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Cerca de 50.000 radicales israelíes marchan por el barrio musulmán de Jerusalén en medio de la tensión

Más de 40 palestinos han resultado heridos en enfrentamientos a pesar del despliegue de más de 3.000 policías en la Ciudad Vieja

Manifestantes judíos, este domingo en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Manifestantes judíos, este domingo en la Ciudad Vieja de Jerusalén.AMMAR AWAD (REUTERS)
Juan Carlos Sanz

Decenas de miles de judíos ultranacionalistas (50.000, según la policía) han marchado este domingo por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que acoge los santos lugares del judaísmo, el cristianismo y el islam. El polémico desfile con banderas israelíes, que conmemora cada año la toma de Jerusalén Este por el ejército en la Guerra de los Seis Días de 1967 para conformar la capital única de Israel, es visto como una provocación por los palestinos, que aspiran a que esa parte de la Ciudad Santa sea la capital de su futuro Estado. La policía desplegó en el centro de Jerusalén más de 3.000 agentes y movilizó batallones de refuerzo con centenares de agentes de fronteras y reservistas de ese cuerpo militarizado. A pesar de la masiva presencia de fuerzas de seguridad, más de 40 palestinos resultaron heridos en enfrentamientos, según informó la Media Luna Roja, y 60 fueron detenidos.

Las Fuerzas Armadas situaron en torno a la ciudad baterías del escudo antimisiles Cúpula de Hierro ante la amenaza de Hamás de lanzar represalias si los manifestantes radicales irrumpían en la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del islam. Hace un año, la milicia del movimiento islamista disparó una andanada de cohetes desde la franja de Gaza en dirección a Jerusalén, una acción armada que desencadenó una guerra abierta que se prolongó durante 11 días en el enclave costero y en la que murieron más de 260 palestinos, entre ellos 67 niños, así como 13 personas en territorio de Israel.

Agentes de policía detienen a manifestante palestino frente a la Puerta de Damasco en Jerusalén, este domingo.
Agentes de policía detienen a manifestante palestino frente a la Puerta de Damasco en Jerusalén, este domingo.AHMAD GHARABLI (AFP)

Los primeros incidentes estallaron de madrugada, tras el primer rezo del día, cuando decenas de jóvenes palestinos lanzaron piedras y petardos contra los más de 2.500 israelíes que visitaban la Explanada de las Mezquitas, una cifra con apenas precedentes, mientras ondeaban banderas israelíes, escoltados por un amplio contingente policial. Los palestinos se atrincheraron en el interior de la mezquita de Al Aqsa, cuyas puertas fueron bloqueadas por las fuerzas de seguridad, que también dispararon granadas aturdidoras

El primer ministro israelí, el ultranacionalista Naftali Bennett, autorizó el recorrido de la marcha hasta el Muro de las Lamentaciones (primer lugar de culto del judaísmo, situado al pie de la Explanada de las Mezquitas) a través de la Puerta de Damasco, principal acceso al barrio árabe en el recinto amurallado de la Ciudad Antigua, a pesar de las advertencias de Estados Unidos y de países europeos y árabes. “La Marcha de las Banderas seguirá su curso habitual, como ha ocurrido desde hace décadas. Ondear la bandera en la capital de Israel es algo perfectamente aceptable”, informó el gabinete personal del jefe de Gobierno en un comunicado, en el que también se anunció que las visitas de israelíes al Monte del Templo (la Explanada de las Mezquitas, según la tradición judía) no se iban a ver restringidas.

Ambiente durante la protesta en la Ciudad Vieja de Jerusalén
Ambiente durante la protesta en la Ciudad Vieja de JerusalénAHMAD GHARABLI (AFP)

El líder de Hamás, Ismail Haniya, llamó a los palestinos de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y a los que viven en Israel (un 20% de la población) a permanecer “en estado de alerta máxima” y “alzarse en defensa de Al Aqsa” tras los incidentes que se registraron en la Ciudad Vieja en abril, durante el mes sagrado musulmán de Ramadán. El gabinete del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, también decretó una alerta ante la marcha de decenas de miles de radicales israelíes.

Algunos socios de la coalición gubernamental israelí, que incluye desde ultraconservadores a la izquierda pacifista y un partido árabe, han expresado su preocupación ante el riesgo de que la Marcha de las Banderas reavive la tensión un año después del último conflicto con los palestinos en Gaza. Por ello reclamaron que se desviase su recorrido. Durante el desfile se clausuraron los comercios y locales palestinos por donde pasan los manifestantes. Algunos grupos de extremistas corearon consignas como “¡Muerte a los árabes!” y “Vuestras casas van a arder”. Un palestino que exhibió una bandera palestina fue golpeado por manifestantes en la Puerta de Damasco, donde un israelí armado con una pistola apuntó a varias personas. Una mujer palestina fue agredida también con un espray de pimienta en el barrio musulmán, lo que generó una reyerta con lanzamiento de botellas y sillas.

Un hombre israelí apunta con una pistola durante la marcha por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Un hombre israelí apunta con una pistola durante la marcha por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén.Amir Levy (Getty Images)

Hace dos semanas, los funerales en Jerusalén de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, muerta por un disparo durante una intervención militar israelí en Cisjordania, se vieron alterados por una violenta carga de las fuerzas de seguridad contra el cortejo fúnebre. Desde entonces la tensión ha estado latente en la Ciudad Santa. Hamás se ha erigido en los últimos tiempos en defensor del carácter palestino de Jerusalén. En un comunicado, sus dirigentes han hecho responsables al Gobierno israelí de las consecuencias de su política en Jerusalén Este. En enfrentamientos registrados en Cisjordania con soldados israelíes, más de 160 palestinos resultaron heridos, 20 de ellos graves, según fuentes sanitarias citadas por Reuters. Los alrededores de la Puerta de Damasco quedaron sellados por varios círculos de retenes policiales, que cerraron el paso a los palestinos musulmanes a su propio distrito en la Ciudad Vieja.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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