El presidente de Ecuador califica de “crimen político” el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio: “Quieren amedrentar al Estado”

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, calificó este jueves de “crimen político” el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, perpetrado horas antes en Quito. Tras declarar tres días de luto nacional y el estado de excepción por 60 días, Lasso fue tajante sobre la necesidad de seguir adelante con el proceso electoral en curso.

“A quienes buscan amedrentar al Estado: no vamos a retroceder. El Estado está firme y la democracia no claudica ante la brutalidad de este asesinato”, advirtió Lasso tras la reunión de urgencia del Gabinete de Seguridad. El discurso presidencial fue transmitido en cadena nacional de radio y televisión desde el Palacio de Carondelet. Lasso estaba acompañado por las máximas autoridades del Consejo Electoral, de la Fiscalía General, la Corte Nacional de Justicia y las Fuerzas Armadas. “No le vamos a entregar el poder y las instituciones democráticas al crimen organizado, aunque esté disfrazado de organizaciones políticas”, continuó Lasso.

El mandatario no duda de que este asesinato es “un intento de sabotear el proceso electoral”. Lejos de suspenderlo, en la reunión de emergencia del Gabinete de seguridad se decidió mantener el calendario aprobado. Eso significa que el debate presidencial se realizará el domingo 13 y los comicios presidenciales y legislativos se llevarán a cabo una semana después, el 20 de agosto. Los candidatos podrán seguir haciendo campaña, aunque este miércoles anunciaron la suspensión de actos políticos de manera temporal.

No existen garantías de seguridad para el día de las elecciones. Sin embargo, el acuerdo al que llegaron fue que “las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional redoblarán la seguridad en todos los recintos electorales, para que los próximos comicios se desarrollen con garantías en paz”, según Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral. Atamaiant informó también que los organismos internacionales que estarán como veedores del proceso han confirmado su presencia a pesar de los últimos hechos violentos que escalan sin poder predecirlos.

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La violencia altera la rutina de los ecuatorianos a diario. El mismo miércoles 9 de agosto en el que Villavicencio fue asesinado, el país se había despertado con la noticia del secuestro de la decana de la facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, María Antonieta Touriz. Cerca del mediodía, el mandatario anunciaba entre aplausos su liberación. Pero un día antes, el país ya estaba consternado por las imágenes de un robo en el que los criminales dispararon a un hombre que caminaba con su hija de cinco años. “¡A mi papito me lo mataron!”, gritó con desesperación la niña al ver la herida de su padre en la pierna.

Los crímenes se cuentan por miles, entre los que se incluyen el asesinato del alcalde de la ciudad costera de Manta, Agustín Intriago; del director de Terrenos del Municipio de Durán, Miguel Santos; así como del candidato a asambleísta Rider Sánchez, víctima de un ataque armado en Esmeraldas.

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