Los equipos de rescate buscan al menos a 13 desaparecidos del desprendimiento de un glaciar en Italia sin casi esperanzas de hallarlos vivos
El número de muertos en la tragedia sube a siete. El fiscal a cargo del caso se muestra muy pesimista sobre el balance final, porque aún quedan 16 coches aparcados en la zona
El tiempo era tan malo por la mañana del lunes que ni siquiera el helicóptero que transportaba al primer ministro italiano, Mario Draghi, hasta el lugar de la tragedia pudo llegar a su destino. No había sido así en los anteriores días, cuando las temperaturas alcanzaron un récord de 10 grados en una de las zonas del glaciar de la Marmolada, el más alto de los Dolomitas (a unos 3.000 metros de altura). Esa fue la causa del deshielo y el desprendimiento del glaciar del pasado domingo que, hasta el momento, ha causado siete muertos (no ocho como llegaron a decir las autoridades), ocho heridos y 13 desaparecidos. Los equipos de rescate creen que, pasadas ya más de 24 horas, será muy complicado encontrar a alguien con vida. Además, no se descarta que más excursionistas, de los que no se ha tenido noticia, estuviesen en la zona en ese momento.
El desprendimiento este domingo de un serac, como se denomina a estas fracturas en los glaciares, se produjo entre Punta Rocca y Punta Penia, en el grupo de la Marmolada entre las regiones de Trentino y Véneto (noreste de Italia). La rotura provocó una ola de 200 metros de largo y 30 de alto de pedazos de hielo, roca y nieve que bajaron a 300 kilómetros por hora y sepultaron a las víctimas. Un desprendimiento de una envergadura sin precedentes en los Alpes. Los restos del pedazo que se descompuso ocuparon luego una superficie de unos dos kilómetros cuadrados en la que trabajan ahora con mucha dificultad los equipos de rescate.
La temperatura ha subido notablemente en los últimos días. De hecho, el domingo solo se alcanzaron los cero grados a 4.400 metros de altura. En la cima del glaciar, a 3.343 metros, el termómetro llegó a los 12 grados. Fue justamente a las 13.45, momento en que el sol se posó completamente en la cara de la montaña donde se encuentra el glaciar, cuando se escuchó el primer estruendo y comenzó la avalancha. Algunos excursionistas subían en ese momento, otros bajaban y unos pocos se encontraban en la zona de aparcamiento.
Draghi ha señalado ante la prensa que es un drama en parte imprevisible, pero que “depende del deterioro del medio ambiente y de la situación climática”. “Hoy Italia llora a las víctimas. Pero el Gobierno debe reflexionar sobre lo que ha sucedido y tomar medidas, para que haya muy pocas posibilidades de que vuelva a suceder”.
El mal tiempo dificultó durante la madrugada y la mañana del lunes el rescate de los desaparecidos. Los equipos de socorro utilizaron drones equipados con cámaras térmicas, capaces de identificar la fuente de calor emitida por una persona incluso en la oscuridad. Pero las condiciones climáticas son clave para el éxito de esos trabajos, porque si la temperatura no desciende podrían producirse más desprendimientos. Por eso las autoridades han pedido que nadie se acerque a esa zona.
El fiscal de Trento, Sandro Raimondi, encargado de la investigación, se ha mostrado muy pesimista respecto al balance final de las víctimas. “Temo que puedan ser el doble o el triple, visto el número de desaparecidos y el hecho de que queden 16 coches aparcados. Lo primero que se debe hacer es la identificación de las víctimas, que no será fácil. Será necesario el ADN”, ha lamentado.
Pesimismo
El pesimismo es la tónica general ahora mismo. También lo expresó así el presidente del Socorro alpino en Alto Adige, Giorgio Gajer. Según este experto en operaciones de rescate, las posibilidades de hallarles con vida son “verdaderamente muy bajas, por no decir nulas”. “La avalancha les habrá triturado, es difícil pensar en encontrarles con vida después de tantas horas”. Se teme, además, que algunos de los desaparecidos sean extranjeros y que sus familias no supiesen que se encontraban subiendo al glaciar. De modo que tardarán más tiempo en ser reclamados y en poder ser contabilizados como desaparecidos.
La Marmolada es el mayor glaciar de la cadena montañosa de las Dolomitas y se calcula que desaparecerá en unos 25 o 30 años, incluso antes si la temperatura sigue aumentando, advirtió el Consejo Nacional para las Investigaciones (CNR) de Italia. El glaciar ha perdido un 30% de su volumen y un 22% de su extensión entre 2004 y 2015, según un estudio del Instituto de las Ciencias Marinas del CNR, en colaboración con varias universidades. “A esta velocidad probablemente sucederá antes. La proyección más general apunta a que en 2100, en el mejor de los casos, habrán desaparecido el 70% de los glaciares alpinos; en el peor, el 96%”, ha explicado el científico del CNR Roberto Colucci.
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