El kitesurf llega a Colombia (para quedarse)
La costa atlántica acoge por primera vez el mundial de kitesurf GKA Freestyle y la zona se prepara para impulsar la economía en torno al turismo acuático
Al pueblo pesquero de Salinas del Rey poco le importa el pescado estos días. En esta vereda de menos de 1.000 habitantes de la costa atlántica de Colombia están reunidos los 36 mejores kitesurfistas del globo compitiendo en el GKA Freestyle World Cup Colombia, el torneo mundial de kitesurf en categoría de estilo libre. Esta competición se celebra por primera vez en el país andino y pone en el mapa una región paradisíaca sedienta de impulsar el turismo y con todos los ingredientes para hacerlo. Hasta el domingo, la playa de Santa Verónica, a unos 80 kilómetros de Cartagena de Indias, estará custodiada por el palco de jueces, una decena de chiringuitos, vendedores ambulantes y la música que se cuele entre el viento incesante, el invitado de honor.
Viento e infraestructura. Esos fueron los dos factores en los que reparó Alberto Masedo, organizador del evento, hace dos años. Pero no fue el primero en hacerlo. En la última década empezó a ser frecuente la presencia de cientos de extranjeros –principalmente franceses– pegados a sus equipos de kitesurf en esta playa. “Esta zona tenía un potencial enorme y muy poca gente lo estaba aprovechando. Y además reúne las condiciones necesarias más allá del clima para acoger un evento mundial”, narra desde una de las cabañas de los patrocinadores del campeonato. Además de tener un hospital cerca, este punto se encuentra entre dos aeropuertos internacionales y cuenta con una red de hoteles emergente. “El Atlántico era una región que le daba la espalda al mar. Lo que en verdad queremos con esto es que los deportes náuticos sean la excusa para que se desarrolle el turismo local y sostenible”, dice.
Esta semana, la capacidad hotelera se mantuvo al 100% y los restaurantes y bares de la zona no dieron abasto. Pamela Lozano, subsecretaria de turismo de la delegación atlántica, conoce bien el perfil que atrae este deporte: “Esto es cosa de viajeros y además con un nivel adquisitivo alto. Y eso implica que afecta positivamente a la enorme cadena de valor: transporte, alimentación, cultura…”. En ese afán de promocionar los más de 30 nudos de viento durante medio año, pusieron en marcha la construcción de un centro de deportes náuticos que, esperan, esté listo en un año. “No es solo kitesurf. Es surf, vela, paddle surf... hay condiciones para generar desarrollo económico a través de todos ellos. Es a lo que le queremos apostar”.
Si hay algo en lo que los participantes coinciden es en que esta zona paradisiaca de arena blanca y palmeras bordeando la orilla, recuerda a la costa brasileña 15 años atrás. “Tiene viento de diciembre a mayo”, insiste Tom Hartmann, el manager del tour mundial de GKA. “Es muy probable que siga los mismos pasos que Brasil. Y eso es muy prometedor”. Después de esta primera “prueba superada” en Colombia está seguro de que el año que viene –si la pandemia no vuelve a ponerlo todo patas arriba– volverán a repetir. Para Juan Rodríguez, uno de los siete colombianos que están participando, es un orgullo que su país sea sede “de algo tan grande”. “Estoy seguro de que esto va a hacer que en las siguientes competiciones seamos más de acá. Esto va a hacer que más jóvenes se interesen”, exclama el octavo a nivel mundial nada más salir del agua. Acaba de clasificarse para la semifinal, que se jugará este sábado y no aguanta la emoción. “Estoy tan feliz que estoy sin palabras”, reconoce sonriente entre abrazos de colegas y amigos.
Para las chicas, es un reto incluso mayor... Pero ya estamos demostrando que valemos lo mismo y también merecemos lo mismoRita Arnaus, subcampeona en 2021
“Madre mía, [Manoel] Soares, madre mía. Los pájaros están acojonados...”, grita al micrófono Jo Ciastula, comentarista del torneo. Frente a él, el brasileño pareciera sobrevolar el mar sin apenas dificultad, presumiendo de un sinfín de maniobras en el aire antes de caer suave como una pluma. Fue tercero en la misma competición del año pasado y primero en la modalidad juvenil de 2017. En la final que se disputó este sábado quedó como campeón en estilo libre. “Estoy muy feliz porque las condiciones fueron muy difíciles y mis colegas pusieron el nivel muy alto. Pero me fue bien”, dijo nada más salir del mar sin poder dejar de sonreír. Rita Arnaus, española subcampeona del mundo en 2021, y medalla de bronce en este torneo, reivindica una mayor presencia de mujeres. “Para las chicas, siento que es un reto incluso mayor. Se nos ha relegado siempre a los cuidados, a la casa... Pero ya estamos demostrando que valemos lo mismo y también merecemos lo mismo que ellos”. Este es el primer año en que el premio (25.000 euros) será igual para ambas categorías. “En este deporte hay cada vez más mujeres involucradas. Y los torneos tienen que ser parte de esa ruta a la igualdad”, reconoce Masedo.
Colombia es la primera parada del tour por el mundo. La gira continúa en 16 destinos más, desde Dahkla (Marruecos), hasta Fuerteventura (España) y Ceará (Brasil). Esta convocatoria la siguen más de 25 millones de personas por televisión y medios digitales, según datos de GKA recogidos en 2020.
Al atardecer solo se vislumbran las siluetas de los aficionados que se niegan a salir del mar. En la arena, algunos enrollan las líneas que unen el arnés con la cometa y otros observan las piruetas de sus compañeros. Brasil, Canadá, Israel, Polonia, Francia, España… Más de 30 nacionalidades se juntaron hoy bajo el sol implacable para dejarse impresionar por el estilo libre de los mejores, en un rincón que ya quedó fichado por los amantes del viento y del mar.
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