Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández: la inusual pareja que puede sorprender en las elecciones de Colombia
Los dos candidatos, que se han intercalado el tercer lugar de las encuestas, intensifican sus reuniones de cara a la primera vuelta
Rezagados en los estudios de opinión, tanto Sergio Fajardo como Rodolfo Hernández necesitan un golpe de timón para evitar que su aspiración encalle y retomar el impulso a solo un mes de las elecciones presidenciales en Colombia. Los discretos acercamientos entre los dos candidatos, el uno en cabeza de la coalición de centro y el otro independiente, se han intensificado esta semana con el incierto propósito de unirse antes de la primera vuelta, el próximo 29 de mayo. Pero justo cuando parecían encaminarse a buen puerto, chocaron con los resultados de una nueva encuesta publicada este viernes que dificulta una jugada con el potencial de cambiar el panorama de una campaña que se les ha puesto cuesta arriba.
Fajardo y Hernández –que se mantuvo como un llanero solitario al margen de los tres grandes bloques– han alternado el tercer y cuarto lugar de las encuestas, detrás del izquierdista Gustavo Petro, el favorito, y su más cercano perseguidor, Federico Fico Gutiérrez, que ha conseguido reagrupar a la derecha. La campaña se inclina a la polarización. Mientras Petro, en cabeza del Pacto Histórico, en promedio ha marcado en torno del 35% de las preferencias y Gutiérrez el 24%, Fajardo y Hernández tienden a aparecer alrededor del 10%. Un estudio de la firma Invamer divulgado este viernes ensombreció aún más ese panorama, al ubicar a Petro con 43,6%, Gutiérrez con 26,7%, Hernández con 13,9% y Fajardo con un alarmante 6,5%.
El profesor y el ingeniero serían unos inusuales compañeros de viaje. Aunque ambos son considerados políticos alternativos frente a los partidos tradicionales, su carácter es muy distinto. La autobiografía política de Fajardo, un matemático que ha sido alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia en cabeza de movimientos ciudadanos, se titula El poder de la decencia, y promete encarnar un cambio responsable, sin estridencias, en contraste con Petro. Hernández, un constructor de corta trayectoria política que ha sido alcalde de Bucaramanga, despuntó como un fenómeno populista difícil de encasillar, apela a la indignación y se hizo famoso por su estrategia de redes sociales y por usar un lenguaje popular que no le huye a los insultos y las groserías. Tampoco es del todo claro que sus electorados sean compatibles.
Los une una identidad alrededor de la lucha contra la corrupción, ha argumentado Fajardo luego de lanzarle guiños por redes sociales y de reuniones en busca de un mecanismo que les permita converger. Ya se habían tomado un café a finales de marzo, cuando coincidieron en que la corrupción es el principal problema de Colombia. “Nos sentamos a discutir sobre esta preocupación y cómo sacar a los corruptos del poder”, publicaron entonces de manera coordinada en sus redes sociales. “Yo estoy conversando con Rodolfo, hemos conversado y vamos a seguir conversando”, declaró este viernes Fajardo cuando le preguntaron sobre los acercamientos, luego de que ambos asistieron a un foro sobre niñez en Bogotá. “Tenemos puntos en común, pero eso va a tomar un tiempo”, matizó.
A diferencia de Hernández, que se inscribió por firmas, pero perdió fuerza y visibilidad por mantenerse ajeno a los grandes bloques, Fajardo ganó una suerte de primarias para encabezar la Coalición Centro Esperanza. Sin embargo, su sector salió debilitado. En las consultas de las tres grandes alianzas, Fico Gutiérrez triplicó los votos del exgobernador de Antioquia, y Petro los quintuplicó. El centro ha cerrado filas en respaldo de su candidato, pero necesita un vuelco para recortar distancias con Gutiérrez, y así aspirar a un cupo en la segunda vuelta. De cara a la recta final, Fajardo ha lanzado “la remontada”, pero de momento esa estrategia no se ha reflejado en las encuestas.
Los dos candidatos alternativos quieren mantenerse en la puja, y a pesar del buen ambiente entre ambos, ninguno parece dispuesto a ceder su lugar. Como ganador de una consulta, Fajardo está casi obligado a llegar hasta la primera vuelta o tendría que enfrentar implicaciones jurídicas y financieras. Hernández no, pero la encuesta de Invamer ha acentuado los obstáculos. “Si lo doblo, cómo voy a retirarme”, le dijo el exalcalde de Bucaramanga a Caracol Radio. “Yo no me voy a unir a nadie (...) Si Sergio Fajardo no se une a mí, pues yo sigo solo, sin rencor”, escribió después en redes sociales.
Andrés Segura, consultor en asuntos públicos, apunta que “Rodolfo se mantiene, no se ve por dónde pueda crecer, pero sus votantes son muy leales. Cualquier alianza con él incluido puede ser un punto de quiebre en la campaña”. Como señala el analista Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, “implícitamente se consideraba que era una unión a favor de Fajardo”, pero ahora se hace técnica y políticamente complicada. Al mismo tiempo, añade, hay una enorme presión sobre los dos para hacerlo, relanzar la carrera y conjurar el efecto de voto útil que ha favorecido a los punteros y los mantiene abajo en las encuestas. “Es la única forma de patear este tablero”, apunta. Fajardo, el matemático de la campaña, debe resolver una paradoja.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.