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Bruselas ofrece 18.000 millones a Zelenski pero reconoce que cada vez tiene menos margen para ayudar a Ucrania

La Comisión se dispone a anunciar más fondos para Kiev mientras sube el tono de los que reclaman explorar la vía diplomática para frenar la guerra iniciada por Rusia

María R. Sahuquillo
Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, este martes en Sharm el Sheij (Egipto).Peter Dejong (AP)

La Comisión Europea quiere desplegar más fondos para ayudar a Ucrania a enfrentar la agresión rusa, pero reconoce que tiene cada vez menos margen para encontrar el dinero. El organismo que encabeza Ursula von der Leyen se dispone a anunciar otro paquete de 18.000 millones de euros para mantener a flote Ucrania y sus necesidades corrientes, y está ensanchando las costuras presupuestarias europeas para obtener los fondos, según se desprende de un informe técnico al que ha tenido acceso EL PAÍS. Cuando se acerca el noveno mes de invasión, empiezan a aflorar leves síntomas de desgaste en el apoyo económico. Y cada vez se escuchan más voces que instan a Kiev a visibilizar que no se cierra al diálogo y que si este no se abre es responsabilidad de Moscú.

Ucrania —que empieza a enfrentarse a un invierno muy complicado con los ataques rusos a su infraestructura energética— necesita unos 38.000 millones al año para cubrir sus necesidades financieras y las funciones estatales esenciales, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estados Unidos se ha mostrado en principio dispuesto a cubrir la mitad de esa factura. Ahora, Bruselas quiere aportar también y explora varias vías para rascar nuevos fondos que podrían salir del colchón extrapresupuestario o tomar la forma de algún tipo de emisión de deuda comunitaria, como el empleado para el fondo de recuperación para la covid-19 o el que sirvió para cofinanciar la cobertura del desempleo en países como España a través de los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo), según el informe técnico de la Comisión.

Es probable que el nuevo marco elegido requiera el apoyo por unanimidad de los Estados miembros, y Hungría, que hace meses que entorpece la adopción de sanciones europeas contra Moscú, ya ha dicho que bloqueará nuevas ayudas. Cuando no se ve un fin claro a la guerra lanzada por Vladímir Putin, algunas fuentes comunitarias no descartan que sea necesario reabrir incluso todo el acuerdo de julio de 2020, cuando la UE pactó el mayor esfuerzo presupuestario de su historia (hasta dos billones euros, entre el marco presupuestario plurianual y el fondo de recuperación con motivo del coronavirus).

¿Subvenciones o préstamos?

Bruselas, que ha mantenido un férreo apoyo a Ucrania, ha anunciado varios paquetes de ayuda desde el inicio de la invasión. Sin embargo, de los fondos prometidos para Kiev no todo ha llegado: del anuncio de 12.400 millones garantizados por la UE solo se han desembolsado 7.000 millones, mientras se sigue debatiendo entre los Estados miembros sobre si esta ayuda debe tomar forma de subvenciones (como desea Alemania) o de préstamos en condiciones favorables. El documento interno de la Comisión reconoce que incluso arañar esos fondos ha sido difícil; y que ha hecho falta no solo el aval de la UE, sino también el de los Veintisiete.

Von der Leyen ya ha deslizado en las últimas semanas la existencia de este nuevo paquete que previsiblemente se anunciará este miércoles. E incluso lo apuntó el fin de semana en una llamada con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski. La presidenta de la Comisión busca convertir ese apoyo económico que se había diseñado caso por caso y con “dificultad de las limitaciones presupuestarias” en un “marco predecible y sostenible”. La ayuda iría para cubrir las necesidades más inmediatas de Ucrania —desde el pago de los salarios de los funcionarios a los hospitales— a la reparación de la infraestructura crítica y energética en un momento en el que empieza el invierno y los ataques rusos contra las centrales ucranias están dejando a la ciudadanía sin gas, calefacción ni luz; una realidad que puede empujar a un nuevo éxodo de refugiados hacia la UE.

Dinero con condiciones

Se trata de buscar una solución estructural, porque la guerra puede ser larga y porque mantener a flote el país requiere mucho dinero. Sin embargo, el desembolso llegará acompañado de condiciones que Kiev debe cumplir —desde cuestiones relacionadas con la gobernanza, la lucha contra la corrupción o el Estado de derecho—, que además allanarían la senda para su ingreso en la UE, apuntan fuentes comunitarias. Pero, a medida que la Unión se asoma a la recesión, crece el miedo en algunas capitales a que sea cada vez más difícil justificar los desembolsos si se alargan en el tiempo. De ahí que estén aumentando los contactos con el Gobierno de Zelenski para instarle a que muestre públicamente que no se cierra a negociar con Rusia, apuntan varias fuentes. Sin embargo, todavía no hay una exigencia a que se negocie; ese puente, que supondría decir a un país invadido y agredido que ceda, no se ha cruzado.

Hace semanas, tras los pseudorreferendos de anexión rusos de las cuatro regiones ucranias ocupadas por las fuerzas del Kremlin, Zelenski firmó un decreto que veta cualquier negociación con Putin. Sin embargo, tras la insistencia de la Administración estadounidense de Joe Biden —que sabe que puede encontrarse con problemas para mantener su apoyo tras las elecciones legislativas de este martes— en que estuviese dispuesto a sentarse con el jefe del Kremlin, el líder ucranio ha dejado abierta una rendija para el diálogo, como adelantó por primera vez en meses en una entrevista con EL PAÍS. “Si ellos se retiran y reconocen que están terriblemente equivocados, entonces podemos encontrar un formato para el diálogo”, dijo Zelenski a este periódico. También el presidente francés, Emmanuel Macron, ha resaltado estos días que hay que reabrir la vía diplomática. “En algún momento, tendremos que volver a sentarnos en torno a una mesa de negociación”, comentó Macron, que destacó que si se hace debe ser en las condiciones y el momento que elija Ucrania.

La ciudadanía europea no da muestras de desgaste en su apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa, pero llega el invierno, y la guerra energética del Kremlin y la inflación pueden hacer mella en la solidaridad. Ya ha habido algunas muestras, ampliamente publicitadas por el aparato de propaganda del Kremlin, como las movilizaciones contra las sanciones a Moscú en Hungría o en República Checa. Este fin de semana, cientos de personas marcharon en Italia en una manifestación para decir “no a la guerra” que, sin embargo, se dirigía fundamentalmente a Ucrania, país invadido, y no a Rusia, el país invasor.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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