, vastas redes de inteligencia y una influencia diplomática única, lo que multiplica el poderío estadounidense”, indicó el noruego.

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La necesidad de mantener la unión en una alianza que ha evitado múltiples nuevos conflictos y garantizado ampliamente un largo periodo de paz para los países miembro y sus casi 1.000 millones de habitantes ha sido el mensaje unívoco de los ministros de Exteriores congregados este jueves en Bruselas para celebrar el aniversario de la Alianza, con discursos y, también, con una tarta de chocolate belga, uno de los países fundadores de la OTAN.

“Trabajamos juntos para proteger las libertades básicas, la democracia y el Estado de derecho. No son cosas que nos vienen dadas, son valores por los que hay que luchar. Mantengámonos juntos y seamos juntos más fuertes”, resumió el ministro de Exteriores letón, Krisjanis Karins.

“La OTAN sigue siendo una alianza defensiva fundamental, no solo para la seguridad euroatlántica y por supuesto de todos los españoles, sino también para la defensa de los valores que están siendo puestos en cuestión, tanto por la agresión rusa a Ucrania, como también desde dentro de nuestras sociedades por las fuerzas de extrema derecha, que son los valores de democracia, de pluralismo, de tolerancia, los valores finalmente de libertad que conforman la construcción europea en nuestro sistema democrático”, subrayó tras la reunión el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares.

La ceremonia fue celebrada ante las 32 banderas de los aliados. Que son 20 más que en sus inicios y, sobre todo, dos más desde que Rusia invadió Ucrania y llevó a países hasta entonces reticentes a formar parte de una alianza militar, como Finlandia y Suecia a dar el paso decisivo y solicitar su ingreso en la Alianza Atlántica. Una muestra más, según los aliados, de que el presidente ruso, Vladímir Putin, se equivocó al pensar que atacando a Ucrania debilitaría a Occidente y reforzaría a Rusia: desde el ingreso finlandés y sueco, la OTAN ha duplicado su frontera con Rusia a 1.340 kilómetros. Es también una prueba, agregan, de que la OTAN cumple 75 años más fuerte y vigorosa que nunca y, sobre todo, muy lejos de la “muerte cerebral” que le diagnosticara hace menos de un lustro el presidente francés, Emmanuel Macron.

Pese a que Ucrania centra en estos momentos la mayor parte de los esfuerzos y preocupaciones de la Alianza —la víspera Stoltenberg lanzó una propuesta de crear un fondo de contribuciones al país invadido por valor de 100.000 millones de euros durante cinco años—, la OTAN no está directamente implicada en el conflicto, ha subrayado el secretario general.

“La OTAN no es parte del conflicto y no lo será (…) No tenemos ningún plan de tener tropas de combate en Ucrania y no hemos recibido ninguna petición al respecto”, ha zanjado el noruego, que ha recordado que lo que Ucrania necesita ahora —y así lo ha dicho también en Bruselas su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba— son “equipos, munición y armas”, sobre todo misiles de defensa antiaérea.

En este sentido, Stoltenberg ha saludado los últimos anuncios de aportaciones de los aliados, desde los 600 millones de euros que dará Alemania a la iniciativa checa de comprar artillería, a los 10.000 drones de Reino Unido y más misiles y vehículos blindados de Francia o un nuevo paquete de ayuda de Finlandia por 188 millones de euros, formalizado durante el encuentro en Bruselas. “Tenemos que hacer más aún y tenemos que hacer que nuestro apoyo tenga una base más firme y duradera”, ha agregado en referencia a su propuesta del multimillonario marco financiero a cinco años.

Aunque la víspera España alertó contra el peligro de “duplicar” esfuerzos, este jueves Albares ha valorado positivamente la propuesta de Stoltenberg que, ha dicho a periodistas, permite “bajar la pelota a tierra”. Con su iniciativa, Stoltenberg “ha puesto sobre la mesa unas necesidades que se cuantifican de alguna manera (…) es mucho más realista hablar con cifras que hablar en el aire de ayuda”.

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha querido conmemorar una alianza que, dijo en X, “sigue siendo la base de la seguridad y la estabilidad en la zona euroatlántica”. Con la adhesión de Suecia y Finlandia, y su “unidad inquebrantable” con Ucrania, “la OTAN es más fuerte que nunca”, agregó la exministra de Defensa alemana, cuyo nombre llegó a barajarse como candidata a suceder a Stoltenberg, si bien ha preferido apostar por su continuidad al frente del Ejecutivo europeo en la misma Bruselas que alberga la sede de la Alianza. De los 27 Estados miembros de la UE, 23 son también socios en la OTAN.

Para celebrar su 75º aniversario, el histórico Tratado de Washington que dio origen a la OTAN en 1949 con sus 12 miembros originales, fue trasladado a Bruselas en avión y llevado bajo escolta policial hasta la sede de la Alianza. En su primera salida de Estados Unidos, el Tratado ha permanecido expuesto durante todo el encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores en la sede belga de la OTAN y ha sido el centro de atención de la ceremonia oficial del jueves, pero regresará de inmediato a su ciudad de origen, donde tendrá de nuevo un papel relevante en los fastos más solemnes previstos durante la cumbre de la Alianza en julio en la capital estadounidense.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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