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Siete años sin noticias de Milagros: las cuentas pendientes de Uruguay ante la trata de personas

Una investigación de openDemocracy revela la “desidia” de las autoridades del país sudamericano ante las desapariciones de mujeres

Nancy Baladán en el Parque de Pando, donde buscó a su hija desaparecida.
Nancy Baladán en el Parque de Pando, donde buscó a su hija desaparecida.MARIANA GREIF (Rebelarte/openDemocracy)

Milagros Cuello salió de su casa en la ciudad Pando, en el sur de Uruguay, el 3 de diciembre de 2016. Tenía 16 años. “Voy y vuelvo en cinco minutos”, le dijo a su padre antes de marcharse a la plaza principal a eso de las 11 de la noche. Desde entonces, la familia no ha vuelto a saber nada de ella. Tampoco ha tenido respuestas de la policía, de la Fiscalía ni de la Justicia. Nancy Baladán, su madre, empezó la búsqueda por su cuenta. Recorrió los 19 departamentos (provincias) del país y su caso inspiró la creación en 2018 de ¿Dónde están nuestras gurisas?, una organización que reúne a madres que como ella buscan sin descanso a sus hijas desaparecidas.

La historia de Milagros Cuello forma parte de una investigación de la organización openDemocracy, publicada esta semana, en torno a nueve casos de mujeres jóvenes desaparecidas en Uruguay. “La desidia oficial – judicial, fiscal y policial – es generalizada”, asegura el informe sobre el tratamiento que han recibido los casos analizados, en los que hay indicios de trata con fines de explotación sexual. El de Milagros, señala, es una muestra de los prejuicios que existen en las instituciones locales hacia las mujeres pobres desaparecidas. En ese sentido, openDemocracy sostiene que hay un “historial contundente” de omisiones constantes y afirma que con frecuencia se pierden denuncias, expedientes, informes, evidencias o declaraciones de testigos.

Baladán, madre de Milagros, estudió las leyes, investigó y buscó a su hija en calles, prostíbulos, cantinas, cunetas, siguiendo pistas o rumores sobre su paradero, según explica Angelina de los Santos, autora del informe. “Si seguís revolviendo mierda, te vuelo la cabeza”, le dijo un hombre a Baladán, apuntándole con un arma a pocas cuadras de su casa. Después de dos años, consiguió que detuvieran a tres hombres, que fueron procesados con prisión en 2019 por la explotación sexual de su hija. La madre denuncia que las autoridades no han sido exhaustivas en la búsqueda de Milagros ni agotaron las hipótesis de investigación, como la planteada por la abogada de la familia, para quien la desaparición se relaciona con la trata sexual.

Nancy Baladán con la información que ha recabado sobre el posible paradero de su hija desaparecida.
Nancy Baladán con la información que ha recabado sobre el posible paradero de su hija desaparecida.Rebelarte/openDemocracy

“¿Fueron secuestradas por narcos, por tratantes o por proxenetas? ¿Murieron? ¿Las asesinaron?”, son algunas de las preguntas que plantean las madres y que siguen sin respuestas. Además del caso de Milagros, la investigación recoge otros ocho. Siete de ellos corresponden a mujeres jóvenes que desaparecieron en el barrio 19 de Abril, situado en la periferia oeste de Montevideo. En marzo de 2019, desapareció Florencia Barrales, de 19 años; en septiembre de ese año ocurrió lo mismo con Gina Rodríguez, de 27. En enero de 2020, desapareció Yamila Estévez, de 20 años; en febrero, Jennifer Gómez, de 19, y Daniela Virginia Bera, de 22; en diciembre, Micaela Ramírez, de 21 años. En enero de 2022, desapareció Tatiana Pintos, de 35 años. La investigación también aborda el caso de Silvia Fregueiro, que desapareció con 28 años en el balneario de Punta del Este (sureste del país), donde trabajaba como empleada de hogar, en diciembre de 1994.

“Uruguay presume de una democracia estable y de un sólido marco legal y de derechos en una región donde nada de esto abunda”, dice el informe. Pero en este país sudamericano, añade, existe también un “pujante submundo” de tráfico de drogas y trata sexual, en el que mujeres jóvenes, especialmente las pobres o de entornos vulnerados, “son fácilmente explotadas por bandas criminales”. Provenientes en su mayoría de ese contexto, las familias de las nueve desaparecidas, respaldadas por abogadas, trabajadoras sociales y defensoras de derechos humanos, sostienen que la policía las ignora “de manera sistemática”.

Silvia Fregueiro (derecha) con una amiga, en una de las últimas fotos tomadas a la joven.
Silvia Fregueiro (derecha) con una amiga, en una de las últimas fotos tomadas a la joven.CORTESÍA

Según el informe, el registro de personas ausentes (como se denominan estos casos) del Ministerio del Interior carece de un criterio de desagregación, los datos proporcionados no siempre son correctos, no está completo ni actualizado. El comisario Juan Rodríguez, director de la lucha contra el crimen organizado e Interpol entre marzo de 2020 y marzo de 2023, dijo a openDemocracy que Uruguay adoptó un protocolo de búsqueda de personas ausentes en junio de 2020, pero reconoció que la policía aún no fue entrenada para aplicarlo. Sobre los casos de las jóvenes desaparecidas en el barrio de Montevideo, señaló que la policía todavía no había elaborado los perfiles y no tenía archivos detallados sobre ellos. Rodríguez tampoco sabía cuántas de estas mujeres desaparecidas habían sido víctimas de violencia de género.

Entre 2020 y 2022, el Ministerio del Interior recibió 14.402 denuncias de personas desaparecidas, de las cuales 6.228 fueron clasificadas como “personas ausentes” tras recibir información detallada, por ejemplo, de su aspecto físico. De acuerdo con la información oficial, el 99,5% de todos esos casos fueron resueltos y ninguno de los vinculados con “personas ausentes” en ese período estaba relacionado con la trata sexual. Sin embargo, los grupos de apoyo a las sobrevivientes de trata sexual sostienen que esas cifras son inexactas. Según openDemocracy, un número significativo de mujeres que figuran oficialmente como ausentes tenía vínculos con vendedores de drogas o con personas sospechosas o condenadas por explotar sexualmente de ellas o de otras mujeres.

Milagros Cuello, desaparecida desde diciembre de 2016.
Milagros Cuello, desaparecida desde diciembre de 2016.RR.SS

Andrea Tuana, directora de la ONG El Paso, que brinda servicios financiados por el Gobierno a víctimas de trata en Uruguay, dice en este informe que la respuesta del Estado uruguayo “es un desastre absoluto”. “Este tema no se prioriza, no interesa, no existe”, asegura. En 2022, El Paso atendió a 210 víctimas de trata de personas. En ese año, sólo dos investigaciones judiciales sobre ese delito derivaron en alguna condena, mientras que 20 fueron archivadas, indica el informe basándose en datos de Fiscalía. “La respuesta judicial anémica forma parte de un patrón establecido en este país”, dice la autora del reporte.

De acuerdo con la investigación, en Uruguay existen por lo menos 48 casos de personas que desaparecieron hace más de una década y que siguen sin aclararse, como el de Silvia Fregueiro, desaparecida en 1994. Otros 34 casos, como el de Milagro Cuello, están abiertos desde hace más de cinco años. Además, hay otros 74 no resueltos desde hace más de un año, como el de las jóvenes del barrio 19 de Abril de Montevideo. “Hoy y siempre, constantemente estoy dando vueltas, buscando, porque si no la sigo buscando yo, ellos no la van a buscar. Es cortito, no van a buscar nada”, dice la madre de Milagros, Nancy Baladán.

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