La justicia del Reino Unido falla a favor del príncipe Enrique en el caso de espionaje telefónico de la prensa
El magistrado Timothy Fancourt condena a Mirror Group Newspapers a pagar más de 160.000 euros de indemnización al duque de Sussex
El príncipe Enrique, de 39 años, ha logrado una dulce victoria en su larga y tormentosa batalla contra los tabloides británicos. El magistrado Timothy Fancourt, del Alto Tribunal de Inglaterra y Gales, ha sentenciado este viernes que los periodistas del grupo de prensa Mirror Group Newspapers (MGN), propietario del Daily Mirror, el Sunday Mirror y la revista Sunday People, adquirieron de modo ilegal información sobre el joven príncipe entre 2003 y 2009, mediante la piratería de sus comunicaciones telefónicas, a través del uso de investigadores privados o mediante técnicas de engaño. La sentencia, que da la razón a Enrique en 15 de los 33 casos que denunció ante la justicia británica, condena a MGN a pagar al duque de Sussex una indemnización de más de 160.000 euros, una tercera parte del medio millón que reclamó.
La decisión del juez ha sido abrazada como una victoria en toda regla por el equipo legal del príncipe, aunque en su texto rebaja y pone en contexto muchas de las exageradas acusaciones contra la prensa británica. “Creo que su teléfono móvil fue pirateado de un modo más bien modesto, y la operación fue controlada cuidadosamente por un grupo concreto de personas en cada periódico. Sin embargo, es cierto que ocurrió en algunas ocasiones desde finales de abril de 2003 hasta abril de 2009 —la fecha del último artículo que he examinado—”, señala el magistrado. “Hay una tendencia por parte del duque, a la hora de presentar sus pruebas, a dar por asumido que todo lo que se publicó sobre él fue el resultado de que tenía interceptado el buzón de voz de su teléfono, porque el pirateo era una práctica extendida en el grupo Mirror durante esa época. Pero no era la única herramienta periodística de entonces, y sus reclamaciones respecto a los otros 18 casos alegados no se sostienen frente a un análisis cuidadoso”, señala Fancourt.
El príncipe Enrique, que acudió en su momento a Londres para comparecer ante el tribunal a lo largo de dos tensas sesiones que sumaron más de ocho horas en el estrado, era el demandante principal de un litigio en el que también reclamaban indemnizaciones a la prensa otros presuntos damnificados. El actor Michael Turner, conocido como Michael Le Vell, muy popular por su participación en la legendaria telenovela Coronation Street, ha recibido una sentencia favorable para cuatro de sus 27 reclamaciones, y una indemnización de casi 37.000 euros. Las otras dos demandantes, las actrices Nikki Sanderson y Fiona Wightman, han visto cómo sus casos eran rechazados por el juez.
MGN ha emitido de inmediato un comunicado público de disculpas, ante una sentencia más que previsible, pero que, según su parecer, controla los posibles daños y pone un cierto punto final a un litigio que les ha perseguido durante años. “Damos la bienvenida a la sentencia, que ofrece a la industria [periodística] la necesaria claridad para seguir avanzando respecto a unos hechos que ocurrieron hace muchos años. Allí donde históricamente se ejercieron malas prácticas, pedimos disculpas sin la menor reserva, asumimos toda la responsabilidad y hemos pagado la indemnización apropiada”, decía el grupo.
El juicio, que acaparó la atención mundial de los medios y finalizó en junio, se prolongó durante siete semanas. Decenas de testigos, incluidos periodistas que participaron en las informaciones de aquellos años, como el famoso Piers Morgan, que dirigió el Daily Mirror entre 1995 y 2004, así como detectives privados o ejecutivos de prensa, dieron su versión de unos años especialmente turbios para la prensa sensacionalista del Reino Unido.
“La prensa ha sido hostil conmigo desde que nací”
“Fue desde el principio una espiral descendente, en la que los tabloides intentaban constantemente ponerme trampas y presentarme como un joven problemático, hasta que lograban que hiciera algo estúpido que diera para escribir una buena historia y vender muchos ejemplares”, escribió el príncipe Enrique en su demanda. “Cuando miro atrás, entiendo que fue un comportamiento absolutamente malvado”, concluía. “La prensa ha sido hostil conmigo desde que nací”, resumió, en un texto que contenía la misma acumulación de rencores, traumas infantiles y cuentas pendientes que el segundo hijo de Carlos de Inglaterra y Lady Di ya había anticipado en la autobiografía Spare (En la Sombra, Ed. Plaza & Janés).
El juicio contra los propietarios del Daily Mirror es el primero de una serie de tres procesos del duque de Sussex contra los tabloides británicos. La sentencia condenatoria, tanto en su fundamento como en la moderación de la sanción, puede suponer un importante precedente para los siguientes casos. Pero más allá de su dimensión punitiva, supone una victoria personal del príncipe Enrique frente a la bestia negra —los periodistas que persiguieron a su madre, Diana Spencer, a él mismo y a su hermano Guillermo durante años— que lleva combatiendo en los últimos años, ahora desde su exilio californiano.
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