La oposición paraguaya pone en duda su fidelidad a Taiwán en caso de ganar las elecciones
El candidato al opositor paraguayo Efraín Alegre dice que revisará las relaciones con China si gana la presidencia el 30 de abril
Paraguay es el único país de América del Sur que tiene una delegación diplomática de Taiwán. Pero esto podría cambiar si la oposición gana las elecciones presidenciales de una sola vuelta el próximo 30 de abril. El liberal Efraín Alegre, que ha crecido en las encuestas y ya las lidera por dos puntos, aseguró que revisará esta relación si llega al poder.
“Tenemos una posición crítica de la relación con Taiwán (...) Paraguay debe relacionarse con China”, dijo Alegre en una entrevista reciente con la agencia Reuters, poco después ser electo para representar a la Concertación Nacional, la coalición de centro que enfrenta al Partido Colorado, la formación que ha gobernado Paraguay por más de 70 años, excepto entre 2008 y 2013.
Probablemente, Paraguay también es el único país donde caminando por su capital puedes chocarte con el pedestal de una gran estatua del dictador chino que enfrentó la revolución comunista de Mao Zedong, Chiang Kai Shek. La estatua saluda sonriente, sombrero militar en mano, presidiendo su propia avenida en el residencial Barrio Obrero de Asunción.
También hay un colegio con su nombre en la ciudad. Además de una universidad politécnica privada llamada “Taiwán-Paraguay”, un invernadero de orquídeas y una gran cantidad de millones de dólares de inversión en cooperación no reembolsable que hace las delicias de los dirigentes del Partido Colorado, y que se refleja en las reformas, precisamente, de los antiguos palacetes que albergan el Congreso y el Ministerio de Relaciones Exteriores.
— Buenas, señor. ¿Cuánto cuesta este ventilador?
— Te dejo a 200.000 guaraníes. Iporaiterei. (Es super bueno, en guaraní). Es de China, China continental, ¿ve?
Así resume Tito, en su tienda de segunda mano en la calle Azara de Asunción, golpeando las aspas de metal con el puño cerrado, la diferencia de calidad de ciertos productos importados desde el lejano Oriente.
Tener una embajada de Taiwán significa no tener una China, o como le dicen habitualmente en Paraguay “China continental” o “China comunista”, para distinguirla de la isla de 24 millones de habitantes. No tener relaciones diplomáticas directas implica no tener relaciones comerciales directas. Para importar los productos fabricados en China usa intermediariosr como Chile, Argentina o Brasil. Y los productores paraguayos de soja y carne, su principal materia prima de exportación, no pueden vender sin la mediación de terceros ante el gigante asiático.
Durante el actual Gobierno del colorado Mario Abdo Benítez, Taiwán se ha convertido en el segundo comprador de carne paraguaya después de Chile. Pero Paraguay está también entre los 10 mayores exportadores mundiales de carne vacuna y es el cuarto exportador de soja, su principal producto de renta, y sus productores y exportadores aspiran a más.
“La relación comercial es cien a cero. A China le mandamos un poco de soja vía Argentina, pero todo lo que importamos viene de China. La balanza comercial es totalmente desfavorable”, explica Egon Neufeld, un productor agropecuario paraguayo y menonita que posee 400 cabezas de ganado en el Chaco y que se candidatea a diputado en las eleciones del 30 de abril.
El valor total de las importaciones paraguayas desde China fue de 4.000 millones de dólares en 2021, mientras que las exportaciones se situaron en 30 millones de dólares. “Yo estoy a favor del libre comercio. Brasil le vende a ambos. Yo estoy para la apertura de los mercados. Si China abre y pide carne yo no tendría inconveniente en venderle, si le mandamos a Rusia y a todo el que quiere. ¿Por qué poner condiciones de índole política?”, añade.
“Cuando un político dice que va a abrir una oficina comercial de Paraguay en China, miente”, cuenta el empresario chino Charles Tang, que preside la Cámara de Comercio Paraguay-China, una asociación de un centenar de empresas paraguayas agropecuarias dedicadas a la exportación e importación. “China jamás va a permitir una oficina comercial de Paraguay sin tener relaciones diplomáticas”, explica.
Tang propone un ejercicio de mucha imaginación: un Paraguay con ferrocarril eléctrico en todo su territorio, con 30 hospitales nuevos y 30.000 viviendas públicas nuevas. Y un tren bala que conecte Asunción y Ciudad del Este en una hora. “Metro subterráneo, aeropuerto nuevo. Con tres mil o cuatro mil millones de dólares de inversión china el primer año”, dice Tang.
El embajador en Asunción José Chih-Cheng Han dice en español que “la relación no se puede traducir como solo relación con el Partido Colorado. Es con el Estado y con el pueblo paraguayo”. “Taiwán”, agrega, “va a seguir su compromiso gane quien gane y podrán comprobar que somos un socio confiable”.
Paraguay ha sido aliado de Taiwán desde 1957. Tres años después del comienzo de la dictadura más larga de América Latina, la del Partido Colorado, liderada por Alfredo Stroessner, que mantuvo y amplió la relación con Taipei durante la Guerra Fría y adoptó la doctrina anticomunista de EE.UU. como propia.
A medida que el poder económico de la República Popular China empezó a crecer, muchos países cambiaron de postura y abrieron lazos diplomáticos con el gobierno de Mao Zedong. Estados Unidos inició sus relaciones formales con China continental en 1979. Sin embargo, Stroessner mantuvo el apoyo a Taiwán.
Mientras tanto, convirtió a Paraguay en un enclave de impunidad para la represión y el espionaje de la población, explica la historiadora paraguaya Milda Rivarola. Era tanta la impunidad que aquí, en Asunción, establecieron el llamado Archivo del Terror las dictaduras militares sudamericanas de los años setenta, donde guardaban toda la información sobre desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones de opositores de todo el continente.
La dictadura del Partido Colorado persiguió especialmente a militantes comunistas, pero también a opositores de su propio partido, a lideres cristianos, artistas, sindicalistas, y empresarios liberales. A los comunistas los espiaron, torturaron, asesinaron y exiliaron. Los desterraron también de las instituciones, al punto de que en 2013 tuvieron su primera candidatura al Senado bajo el paraguas de la coalición Frente Guasú, y en estas elecciones es la primera vez que un candidato del Partido Comunista Paraguayo se presenta de forma independiente.
“Habrá resistencia de EE UU y muchas reticencias de jefes partidarios colorados, financiados con efectivo por Taiwán. Los políticos paraguayos tienen una relaciónprebendaria con Taiwán. No tener relaciones con China en este momento es una imbecilidad monstruosa”, avisa la historiadora paraguaya.
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