El gobierno de Polonia pide al presidente que declare el estado de emergencia en la frontera con Bielorrusia
Varsovia acusa al régimen de Lukashenko de auspiciar el intento de entrada irregular en el país de más de 3.000 migrantes solo en el mes de agosto
El Gobierno de Polonia ha pedido este martes al presidente del país, Andrzej Duda, que declare el estado de emergencia en las dos provincias fronterizas con Bielorrusia. La medida busca atajar la inmigración irregular que, según el primer ministro, Mateusz Morawiecki, “está orquestada desde Minsk y auspiciada por [el presidente bielorruso, Aleksandr] Lukashenko”. El estado de emergencia, que afectará en total a unos 200 pueblos de las provincias de Podlaquia y Lublin, se prolongará durante 30 días y, según Morawiecki, se impondrá de inmediato si el presidente polaco accede a ello.
El jefe del Ejecutivo explicó en una rueda de prensa que las limitaciones impuestas estarán dirigidas sobre todo a los no residentes que se encuentren en esas provincias, a quienes se les restringirán “reuniones y desplazamientos”. Morawiecki recordó que decisiones semejantes ya han sido adoptadas en Lituania y Letonia. El ministro polaco de Interior, Mariusz Kaminski, aseguró que “no se interferirá en la vida diaria de los vecinos, ni en sus labores agrícolas”.
Según informes recientes del cuerpo de vigilancia fronterizo polaco, durante el mes de agosto se han producido más de 3.000 intentos de entrada irregular a través de la frontera polaco-bielorrusa. Este lunes, la Guardia de Fronteras polaca ha detectado la existencia de una red criminal de tráfico de migrantes irregulares procedentes de Bielorrusia. Los agentes detuvieron a tres personas, dos extranjeros y un polaco. El Gobierno polaco aumentó recientemente el contingente militar de vigilancia fronteriza en la zona y ya son unos 2.000 soldados los que apoyan a la Guardia de Fronteras en su vigilancia. Además, el país ha empezado a construir una valla de 2,5 metros de altura a lo largo de la frontera entre ambos países, que se extiende a lo largo de 418 kilómetros.
Las autoridades polacas se han enfrentado a críticas de grupos de derechos humanos por no aceptar migrantes y por negar a quienes se encuentran en la frontera una atención médica adecuada. Varsovia dice que los migrantes son responsabilidad de las autoridades bielorrusas.
Fronteras bajo presión
Las fronteras de Estonia, Letonia y Lituania también están experimentando la presión migratoria ya que son las puertas de entrada a la Unión Europea desde el noreste para los migrantes que huyen de zonas de conflicto. La semana pasada, estos cuatro países acusaron a Lukashenko de utilizar a los migrantes como arma para un “ataque híbrido” que busca desestabilizar la UE. Este lunes, Polonia anunció el envío de un contingente de policías para reforzar el control fronterizo en Lituania.
Las relaciones entre la UE y Bielorrusia se han deteriorado drásticamente durante el último año desde que Lukashenko se adjudicó la victoria en unas elecciones que sus oponentes y los países occidentales consideran que fueron manipuladas. Desde entonces, la UE ha aplicado diversas sanciones económicas a la antigua república soviética. Para Morawiecki “el régimen de Lukashenko decidió empujar a estas personas [los inmigrantes] al territorio polaco, lituano y letón en un esfuerzo por desestabilizarlas”. Polonia también sostiene que el comportamiento de Minsk es una represalia por la decisión de Varsovia de dar refugio a Kristsina Tsimanuskaia, una atleta bielorrusa que se negó a regresar a casa durante los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando miembros del comité olímpico de su país trataron de repatriarla contra su voluntad después de que difundiera críticas contra esa institución deportiva a través de sus redes sociales.
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