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La directora en España del comité de la ONU de los refugiados palestinos: “En 11 días, ya no podremos repartir agua ni comida en Gaza”

Raquel Martí reclama a Israel que abra los cruces de la Franja porque, si no lo hace, “la población que no muera por las bombas lo hará por inanición”

Raquel Martí
Raquel Martí, directora ejecutiva de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), en una imagen facilitada por la organización.
Lola Hierro

Gaza es una ciudad arrasada en la que sus habitantes ni siquiera reconocen sus casas, porque los barrios están tan sumamente destruidos que han perdido todas las referencias. Es lo primero que denuncia Raquel Martí, directora ejecutiva en España del comité de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Desde su oficina de Madrid, sigue al minuto la evolución de los acontecimientos en la Franja, donde los bombardeos del ejército israelí como represalia al ataque de Hamás han matado a al menos 1.400 personas en seis días, entre ellos a 12 trabajadores humanitarios de esta agencia.

Las cifras de damnificados abruman; los desperfectos y necesidades urgentes son interminables. Martí denuncia que su organización está teniendo enormes problemas para abastecer a los 220.000 gazatíes que se refugian en 92 de sus escuelas repartidas por la Franja. Con los recursos actuales y el bloqueo que Israel ha impuesto sobre el territorio, con todos los pasos fronterizos cerrados y sin noticias de que se abran corredores humanitarios, Martí estima que en 11 días, como mucho, no les quedarán existencias. El tiempo se agota aún más rápido para otros casi dos millones de palestinos que no están recibiendo ayuda humanitaria. “La población acogida no está recibiendo todo lo que necesita porque estamos racionando, ya que no sabemos cuánto tiempo más vamos a tener. Si no se abren los cruces, en 11 días dejaremos de repartir agua, alimentos, productos de higiene y medicamentos”, asegura.

Pregunta. La UNRWA está dando refugio a 220.000 personas en 92 escuelas. Eso es estar muy hacinado.

Respuesta. Las escuelas están absolutamente masificadas, con mujeres, niños y familias enteras. Pero hay en total 340.000 desplazados en toda Gaza, durmiendo en cualquier sitio. La población tiene muchísimo miedo porque los ataques son a diestro y siniestro. Constantemente se ven escenas de gente excavando con las manos para sacar a las víctimas de debajo de los escombros.

P. Mientras, la Cruz Roja Internacional denuncia que los hospitales se van a convertir en morgues.

R. Los hospitales ya se han convertido en morgues, ya no caben más muertos en las cámaras frigoríficas. Se están acumulando los cadáveres en sus puertas, no hay suficientes camas de UCI y los heridos se mueren porque los médicos no dan abasto, no hay medicamentos esenciales ni suministros.

P. ¿Cuánto falta para que se apaguen los hospitales?

R. Depende de cada uno. Se está agotando el combustible de los generadores porque ya no queda electricidad en Gaza. La planta eléctrica ha cerrado y los hospitales tienen generadores de emergencia para los pacientes que necesitan respiradores o diálisis, para los quirófanos o las incubadoras de los bebés. Pero si no hay electricidad ni combustible, estas personas no sobreviven.

P. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, avisó a los gazatíes de que salieran de la Franja si querían salvar la vida ante los ataques del ejército israelí, pero ¿a dónde pueden ir si Israel ha cerrado los pasos?

R. Gaza lleva asediada por tierra, mar y aire desde 2007. Nadie puede salir sin la autorización de Israel, y tiene que hacerlo a través de los cruces israelíes o del paso de Rafah, en la frontera con Egipto. Lo que ha dicho Netanyahu es que salgan por allí, pero este cruce tiene una capacidad de 1.000 personas al día y hablamos de 2,2 millones de personas. Es decir, harían falta unos 2.200 días para evacuar a toda Gaza; es ridículo. De todas formas no hay corredores, la gente no puede ir atravesando zonas que están siendo bombardeadas para llegar y encontrarse que tienen que esperar 2.200 días para salir. Israel tiene que abrir los cruces.

P. Egipto asegura que el paso de Rafah sí está abierto para que entre suministro médico esencial. ¿No está entrando por ahí?

R. El cruce de Kerem Shalom de Israel es gigantesco, como la terminal de un aeropuerto, con enormes cintas transportadoras para meter toneladas de comida a diario. Rafah no tiene esta capacidad, es una puerta al desierto. Por ahí puede entrar muy poca comida, pero además ha sido bombardeado ya dos veces por Israel. Tienen que pactar corredores humanitarios no solo para que salgan personas, sino para que entre la ayuda, porque todas las infraestructuras han sido bombardeadas, y muchísimas carreteras de la Franja siguen siendo atacadas.

P. Si Israel no accede a abrir los pasos fronterizos para crear corredores de ayuda, ¿qué pronóstico hay para Gaza?

R. La gente no tiene electricidad ni agua porque la planta eléctrica está cerrada y la de desalinización no funciona. El agua del acuífero no es potable, no se tratan las aguas residuales y esto va a originar un montón de enfermedades, y los mercados están quedando desabastecidos de comida. Si la población de Gaza no muere por las bombas, morirá de inanición.

P. ¿Cuál es la respuesta de la UNRWA ante este panorama?

R. Hemos hecho una llamada de emergencia porque necesitamos 100 millones de euros para atender durante 90 días a unas 250.000 personas con alimentos, medicamentos y dinero en efectivo. Estamos empezando a hacer llamamientos a los donantes. Aunque ahora todos los pasos están cerrados, en el momento en el que se abran necesitamos tener preparada toda la ayuda humanitaria.

P. En todo momento hablamos de las 250.000 personas que podéis llegar a atender. Pero la población total que ahora mismo hay en Gaza es de 2,2 millones de habitantes. ¿Qué pasa con todas esas otras?

R. Dentro de nuestro llamamiento tenemos un capítulo para distribuir ayuda a otros 200.000 gazatíes sin hogar que no nos caben en los refugios. Pero es que, además, desde el sábado hemos tenido que cerrar todos nuestros centros de distribución de alimentos, con los que atendíamos a 1,2 millones de personas. Estos no tienen ninguna posibilidad de alimentarse.

P. La supervivencia para quienes no pueden acceder a la ayuda humanitaria es todavía más complicada. ¿Esta es la situación más extrema que ha visto en Gaza?

R. No. Está siendo muy similar a la de 2014. En esa ofensiva hubo 2.200 muertos, medio millón de desplazados, 11.000 heridos… Esa fue la más desastrosa. Pero lo que está diciendo la población en Gaza es que esta está siendo peor, porque el grado de destrucción está siendo muchísimo más rápido que la otra vez. Si esto continúa, llevamos camino de sobrepasar el récord que tuvimos en 2014.

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Sobre la firma

Lola Hierro
Periodista de la sección de Internacional, está especializada en migraciones, derechos humanos y desarrollo. Trabaja en EL PAÍS desde 2013 y ha desempeñado la mayor parte de su trabajo en África subsahariana. Sus reportajes han recibido diversos galardones y es autora del libro ‘El tiempo detenido y otras historias de África’.

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