Santiago Peña: “Soy la prueba de un cambio generacional en el Partido Colorado”
El candidato a la presidencia de Paraguay por el partido de Gobierno defiende a su jefe político, el expresidente Horacio Cartes, de las sanciones por corrupción impuestas por Estados Unidos
Santiago Peña (Asunción, 44 años) es economista. Con 32 años ya era director del Banco Central y fue el ministro de Hacienda más joven de Paraguay. Hoy busca la presidencia por el Partido Colorado, movimiento centenario que fue sostén de la dictadura de Alfredo Stroessner y luego fue Gobierno casi sin interrupciones desde el regreso a la democracia en 1989. Peña representa entre los colorados al sector que hace oposición interna al actual presidente, Mario Abdo, y apoya al expresidente Horacio Cartes, recientemente sancionado por Estados Unidos por corrupción. En esta entrevista con el EL PAÍS, realizada en su casa de Asunción, dice que su jefe político tiene “derecho a defenderse” de las acusaciones que enfrenta.
Pregunta. Estados Unidos ha sancionado por corrupción al expresidente Horacio Cartes y altos funcionarios colorados. ¿Qué opina de esas sanciones?
Respuesta. Yo creo que tenemos que analizar los hechos. Estados Unidos tiene una ley y utiliza esa ley para permitir quien ingresa a su país teniendo toda la libertad de hacerlo y, obviamente, aplicar sanciones económicas sobre su sistema financiero. Las personas que están afectadas por estas sanciones tienen el derecho y deberían tener también la obligación, en algún caso, cuando son figuras públicas y políticas, de defenderse. Es lo que ha dicho Cartes, que niega las acusaciones. Las sanciones son sobre la conducta de las personas y no deberían afectar la relación de Estados Unidos ni con el Partido Colorado ni con Paraguay.
P. ¿Han influido en la campaña las sanciones?
R. No, y los números lo demuestran. A pesar de la sanción, a pesar de los ataques o las especulaciones, finalmente ganamos por una diferencia muy importante las internas partidarias.
P. Pero las encuestas dan un empate técnico con Efraín Alegre, el candiato liberal...
R. Debe haber 15 encuestadoras que han sacado datos en los últimos meses. De esas 15, 13 son encuestadoras nacionales con experiencia y reputación. Las 13 dan resultados favorables por más de 10 puntos para mí. Y hay dos encuestas internacionales que no tienen trayectoria en Paraguay que dan un empate técnico o una leve ventaja al candidato de la Concertación. De todas formas, la elección no se gana con encuestas.
P. Estados Unidos hay enviado como embajador a un diplomático que apoya abiertamente al movimiento LGTBI a un país donde el Partido Colorado promueve desde el poder a la familia tradicional católica ¿No es una forma de provocación?
R. No es coincidencia que eso ocurriese tanto en Paraguay como en un país conservador como Hungría. Y sí, creo que genera malestar en diferentes sectores, principalmente en los más conservadores. Ciertamente se puede interpretar como una señal que quieren dar. Los paraguayos somos de una cultura tradicional donde entendemos que la familia es el centro de la sociedad y la familia es una familia tradicional, no solamente porque es lo que establecen las Escrituras y la fe sino también porque está en la Constitución. Pero, nuevamente, nosotros no podemos poner en riesgo una relación bilateral.
P. ¿Es este el mismo Partido Colorado que en la dictadura?
R. El Paraguay de hoy es un Paraguay diferente al de 10 años atrás y el de hace 50 años. La gran virtud que tiene el Partido Colorado ha sido reflejar esos diferentes momentos de la historia. Como también estoy seguro de que va a ser el partido que va a poder, de alguna manera, adaptarse a los futuros cambios. Yo soy prueba de ese cambio generacional. De alguna manera, reflejo una visión moderna del Paraguay y el Partido Colorado me está permitiendo hacer eso.
P. Paraguay es el único país de la región que reconoce a Taiwán. Si gana la presidencia, ¿cómo será la relación con China?
R. Paraguay tiene una relación histórica con Taiwán y esta relación no se puede cuantificar simplemente en términos económicos. Hay algo más que el comercio. El comercio es importante, nosotros necesitamos generar progreso, pero también tenemos que entender que las relaciones tienen que basarse en valores democráticos. Eso no quiere decir que países que no tengan la cultura democrática debamos rechazarlos. Somos respetuosos, pero sí, creemos que hay un enorme valor en nuestra relación con Taiwán. Paraguay tiene que desarrollar un músculo propio antes de poder profundizar las relaciones comerciales con un país como China. China continental es el principal proveedor de bienes del Paraguay y compra la soja paraguaya. Paraguay es un gran productor de azúcar orgánica que va a China, entonces creo que no tenemos que confundirnos al pensar que un cambio en la relación diplomática va a traer la solución a todos los paraguayos.
P. Paraguay fue de los pocos países del mundo que en 2018 trasladaron su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, aunque meses después dio marcha atrás ¿Qué opina de la relación con Israel?
R. Creo firmemente que la embajada debería estar en Jerusalén. Estuve en Israel hace dos años, el presidente tiene su residencia en Jerusalén, el Congreso tiene su sede en Jerusalén y ellos reconocen a Jerusalén como su capital. Paraguay fue uno de los votos determinantes en las Naciones Unidas para la creación de Israel y desde ese momento nos unen lazos de un enorme afecto. Mi intención, es que la embajada vuelva a Jerusalén.
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