Eni y Repsol llevarán nafta a Venezuela para ayudar a paliar la escasez de combustible
La medida constituye un nuevo eslabón en la flexibilización de sanciones al chavismo, aunque los expertos advierten de que su impacto será limitado
Las petroleras Emi y Repsol han comenzado a exportar nafta y algunos componentes adicionales para la fabricación de gasolina en Venezuela, antigua potencia energética que hoy lucha por hacer un tardío mantenimiento de su deteriorado parque de refinerías, maniatada por las sanciones internacionales, en medio de una escasez de combustible que sigue siendo un dolor de cabeza en muchos pueblos y ciudades del interior. La medida avanza el acercamiento entre estas dos empresas europeas y el Estado venezolano, en un contexto aparente de flexibilización de sanciones en el sector energético para el régimen de Nicolás Maduro. Hace tres meses, la italiana Eni y la española Repsol concretaron acuerdos con Petróleos de Venezuela para explotar condensados y exportar a Europa gas natural en los gigantescos yacimientos del campo Perla, en el Golfo de Venezuela, al occidente del país.
El envío de estos 260.000 barriles de combustible, opinan algunos expertos, podría contribuir parcialmente a atenuar los problemas del uso de gasolina en el parque automotor local, pero en ningún caso lo resolverá por completo. Mientras esto sucede, algunas informaciones dan señales sobre la reactivación de algunos contactos entre el chavismo y la oposición, con la presencia de Estados Unidos, intercambiando proposiciones, aunque sin resultados concretos, sobre los temas electorales, las inhabilitaciones a los candidatos, los presos políticos y las sanciones internacionales.
Luis Oliveros, economista petrolero y profesor de la Universidad Metropolitana en Caracas, comenta que “Eni y Repsol tienen tiempo buscando un arreglo al menos similar al que tiene Chevrón (una licencia de explotación limitada de crudos nacionales). Estados Unidos ha sido bastante inflexible con eso. Es cierto que hay una presión importante antisanciones dentro y fuera del país, pero esta flexibilización será limitada. Estará además muy condicionada por la propia campaña electoral de Estados Unidos el año que viene”.
Durante los últimos años, los trabajos de auxilio al Estado venezolano para atender la crisis crónicas de sus refinerías y el rezago en su mantenimiento –tarea que ahora es aún más complicada a causa de las sanciones internacionales- han correspondido a Irán. En las últimas semanas, Petróleos de Venezuela ha tenido que atender nuevas contingencias en sus refinerías y mejoradores de crudo extrapesado, que han presentado averías luego de trabajos de refacción.
Hace años uno de los grandes productores de petróleo y derivados de combustible del mundo, Venezuela produce hoy apenas 95.000 barriles diarios de combustible, cuyo uso se orienta como prioridad a la capital, Caracas. El resto del territorio presenta frecuencias irregulares en el servicio, con crisis que se desencadenan y se resuelven transitoriamente, y de forma intermitente, en cada región del país.
La politización de sus objetivos, la corrupción desbordada y el despilfarro durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro fueron minando progresivamente el músculo financiero de Petróleos de Venezuela –la eterna taza de plata de la administración pública nacional-, empresa que ahora está impedida de emprender los necesarios trabajos de mantenimiento de pozos, oleoductos y refinerías por no tener los recursos suficientes, en un país que tiene negado el acceso al crédito internacional.
Luego del derrumbe de 2018, Venezuela ha venido levantando lenta y trabajosamente su producción petrolera desde 2022, en este momento cercana a los 800.000 barriles diarios, gracias al “efecto Chevron”, y a una modesta mejora de la mermada producción propia de PDVSA bajo la dirección de su nuevo presidente, Luis Tellechea. Para regresar a sus antiguas cotas de producción, promediadas en los dos millones y medio de barriles diarios, el país necesitaría millonarias inversiones en un contexto en el que sea posible levantar las sanciones internacionales y concretar un acuerdo político entre el chavismo y la oposición.
“Venezuela puede suplir de gas a Europa, pero esa oferta en medio de la situación actual es limitada”, afirma Oliveros. “Se necesitan muchas inversiones, nada de eso se va a ver mañana, faltan muchas cosas aún. Claro que este anuncio de Eni y Repsol es una buena noticia. Lo que pasa es que sabemos en qué consiste el infierno venezolano en estos años: si llegan los componentes para la gasolina que han estado imposibilitando las sanciones, luego habrá que enfrentar el frágil equilibrio que tiene el parque refinador nacional, que puede que no esté preparado para producir mucho más de lo que produce hoy”.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.