Israel y la Yihad Islámica sellan un alto el fuego al término de tres jornadas de hostilidades en Gaza
Los bombardeos causan 41 muertos, entre ellos 15 niños, en una ofensiva a gran escala. La milicia palestina dispara un millar de cohetes
El “ataque preventivo” lanzado el viernes por Israel contra la Yihad Islámica Palestina bordeaba la guerra abierta este domingo antes de que la mediación de Egipto propiciara un alto el fuego después de tres jornadas de hostilidades. Ambos bandos parecen haber aceptado la tregua que entró en vigor de forma efectiva a las 23.30, hora local (las 22.30 en la España peninsular). El propio primer ministro israelí, Yair Lapid, informó a alcaldes de poblaciones próximas a la Franja de que la tregua estaba acordada. Portavoces de la Yihad Islámica se limitaron en un primer momento a indicar que las negociaciones para detener la contienda seguían aún su curso, pero acabaron por secundar el cese de hostilidades.
Los bombardeos han causado 41 muertos durante la ofensiva. El objetivo de liquidar a los principales jefes de las Brigadas Al Quds (brazo militar de la Yihad) se ha cumplido, pero también han perdido la vida numerosos civiles, entre ellos 15 niños. Las Fuerzas Armadas intensificaron durante la mañana del domingo la operación bautizada como Despertar del Amanecer. La milicia islamista, por su lado, redobló el lanzamiento de cohetes, con un millar de proyectiles disparados desde el inicio de la escalada sin causar víctimas. Las sirenas de alarma antimisiles se han activado en las últimas horas en los alrededores de Tel Aviv y Jerusalén.
La ofensiva había proseguido este domingo por tercer día consecutivo, mientras los 2,3 millones de habitantes de Gaza se ocultaban en sus casas y decenas de miles israelíes de localidades que circundan la Franja permanecían la mayor parte del tiempo en los refugios antiaéreos. Se ha tratado del mayor estallido bélico desde la contienda generalizada de mayo del año pasado, que fue la cuarta guerra sufrida en el enclave en los últimos 15 años tras la llegada al poder del movimiento islamista Hamás al poder.
En el centro de la diana de los asesinatos selectivos con misiles se encontraba el comandante Taysir al Yabari, más conocido como Abu Mahmud, jefe de la zona norte de la Franja, abatido en el primer ataque israelí del viernes. El comandante Jalid Mansur, al mando de la zona sur, fue liquidado junto a otros dos yihadistas en la noche del sábado en un ataque coordinado con el Shin Bet (inteligencia interior). Un mando militar ha declarado a la prensa hebrea que la segunda mayor milicia de Gaza (tras Ezedin al Qasam, brazo armado de Hamás) ha quedado prácticamente descabezada.
En paralelo, el Ejército israelí ha seguido lanzando sucesivas redadas para capturar a decenas de miembros de la Yihad Islámica en Cisjordania. Tanto la Autoridad Palestina como el Gobierno de Hamás se han limitado a condenar los ataques contra los jefes militares islamistas en el enclave costero, sin contraponer presiones políticas o militares a la ofensiva del Ejército.
Más de 140 objetivos de la Yihad Islámica han sido ya destruidos en la campaña militar, entre ellos un túnel bajo la frontera para perpetrar ataques en territorio israelí, rampas de lanzamiento de cohetes y fábricas y depósitos de armamento, según información difundida por los portavoces castrenses. Israel ha contabilizado el lanzamiento de más de un centenar de cohetes que no atravesaron los límites del territorio palestino.
El sistema de defensa Cúpula de Hierro ha interceptado 185 proyectiles. Para el Ejército, estos datos equivalen a una tasa de éxito del 97%, ya que las baterías del escudo antimisiles solo se activan cuando sus radares detectan una trayectoria definida hacia una zona poblada. Vecinos de Mevasert Sion y Abu Gosh, en las afueras de Jerusalén, informaban en la mañana del domingo de fuertes explosiones causadas por el impacto de los interceptores de Cúpula de Hierro contra los proyectiles de la Yihad. En la tarde del domingo, las alertas se multiplicaron en la zona metropolitana de Tel Aviv hasta poco antes de la entrada en vigor del alto el fuego.
El balance de víctimas publicado por el Ministerio de Salud palestino en Gaza ha elevado hasta 41 la cifra de muertos, y a cerca de 300 la de heridos, en los bombardeos desde el inicio de la ofensiva. Ocho de las víctimas mortales cayeron el viernes en Rafah (sur), en el ataque israelí contra el comandante Mansur de las Brigadas al Quds. Otras seis personas perdieron la vida, entre ellas cuatro niños, en Jabalya (norte) en una explosión causada por un misil israelí, según fuentes palestinas, y por un cohete fallido de la Yihad Islámica, según el Ejército, que se ha apresurado a difundir un vídeo (no verificado de forma independiente) en el que muestra la supuesta deriva errónea del proyectil. En otro confuso incidente similar, medios palestinos informaban al anochecer del domingo de la muerte de hasta cinco civiles, incluidos menores, en una nueva explosión en el área de Jabalya.
Un grupo estrechamente ligado a Irán
La Yihad Islámica, que solo cuenta con un millar de milicianos y posee un arsenal de unos 5.000 cohetes, se halla debilitada tras las operaciones israelíes desencadenadas contra sus líderes en 2019 y 2021. Está estrechamente ligada a Irán, mientras Hamás mantiene una alianza estratégica con Qatar, su principal apoyo regional. Ambos grupos son calificados como terroristas por EE UU y la UE.
Egipto y Naciones Unidas han mantenido abierta una vía de mediación para intentar que callasen las armas en Gaza, mientras Hamás, aliado de la Yihad, se ha mantenido al margen de las hostilidades. En las negociaciones entre Israel y las milicias de Gaza suele establecerse la imposición de un periodo de varias horas sin ataques antes de dar por válido un alto el fuego permanente. Un diplomático egipcio citado por el diario Haaretz había advertido de que si no se cerraba un acuerdo de alto el fuego Hamás podía sumarse al conflicto.
La tensión causada por las explosiones del derribo de cohetes en torno a Jerusalén ha coincidido este domingo con la visita de cientos de israelíes ultranacionalistas y religiosos a la Explanada de las Mezquitas, en el corazón islámico de la Ciudad Santa, durante la festividad que recuerda la destrucción de los templos judíos que se erigieron, según la tradición hebrea, en ese mismo lugar. Un fuerte despliegue policial ha impedido que visitantes judíos rezaran en el recinto que acoge a la mezquita de la Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam, en contra de las regulaciones establecidas por las autoridades, ante el temor a un nuevo estallido de violencia palestina en la Ciudad Vieja.
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