Claves | ¿Quiénes son los hutíes de Yemen y por qué EE UU y el Reino Unido los han atacado?
La milicia islamista aliada de Hamás e Irán que ha logrado perturbar la navegación en el mar Rojo intenta presionar a Israel por la guerra de Gaza, pero también aumentar su peso regional
Aviones de Estados Unidos y el Reino Unido han atacado esta madrugada más de 60 objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen. Se trata de la primera operación militar en territorio yemení desde que, en octubre, esta milicia fundamentalista aliada de Irán y de Hamás anunciara la apertura de un “tercer frente” en el mar Rojo contra Israel con el propósito declarado de forzarlo a acabar con la guerra de Gaza y permitir la entrada de ayuda humanitaria en el enclave palestino. La escalada contra estos rebeldes, cuyos ataques contra buques mercantes amenazan el tráfico marítimo en dirección al canal de Suez, confirma una extensión regional —de momento contenida— de ese conflicto.
Los insurgentes yemeníes han amenazado con responder al ataque. Rusia, por su parte, ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la andanada militar liderada por Washington. Estas claves explican quiénes son estos milicianos y por qué Washington los ha atacado en Yemen este viernes.
¿Quiénes son los hutíes?
La milicia Huthi —o Ansar Allá (Partidarios de Dios), su nombre real— es un movimiento chií que controla el 30% del territorio de Yemen, donde ha impuesto un régimen fundamentalista y represor, acusado de graves violaciones de derechos humanos. Fundada en los años noventa, su origen fue un grupúsculo religioso, Juventud Creyente, que aspiraba a reavivar la rama del islam chií conocida como zaidismo, que profesa un tercio de los más de 33 millones de yemeníes.
El grupo, que se había alzado en armas en 2003 contra el dictador Alí Abdalá Saleh, se unió en 2011 a las protestas pacíficas para que el autócrata abandonara el poder. No por ello dejaron de armarse y de apoderarse de más territorio hasta que, en 2015, tomaron la capital, Saná, y depusieron al sucesor de Saleh, Abdrabbo Mansur Hadi, que terminó exiliado en Arabia Saudí. Un año después, Riad se puso al frente de una coalición internacional para restaurar en el poder a Hadi. Desde entonces, esa coalición y la milicia yemení están en guerra, aunque en 2022 ambos bandos acordaron una tregua que, de facto, sigue en vigor. La última ronda de negociaciones entre ambos en septiembre acabó sin acuerdo sobre un alto el fuego definitivo.
¿Cómo se han implicado en el conflicto?
El 31 de octubre, la milicia anunció la apertura de un “tercer frente” contra Israel —además del de Gaza y el que enfrenta a Israel con el partido-milicia chií libanés Hezbolá— . Desde entonces la implicación de estos milicianos en el conflicto ha ido en aumento.
El 19 de noviembre, un escuadrón de encapuchados capturó en el mar Rojo el buque Galaxy Leader, vinculado a un multimillonario británico-israelí. Los ataques a barcos con destino al canal de Suez, una vía por la que transita alrededor del 12% del comercio mundial, han afectado ya a mercantes de 50 países en 27 ataques perpetrados hasta el momento—el peor de ellos fue el pasado martes—, según la Casa Blanca. Más de 2.000 barcos se han visto forzados a desviarse miles de kilómetros o a rodear África para evitar el paso por el mar Rojo, lo que ha encarecido el precio de los fletes un 170% por cierto. El 19 de diciembre, Estados Unidos anunció una misión naval de seguridad internacional para contrarrestar esa amenaza, en la que participan algo más de una decena de países, entre los que no se cuenta España.
¿Por qué esta milicia ataca a los barcos?
Por razones ideológicas y estratégicas. Las ideológicas se resumen en su lema: “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del islam”. Los hutíes consideran a Israel el enemigo del islam y de los musulmanes, al igual que Irán, su principal valedor, cuya mano se vislumbra detrás de la amenaza de estos insurgentes a la navegación en el mar Rojo, toda vez que los rebeldes yemeníes carecen de servicios de inteligencia que puedan detectar los barcos y conocer su destino y origen, unos datos que podría estarles proporcionando Teherán.
Sin embargo, según varios expertos, el propósito de presionar a Israel podría no ser el fin principal de los ataques, que se dirigen también a dos propósitos estratégicos para los hutíes. El primero es aumentar su maltrecha legitimidad frente a su propia población y a escala regional, al presentarse como adalides de la causa palestina, casi sagrada para muchos musulmanes. Esto les permite a su vez aumentar su peso como actor regional en el momento en el que están negociando una paz definitiva con Arabia Saudí.
¿Cuántos son estos milicianos y cómo consiguen sus armas?
El principal proveedor de este grupo en entrenamiento, armas e inteligencia es Irán, que les proporciona drones, misiles con un alcance de hasta 1.200 kilómetros, según la ONU, entrenamiento y probablemente datos de inteligencia, como los que aportan los satélites que estos rebeldes no tienen. Los hutíes forman parte de lo que Irán denomina el “eje de la resistencia” frente a EE UU e Israel, que también incluye a Hamás y al partido-milicia chií libanés Hezbolá.
La ONU calcula que cuentan con unos 100.000 partidarios, aunque no todos son combatientes, en un país con casi 33 millones de habitantes, y del que controlan cerca del 30% del territorio, incluido el estratégico puerto en el mar Rojo de Hodeida. Esas instalaciones han sido atacadas este viernes, pues se trata de uno de los puntos de lanzamiento y almacenamiento de drones y misiles de los milicianos.
¿Por qué Washington ha atacado ahora?
Washington se había mostrado hasta ahora reticente a la hora de atacar posiciones en Yemen por dos razones. La primera es el miedo a un contagio regional de la guerra en Gaza, especialmente porque esta milicia tiene detrás a Irán, la némesis de Israel, que financia a Hamás, Hezbolá y a milicias chiíes en Irak y Siria, que también están protagonizando ataques contra territorio israelí. La otra probable razón es que Arabia Saudí, un aliado crucial de Estados Unidos, aspira a salir de su costosa implicación en la guerra de Yemen y estos ataques contra objetivos de los hutíes en Yemen podrían alejar un alto el fuego definitivo.
Sin embargo, la creciente agresividad de los rebeldes y el aumento de sus ataques contra los mercantes que se dirigen al canal de Suez han terminado por desencadenar una respuesta militar cuyo fin es probablemente disuasorio. El destinatario de este mensaje de EE UU en forma de bombardeos aéreos no es solo la milicia Huthi, sino también Teherán. No parece una casualidad que esta operación militar encabezada por Washington haya sucedido unas horas después de que Irán anunciara la captura en el mar de Omán de un petrolero que ha descrito como estadounidense.
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