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La izquierda castiga a Meloni en Cerdeña

La nueva alianza entre el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático logra superar por la mínima a la coalición de derechas en las elecciones en la isla

Los líderes del M5S, Giuseppe Conte, y del PD, Elly Schlein (derecha), celebraban la victoria de Alessandra Todde (centro) en las elecciones en Cerdeña, este martes en Cagliari.
Los líderes del M5S, Giuseppe Conte, y del PD, Elly Schlein (derecha), celebraban la victoria de Alessandra Todde (centro) en las elecciones en Cerdeña, este martes en Cagliari.FABIO MURRU (EFE)
Daniel Verdú

El experimento de la izquierda italiana ha funcionado en la isla de Cerdeña y por primera vez en muchos meses, los partidos progresistas tienen un motivo para sonreír. Durante la madrugada de este martes ha terminado un largo y agotador escrutinio que ha dado como ganadora a la candidata presentada por la coalición formada por los socialdemócratas del Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S, por su siglas en italiano). Es la primera vez que una alianza de ambas formaciones resulta exitosa en unas elecciones, y lo ha hecho contra un candidato que la primera ministra, Giorgia Meloni, había impuesto a la coalición de derecha bajo una cierta polémica.

El resultado es muy ajustado. Apenas tres décimas a favor de la política del M5S Alessandra Todde, la mujer al frente del nuevo artefacto progresista. Solo unos 3.000 votos de distancia con el candidato de la derecha, Paolo Truzzu. Pero el revés es duro para la líder de Hermanos de Italia, que ve como pierde magnetismo electoral por primera vez en el último año y medio. Una derrota especialmente dolorosa por cómo ha gestionado Meloni todo el proceso y por tratarse de unos de los últimos bancos de pruebas para las elecciones europeas. Truzzu es una apuesta personal de Meloni, pese a que Salvini prefería concurrir con Christian Solinas, el presidente saliente, que ha tenido que claudicar por una investigación judicial.

Elly Schlein, la líder del PD, no quiso perdérselo y voló anoche a Cerdeña acompañada de Giuseppe Conte, líder del M5S. “Cambia el viento”, anunció nada más llegar. Todde, a las dos de la mañana ya lo tenía claro: “Seré la primera presidenta mujer de la región: un momento histórico para Cerdeña. Estoy feliz y muy orgullosa”. Conte, una pieza fundamental de esta victoria, también se apuntó a los adjetivos grandilocuentes: “Es una jornada inolvidable. Los sardos han abierto una alternativa”. La realidad es justamente esa: el invento ha funcionado y podrá ser usado contra el rodillo de la derecha en los comicios. Según la ley electoral actual, los partidos que se presentan en coalición tienen mucha ventaja. Y ese es un elemento que la izquierda no había aprovechado todavía.

La victoria ha sido posible gracias al entendimiento entre el M5S y el PD. Una alianza que ahora muchos piensan que podría haber logrado parar el avance de la ultraderecha si se hubiese logrado establecer hace un año y medio, cuando la coalición que lidera Meloni arrasó en las elecciones generales de Italia. Los cambios desde entonces han sido significativos. Pero, sobre todo, el M5S, antiguamente un partido antisistema de opaca gestión, ha hecho un viaje de la mano de Conte hacia posiciones de centroizquierda que han facilitado el entendimiento con el PD. Y Schlein lo celebró. “Una cosa es cierta: la alternativa está ahí. Como secretaria, exactamente un año después de las primarias, no podía esperar mejor motivo de celebración. Demuestra que la dirección tomada es la correcta y que estar obstinadamente unidos da sus frutos. También lo estaremos ante otros retos igualmente importantes, porque hoy hemos demostrado que se puede vencer a la derecha”, apuntó.

Los datos revelan otro fenómeno interesante en el interior de la coalición de derechas. La Liga de Salvini continúa su caída libre y ya ha sido superada por Forza Italia, que parece no acusar la muerte de su presidente y fundador, Silvio Berlusconi. La Liga ha obtenido un decepcionante 3,8% de los votos y ha sido casi doblada por el tercer socio de la coalición gubernamental, la Forza Italia de Antonio Tajani, con un 6,3%.

Llegarán ahora las fricciones entre los tres partidos, aunque el candidato de la derecha, Paolo Truzzu, tratase el lunes de asumir toda la culpa para evitar males mayores. Salvini ha amagado ya a su manera con abrir una crisis. El líder de la Liga quiso que el candidato fuera el actual gobernador de Cerdeña, Christian Solinas. Pero Meloni impuso a un candidato de su partido provocando algo así ahora como un “ya te lo advertí” de su socio. “No cambia nada en el Gobierno. Pero habrá que estudiar los resultados y las causas”, advirtió el líder de la Liga. Los próximos comicios en Abruzo o Toscana marcarán la profundidad real de la herida abierta.

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Meloni, bromeando con los corresponsales: "No he tenido mi mejor día y no puedo ni ahogar la pena en alcohol"

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no tuvo su mejor día el lunes. Perdió en Cerdeña y perdió de forma dolorosa, porque el candidato que había impuesto ella fue arrasado por la izquierda. No fue un buen día porque hubo fricciones en su gobierno, porque su socio Matteo Salvini le recordó sus errores y porque, encima, tenía que ir a la cena de corresponsales. “No es mi mejor día, y encima estoy haciendo la cuaresma y ni siquiera puedo ahogar mis penas en el alcohol”, lanzó solo empezar su discurso, entendiendo enseguida que se trataba de un evento para tirar de humor e ironía. “Me habéis invitado a esta cena y cuando ya había aceptado me decís que Draghi dimitió dos días después de pasar por aquí. Así que haré todo lo posible por alejarme lo antes posible de esta mesa”.

Meloni se presentó vestida de blanca, con un elegante collar y tirando de ironía y acento romano. Celebró primero el traslado de la sede de los corresponsales en Roma al Palacio Grazzioli, vieja hogar en la capital de Silvio Berlusconi. “No sé qué diría desde el más allá si supiera que una banda de comunistas, como diría él, se ha trasladado a su casa”. Luego, algo más seria, quiso presentar una versión de sí mismo más amable y cercana de la que habitualmente proyecta.

“Quién soy yo? Bueno, soy alguien que no ama estar aquí [como primera ministra] y, sin embargo, por eso puede durar. No soy una persona optimista, y por eso creo que estoy en condiciones de afrontar ciertos desafíos. Miren, ninguno de mis sueños se ha realizado. Quería ser cantante, pero desafino. Quería ser jugadora de la selección nacional de Volleyball, pero soy enana. Y quería conocer a Michael Jackson, pero murió demasiado pronto”, continuó. “Pero fíjense, gracias a él y a sus canciones aprendí inglés y eso me sirvió luego para la política internacional”.

Meloni sorprendió con su tono a la platea de periodistas que se reunió en el hotel Waldorf Astoria de Roma. “Tengo muchos de los siete vicios capitales, pero no tengo el ma´s devastante para los políticos que es la vanidad. No estoy siempre cabreada, es una cara que me viene natural cuando estoy concentrada. Amo reír, y reír de mí misma. Me considero una persona buena, pero no hay que minusvalorar la maldad de un bueno obligado a ser malo", adivirtió ya en un tono más reconocible.  La primera ministra terminó su intervención prometiendo que devolverá a Italia el prestigio perdido durante años y "la nación volverá a ser fiable". 

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.
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