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EE UU se involucra en la crisis de Níger ante el riesgo de una guerra regional y el aumento de la influencia rusa

El secretario de Estado advierte de la intención de los mercenarios de Wagner de sacar provecho del golpe de Estado en el país del Sahel

El líder de la junta en Níger, Abdourahmane Tchani (derecha), junto a otros militares en un mítin en Niamey. Foto: STRINGER (REUTERS) | Vídeo: EPV
Macarena Vidal Liy

Níger vive una situación explosiva de consecuencias imprevisibles. Una vez vencido el ultimátum que un grupo de países vecinos liderado por Nigeria habían dado a los militares golpistas para que devolvieran el poder al Gobierno democrático y antes de la cumbre que el jueves reunirá a estos países para decidir cómo actuar, Estados Unidos aumenta su involucración en el conflicto. Washington apoya los esfuerzos para tratar de restablecer el orden constitucional tras el golpe de Estado del general Abdourahamane Tchiani y conseguir el retorno del presidente Mohamed Bazoum, según subraya el secretario de Estado, Antony Blinken. El jefe de la diplomacia estadounidense ha alertado también sobre el papel que pueda jugar el grupo paramilitar ruso Wagner, ya presente en otros países vecinos.

A Washington le preocupa, y mucho, lo que ocurre en Níger, un país de 25 millones de habitantes y clave en la lucha contra los grupos extremistas islámicos en el Sahel. Estados Unidos mantiene una base militar con un millar de soldados en esa nación, precisamente para hacer frente a esas organizaciones radicales. Durante el mandato del prooccidental Bazoum, Niamey se había convertido en un bastión de la lucha contra ese terrorismo y un oasis de relativa estabilidad en una región muy volátil en la que se dispara la animosidad contra Occidente —especialmente contra Estados Unidos y Francia, la antigua potencia colonial— mientras crece la simpatía hacia Rusia.

El miedo es que Níger siga el camino de Malí y Burkina Faso, dos países de la región ahora gobernados por juntas militares hostiles a Occidente. Ambos países ya han enviado comitivas a Niamey. A ese temor se suma la posibilidad muy real de que el grupo Wagner, muy presente en África, aproveche la incertidumbre tras la asonada para asentarse en el país y ganar influencia para sí y para Moscú en una región tan volátil como estratégica. Algunas informaciones apuntaban que la junta militar de Níger puede haber pedido ya ayuda a la organización. El dirigente de Wagner, Evgeni Prigozhin, instaba a los militares de la junta a que le llamaran “por teléfono”, en un mensaje de voz por la red social Telegram

Washington ha enviado a la número dos en funciones del Departamento de Estado, Victoria Nuland, a Niamey, la capital de Níger, para tratar de reunirse con los líderes del golpe perpetrado hace dos semanas. De momento, sin éxito. La diplomática solo ha sido recibida por el responsable de Defensa, el general Moussa Barmou, y no ha conseguido ver a Tchiani, el antiguo jefe de guardaespaldas del presidente constitucional convertido en líder de la asonada.

“La diplomacia es desde luego la vía preferida para resolver esta situación”, ha declarado Blinken en una entrevista concedida a Radio France International. “Es la posición actual de la Cedeao [la Comunidad Económica de Estados de África Occidental]. Es nuestra posición. En cualquier caso, apoyamos los esfuerzos de la Cedeao para restablecer el orden constitucional”.

La Cedeao, encabezado por Nigeria, trata de abrir un diálogo para revertir el golpe. Pero también ha advertido que no descarta el uso de la fuerza para restablecer en el poder a Bazoum, ahora detenido por la junta. Se espera que la organización tome una decisión en la reunión de urgencia convocada para el jueves.

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Tchiani ha desoído los llamamientos y ha comenzado a nombrar ministros para formar un nuevo gobierno. Ali Mahamane Lamine Zeine, antiguo responsable de economía, ha sido designado como primer ministro. Además, los nuevos responsables del país rechazaron este martes la entrada de una delegación tripartita compuesta por representantes de la Cedeao, la Unión Africana y Naciones Unidas, que tenía previsto llegar a Niamey para reunirse con los militares.

“Estoy en intenso contacto con el presidente Bazoum, con muchos líderes en África, y todos trabajamos con el mismo objetivo: el restablecimiento del orden constitucional”, ha apuntado el secretario de Estado de EE UU en declaraciones a la emisora de televisión catarí Al Jazeera.

Washington mantiene la vista en lo que pueda hacer el grupo paramilitar Wagner, que ya está presente en Malí. Según Blinken, la organización mercenaria ya busca “sacar provecho” de la inestabilidad en Níger.

“Creo que lo que ha pasado, y sigue pasando, en Níger no ha sido instigado por Rusia o por Wagner, pero… intentaron sacar provecho de ello”, ha asegurado el jefe de la diplomacia estadounidense en declaraciones a la BBC. Blinken advirtió sobre las consecuencias que abrir la puerta a los mercenarios rusos tendría para Níger. “Cada vez que este grupo Wagner se ha metido en un sitio le han seguido muerte, destrucción y explotación… la inseguridad ha crecido, no se ha reducido”.

Las advertencias de Blinken se suman a las que ya había lanzado el propio Bazoum la semana pasada. “Con una invitación de los autores del golpe y sus aliados regionales, toda la región central del Sahel podría quedar bajo la influencia rusa a través del grupo Wagner, cuyo terrorismo brutal ha quedado plenamente expuesto en Ucrania”, escribía el presidente en una tribuna en el Washington Post.

Conversaciones “extremadamente difíciles”

Desde Niamey, Nuland ha asegurado en declaraciones a los medios que la junta militar comprende las implicaciones que tendría el dar facilidades al grupo mercenario ruso. La secretaria de Estado adjunta —en funciones porque aún no ha sido confirmada por el Congreso de EE UU— ha reconocido que sus conversaciones con los jefes militares de Níger han sido “extraordinariamente difíciles”.

Tchani no accedió a celebrar una reunión con ella. Nuland tuvo que resignarse a transmitir a Barmou, el jefe militar, su mensaje: que Níger perderá cientos de millones de dólares en asistencia estadounidense si no se regresa al orden constitucional. Washington ya ha cancelado la entrega de un centenar de millones de dólares en ayuda al desarrollo y asistencia a seguridad tras el golpe. “Hemos dejado absolutamente claro lo que está en juego en nuestra relación, y que por ley tendremos que cortar el apoyo económico y de otro tipo si no se restablece la democracia”, apuntaba la número dos de Blinken.

Hasta el momento, los líderes de la asonada han hecho oídos sordos a esas reclamaciones. “Soy bastante firmes en su opinión de cómo quieren seguir adelante, y no coincide con la Constitución de Níger”, agregaba.

La UE ve aún “margen para la mediación” hasta el jueves 

Silvia Ayuso (Bruselas)

La Unión Europea cree que aún queda un “margen para la mediación” en Níger antes de la reunión extraordinaria del jueves de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) para decidir los siguientes pasos después de que el domingo venciera el ultimátum de la organización regional a los golpistas para restaurar el orden democrático en el país. Aun así, ha dicho el portavoz comunitario de Exteriores, Peter Stano, Europa ha apoyado hasta ahora a la Cedeao en sus decisiones y lo seguirá haciendo, decida lo que decida en la cita crucial del jueves en Abuya. 

Aunque “aún hay margen para la mediación” en las próximas horas, la Cedeao “es el organismo líder en esta situación”. El alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, “ha sido muy claro” en su “firme apoyo” al organismo ante el golpe militar y sus esfuerzos para “buscar una solución” y “restaurar” el orden democrático en Níger, ha declarado Stano en rueda de prensa en Bruselas. Un respaldo que, ha subrayado, continuará de cara a la cita de los países africanos el jueves en la capital nigeriana, donde se analizará la posibilidad de emprender acciones militares contra los golpistas. 

La UE, ha recordado el portavoz, ha mantenido en los últimos días estrechos contactos con responsables africanos y de la comunidad internacional para tratar la situación tras el golpe militar. Porque lo que sucede en Niger es una cuestión que afecta no solo al país, sino a la seguridad “en toda la región”, ha recalcado. De ahí, ha indicado, la “firmeza” de la posición europea, que ha suspendido por el momento toda la cooperación y programas con Níger.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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