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Los primeros artículos de la nueva Constitución de Chile establecen la validez de la justicia indígena

Los constituyentes aprueban 14 normas que deberán superar ahora una votación para formar parte de la Carta Magna que será sometida a votación popular

Federico Rivas Molina
Los integrantes de la Convención Constituyente chilena
Los miembros de la Asamblea Constitucional chilena posan antes del inicio del primer debate formal de los artículos de la nueva Constitución, el 15 de febrero de 2022 en Santiago de Chile.IVAN ALVARADO (REUTERS)

La nueva Constitución de Chile comienza, al fin, a tomar forma. En la madrugada de este miércoles, los 154 legisladores aprobaron con más de los dos tercios de los votos requeridos los primeros 14 artículos, todos relacionados con el sistema de Justicia. Los textos llegaron al pleno de la Convención Constitucional tras meses de trabajo en las comisiones y deberán superar ahora la votación en particular de cada inciso. Solo así formarán parte de la Carta Magna que debe estar lista el 4 de julio. La primera jornada se concentró en el sistema de Justicia y tuvo como novedad el reconocimiento de la validez de las leyes indígenas para resolver conflictos. La derecha, que se opuso, votó unida y no pudo evitar los dos tercios que sumaron los partidos de izquierda e independientes.

Fue un día largo, con discusiones que duraron más 15 horas. El presidente electo, Gabriel Boric, quien como líder estudiantil promovió la convocatoria a una Convención para calmar las revueltas callejeras iniciadas en 2019, celebró en sus redes sociales. “Qué esperanza ver cómo Chile escribe por primera vez en su historia una Constitución de manera democrática, paritaria y con participación de pueblos originarios. Y que así sea, genera debate. No tengamos miedo”, dijo. El texto en discusión deberá ser refrendado al final del proceso en un referendo vinculante. Y una vez en vigencia habrá enterrado a la Constitución actual, aprobada en los años ochenta por la dictadura de Augusto Pinochet.

La clave de la jornada estuvo en los dos primeros artículos aprobados, en los que se hace mención el “pluralismo jurídico”. Esto es, que en el nuevo Chile la justicia será impartida por los tribunales tradicionales, pero también por autoridades de pueblos originarios y otros órganos, según consta en el primer artículo. El segundo agrega que el poder judicial actual coexistirá con “en un plano de igualdad con los Sistemas Jurídicos Indígenas”. “Es deber del Estado garantizar una adecuada coordinación entre ambos, con pleno respeto al derecho a la libre determinación y los estándares internacionales de derechos humanos interpretados interculturalmente”, dice el texto. La norma sumó 114 votos afirmativos, 11 más que los necesarios por la regla de los dos tercios, y 37 negativos.

Christian Viera, coordinador de la comisión de Justicia, aclaró que los artículos plantean principios, pero que su aplicación dependerá de discusiones que aún están pendientes. “El principio no impone una regla. Y esto es relevante, porque están viendo una regla donde no la hay. Los principios informan las futuras reglas, y las futuras reglas son lo que estamos discutiendo en este momento en la comisión”, dijo Viera. La legisladora Tammy Pustilnick escribió un largo hilo en Twitter donde advierte a los críticos que “la ley nacional se seguirá aplicando a todos los habitantes de la República, incluso para los indígenas, con la única diferencia que estos podrán regirse por su propio derecho para ciertas materias y de acuerdo con ciertas condiciones y límites”. Países como Bolivia y Ecuador ya aplican modelos judiciales mixtos como el que ahora discute Chile.

La primera jornada de votación dejó claro que el perfil de la nueva Constitución de Chile está en manos de la izquierda y los partidos independientes, cuyos representantes son mayoría dentro de la Convención. La derecha, pese a votar unida en contra, no pudo impedir que se alcanzasen los dos tercios de los votos afirmativos. La legisladora Rocío Cantuarias, de Colectivo Chile Libre, se quejó de que las ideas que defienden como colectivo “no son consideradas en lo más mínimo”. Es evidente, dijo, que “está todo arreglado y que somos un grupo irrelevante para la redacción de esta Constitución”. Su par Teresa Marinovic dijo que los dos tercios están asegurados, salvo cuando los partidos de centroizquierda no coinciden con los de la extrema izquierda. “Ahí es cuando se caen los dos tercios. Incluso, normas que uno puede considerar como muy negativas o antidemocráticas se aprobaron con bastante más de dos tercios”, lamentó.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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