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Lukashenko indulta al periodista bielorruso detenido tras desviar el avión en el que volaba hacia Lituania

Roman Protasevich se desvincula de la oposición mientras su exnovia, también condenada tras ser interceptado en 2021 el vuelo de Ryanair, sigue en prisión

Roman Protasevich
El periodista Roman Protasevich en una conferencia de prensa en junio de 2021 en Minsk.RAMIL NASIBULIN/BELTA (Reuters)
Javier G. Cuesta

Fue un símbolo de la represión de la oposición bielorrusa y tras su paso por prisión ha decidido desvincularse de todo. El periodista Roman Protasevich (28 años), exdirector del medio que mostró al mundo la represión de Minsk durante las protestas del 2020, Nexta, ha sido indultado por el mandatario Aleksandr Lukashenko y no cumplirá la condena de ocho años de cárcel. Sí seguirá tras las rejas su exnovia, la activista rusa Sofia Sapega (25 años), con quien rompió tras la detención de ambos durante el desvío forzado del avión de Ryanair en el que viajaban hace dos años, en mayo de 2021. “Quiero dar las gracias personalmente al presidente porque esto es decisión suya. Es un paso firme, es la decisión de un hombre con voluntad. Y quiero dar las gracias a todo el país y la gente que creyó en mí, en mi sinceridad y en que la gente puede reconocer y corregir sus errores”, han sido las primeras palabras de Protasevich tras dejar atrás la prisión.

“Finalmente, llegó el día en que acabó mi desagradable historia. Estoy muy feliz”, ha declarado el experiodista a la agencia de noticias del régimen, Belta. Protasevich y Sapega volaban aquel mayo de 2021 con la compañía irlandesa Ryanair desde Grecia a Lituania. Cuando el aparato cruzaba el espacio aéreo bielorruso, un caza interceptó el avión de pasajeros y le obligó a aterrizar en Minsk con el pretexto de una falsa amenaza de bomba a bordo. Los dos activistas fueron inmediatamente detenidos y comenzó para ellos un periplo por separado en el que Protasevich llegó a ser exhibido en una entrevista en televisión en la que pidió públicamente perdón. Finalmente, el periodista conoció su sentencia el pasado 3 de mayo: ocho años de cárcel por los supuestos delitos de organizar disturbios masivos, incitar a cometer actos terroristas, difundir información deliberadamente falsa sobre Bielorrusia e insultar al presidente.

Protasevich, que ha sufrido un notable cambio físico estos dos años, ha prometido públicamente desvincularse de toda forma de oposición. “No leo lo que escriben sobre mí. Hace mucho tiempo que me borré de todas las plataformas de información posibles. Me refiero a las prooccidentales, a la oposición, porque ahí no aprendo nada nuevo sobre mí. No me interesa lo que pasa ahí, lo que dicen. Estoy preparado para hacer algo creativo y dedicaré el máximo tiempo a mi familia”, ha manifestado.

La familia de su expareja denuncia la diferencia de trato que ha recibido Sapega, quien cumple seis años de prisión en la ciudad de Gómel. “Nuestra chica ha acabado tirada por todo esto. Y sobre esa cabra (Protasevich) no tengo palabras. ¡Bastardo! Se casó y le han indultado. Tengo la piel de gallina, no sé qué está pasando”, ha lamentado una tía de la detenida, Gelia Dudich, en una entrevista concedida al canal ruso Mash. Según la familia de Sapega, la madre apenas sabe nada de ella. Un tribunal bielorruso dirimirá el próximo 24 de mayo si continúa cumpliendo condena en el país o es extraditada a Rusia.

“Sin comentarios”, ha respondido al diario prokremlin Gazeta el abogado de Sapega, Antón Gashinski, cuando le han preguntado sobre el indulto recibido por Protasevich. El régimen de Lukashenko negó el perdón a la activista rusa el pasado enero, pese a que las autoridades de la cárcel donde permanece encerrada valoraron positivamente su conducta.

Manipulación del régimen

La oposición bielorrusa advierte de que el perdón de Protasevich solo es una manipulación más de Lukashenko. “El régimen bielorruso esconde sus crímenes detrás de una cortina de humo”, ha manifestado la líder disidente Svetlana Tijanóvskaya a través de sus redes sociales. “El indulto de hoy es un previsible intento de desviar la atención de Eduard Babariko y los presos políticos desaparecidos. Todos ellos deben ser puestos en libertad y se les debe permitir vivir libres sin coacciones ni amenazas”, ha agregado la política, bajo cuya única candidatura se unió toda la oposición en las elecciones presidenciales de 2020.

Mientras Protasevich salía de la cárcel, este lunes comenzaba un juicio bajo la acusación de evasión fiscal contra Eduard Babariko, hijo del preso político Víktor Babariko, detenido en junio de 2020, dos meses antes de aquellos comicios en los que era el candidato presidencial con más apoyo en las encuestas. El político, que cumple 14 años de prisión en un régimen de aislamiento absoluto, fue internado en un hospital de Novopolotsk la noche del pasado 25 de abril con signos de haber recibido una paliza. Sus allegados no pudieron verle y el movimiento Batas blancas asegura que varios médicos han sido detenidos tras difundirse la noticia.

Según las estimaciones del centro de derechos humanos bielorruso Viasná, en las cárceles del país había 1.495 presos políticos a finales de abril, aunque su lista de condenados por motivos políticos supera las 3.000 personas. El director de la ONG, el premio Nobel de la paz Ales Bialiatski, es también una de las víctimas de la represión de Lukashenko y en marzo fue condenado a 10 años de cárcel por apoyar a los manifestantes de 2020 detenidos.

El indulto de Protasevich también ha sorprendido a los propagandistas rusos, quienes han acusado de todo al experiodista. “Protasevich fue perdonado por cooperación activa con la investigación y arrepentimiento. Es decir, por entregar a todos los agentes de Polonia y Estados Unidos que conocía”, escribió en su canal de Telegram el colaborador de los medios del Kremlin Serguéi Mardán. La directora de Russia Today, Margarita Simonián, incluso fue más lejos y apuntó a que el trato dado a Protasevich es la vía para callar a la oposición: “Traicionó a todos, incluida su novia; se humilló tanto como se le ordenó; no montó ningún escándalo y, en general, fue un conejito. Demostró al mundo exterior el verdadero bozal para cualquier líder de una revolución de color”.

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