Bruselas teme que Rusia extienda sus tentáculos en el Sahel tras el golpe en Níger
La desestabilización en esa zona de África amenaza con aumentar el peligro del terrorismo yihadista y elevar los flujos de migrantes hacia Europa
La UE está extremadamente preocupada por el golpe militar en Níger, considerado el último socio de Occidente en la región del Sahel, asolada por el auge del extremismo. El presidente, Mohamed Bazoum, apartado por un grupo de altos cargos militares, permanece detenido por miembros de su guardia de seguridad, según fuentes comunitarias. Crecen los temores de que Níger, un país de 25 millones de habitantes, se sume a los Estados de la región gobernados por juntas militares, como Malí o Burkina Faso, en un entorno de autócratas apoyados directa o indirectamente por el Kremlin. Además de la crisis humana y la inestabilidad para una ciudadanía que ha sufrido la violencia extremista durante años, Bruselas teme que Rusia aproveche la asonada militar para extender sus tentáculos en la región y aumentar su influencia en el Sahel, donde ya opera el grupo de mercenarios Wagner, según apuntan altas fuentes comunitarias.
“Lo que está pasando en Níger interesa a Rusia”, explica un diplomático que conoce muy bien el Sahel, donde ha estado destinado durante años. No es que crea que Moscú esté detrás de lo sucedido, pero sí que se le abre una oportunidad. Y eso ya ha empezado a verse. El jueves, la junta golpista rompió sus acuerdos de defensa con Francia y se acercó más a los regímenes militares de Malí, Burkina Faso y Guinea-Conakry. Y también a Rusia, cuya bandera se exhibe en manifestaciones en Niamey. Mientras, crece la presión internacional para que la junta militar restaure el orden constitucional, con un ultimátum de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) que expiró la medianoche del domingo. La organización, que ya ha impuesto sanciones a Níger, ha planteado una posible intervención militar si no se recupera la democracia. Los golpistas cerraron el espacio aéreo del país minutos antes de que expirara el plazo de la Cedeao.
Desde su reclusión, el propio presidente Bazoum ha lanzado advertencias en una carta publicada por el diario The Washington Post: “Toda la región central del Sahel podría caer bajo la influencia rusa a través del grupo Wagner [la organización paramilitar]”. Pese a estar vigilado, el dirigente depuesto mantiene contactos estrechos y continuos con algunos líderes africanos y occidentales, y con la cúpula de las instituciones comunitarias, como con el alto representante para Política Exterior, Josep Borrell. El jefe de la diplomacia comunitaria, tras una conversación el sábado con el ministro argelino de Exteriores, Ahmed Ataf, manifestó que ambos comparten “la inquietud y el deseo de evitar una escalada que tendría consecuencias graves para una región ya fragilizada”.
“Las motivaciones de los golpistas son ante todo personales, en el contexto de una reforma de la guardia presidencial que, al parecer, Bazoum pretendía llevar a cabo. Los golpistas, como el general [Abdourahamane] Tchiani, quieren sobre todo mantenerse en el poder”, analiza la investigadora francesa Lauriane Devoize, del instituto de estudios Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR, por sus siglas en inglés). Aunque a continuación se suma al temor generalizado: “En mi opinión, Wagner está agazapado y no hay duda de que el grupo intentará sacar partido del golpe si este tiene éxito. La visita del general nigerino [Salifou] Mody a Bamako [capital de Malí] podría significar que los golpistas quieren seguir los pasos de su vecino”. En esa visita, los golpistas habrían pedido la ayuda de Wagner, según informaba el sábado la agencia Associated Press citando a un analista de Soufan Center, un centro de estudios de seguridad y conflictos.
Níger es uno de los países más pobres del planeta, aunque con el líder derrocado mantenía un programa modernizador, como la educación para las niñas y la reducción de la tasa de natalidad, la más alta del mundo, con una media de más de siete hijos por mujer. Hasta hace unos días, desde Europa se destacaba como uno de los países de la región que habían resistido a un intento de golpe de Estado, en marzo de 2021, dos meses antes del que se produjo en Malí, que empezó a cambiar el tablero geopolítico en la zona. Además, había vivido una transición en el poder entre dos presidentes elegidos democráticamente: el derrocado Mohamed Bazoum sucedió a Mahammadou Issoufou.
“Hasta ahora ha sido un socio estable y fiable con el que los europeos han trabajado bien”, explica Devoize. En Bruselas había gran interés en que siguiera siendo así, como demostró la visita del alto representante apenas dos semanas antes del golpe. Níger posee la cuarta reserva de uranio del mundo, fue el séptimo productor mundial en 2022 y es uno de los principales proveedores de Francia, donde el 70% de la energía eléctrica tiene origen nuclear. También tiene fosfato, oro, carbón y petróleo. Además, el Gobierno derrocado colaboraba en la contención de la migración en la zona, algo de vital importancia para Europa, temerosa y dividida ante los flujos migratorios que llegan al Mediterráneo cruzando el Sahel. “Para la UE, si el golpe triunfa, tendrá consecuencias nefastas en dos elementos cruciales de la cooperación con Níger: la lucha contra el terrorismo y la lucha contra el tráfico de inmigrantes”, añade la investigadora del ECFR.
El Kremlin lleva años extendiendo su influencia en África, donde ha aumentado sus acuerdos de venta de armas e inversiones en materias primas críticas, hidrocarburos y minerales preciosos y donde ha colocado a los mercenarios de la compañía Wagner para proteger a los líderes afines y los intereses rusos en la región. Los paramilitares rusos están en varios países africanos, pero son particularmente activos en República Centroafricana —un país considerado ya prácticamente su feudo— Malí, Sudán y Libia.
A todo ello se añaden habituales campañas de desinformación e influencia a través de las redes sociales, según varias investigaciones. La inteligencia occidental investiga ahora si en las semanas previas al golpe, Rusia puso en marcha campañas de desinformación y desestabilización específicas. De momento, no se ha hallado evidencia, según apunta un oficial de inteligencia de un país europeo. Sí han detectado campañas de información coincidiendo con el golpe y, sobre todo, con la cumbre Rusia-África celebrada a finales de julio en San Petersburgo con el presidente ruso, Vladímir Putin.
En este caso, los datos apuntan a que Moscú se mueve más de forma oportunista, señala la fuente de inteligencia. Un diagnóstico que comparten varias fuentes comunitarias. El jefe de los mercenarios de Wagner, Yevgueni Prigozhin, ya ha ofrecido sus servicios a los líderes del golpe de Níger. De hecho, uno de los golpistas ha viajado en los últimos días a Malí, donde se ha reunido con líderes malienses y personas vinculadas a Wagner, según fuentes de inteligencia. “Lo que sucedió en Níger se ha estado gestando durante años”, ha llegado a decir Prigozhin en uno de sus canales de Telegram.
La rebelión de Prigozhin y sus hombres contra el Kremlin en junio, que dejó a la vista las grietas del régimen de Putin, no parece haber alterado una realidad: Rusia necesita a sus mercenarios y al empresario en África. Prigozhin estuvo presente en San Petersburgo durante la cumbre con una quincena de líderes africanos —una delegación menguante desde la última vez, hace dos años— y se lo puede ver en fotografías publicadas en Facebook junto a uno de los jefes de seguridad del régimen centroafricano.
El 30 de julio, miles de simpatizantes de los golpistas salieron a la calle en la capital, Niamey, ondeando banderas rusas y gritando consignas a favor del Kremlin y contra Francia y el colonialismo. Los golpistas también han difundido la noticia falsa de que el Ejército francés está preparado para intervenir y restablecer al presidente Bazoum, apunta una alta fuente comunitaria.
De momento, los países occidentales se han centrado en evacuar a sus ciudadanos. Francia ya ha evacuado a más de un millar de personas, franceses y de otra cincuentena de nacionalidades, y España ha repatriado a medio centenar de nacionales de Níger. Pero en el país van a permanecer la misión de la UE de entrenamiento de policías y protección de fronteras y la misión humanitaria, consideradas personal esencial, explican fuentes comunitarias.
Por su parte, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) ha decretado sanciones contra Níger y la UE ha suspendido la ayuda presupuestaria directa y la cooperación en materia de seguridad. “Una desestabilización de Níger plantearía graves riesgos para la seguridad de sus países vecinos y más allá, en el Golfo de Guinea, y los primeros beneficiarios serán los grupos yihadistas. Desde el punto de vista político, si el golpe tiene éxito, se corre el riesgo de un efecto contagio en otros países, de ahí la firmeza de la Cedeao, ya que está en juego la credibilidad de la organización y el futuro de la región, tanto en el plano político como en el de la seguridad”, apunta de nuevo Devoize.
Las turbulencias en el flanco sur ―un concepto geográfico, estratégico y militar amplio y algo indefinido que abarca el norte de África, el Sahel y Oriente Próximo― también preocupan a la OTAN. En la cumbre de Vilnius, la declaración final hizo hincapié en la mezcla explosiva de fragilidad institucional, cambio climático y proliferación de organizaciones terroristas y denunció una acción de Rusia para alimentar tensiones e inestabilidad en estas regiones. Sin embargo, pese a que la cuestión del flanco sur es de máximo interés para España, Italia o Portugal, la guerra de Rusia contra Ucrania han desplazado el debate sobre el flanco sur y establecer nuevas fórmulas de cooperación de la Alianza. Fuentes aliadas señalan que lo sucedido en Níger puede reavivar las conversaciones.
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