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La UE exige a Londres respetar el pacto sobre Irlanda antes de sentarse a negociar

Barnier encara las conversaciones para la relación futura con el compromiso de no aceptar un pacto "a cualquier precio"

Lluís Pellicer
Michel Barnier comparece ante los medios de comunicación, este martes en Bruselas.
Michel Barnier comparece ante los medios de comunicación, este martes en Bruselas.FRANCOIS WALSCHAERTS (REUTERS)

La Unión Europea (UE) tuvo que volver a fijar este martes antiguas líneas rojas para la nueva negociación con el Reino Unido. Tras dar luz verde al mandato para que Bruselas aborde con Londres los términos de su futura relación, los Veintisiete advirtieron al primer ministro británico, Boris Johnson, de que las negociaciones podrían descarrilar si incumple los acuerdos que evitan una frontera dura en la isla de Irlanda. El negociador de la UE, Michel Barnier, se comprometió a que no cerrará un pacto “a cualquier precio”.

Boris Johnson parece dispuesto a seguir tratando de meter presión a los Veintisiete de cara a la negociación que empezará el próximo lunes. Johnson, de entrada, ya encorsetó el calendario al privarse de la posibilidad de pedir una prórroga si en junio no se vislumbra un acuerdo. Y ahora, según reveló la prensa británica, su entorno trabaja en un plan para evadir los controles comunitarios en el mar de Irlanda.

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El protocolo para la isla, que está dentro del acuerdo de retirada, deja a Irlanda del Norte dentro de la zona aduanera británica a cambio de fijar la frontera en el mar de Irlanda. Fuentes comunitarias insisten en que deberá haber oficiales de la Comisión en las fronteras haciendo los controles junto a funcionarios británicos para garantizar la integridad del mercado único y los Acuerdos de Paz de Viernes Santo.

El protocolo sobre Irlanda fue clave para que los Veintisiete pudieran cerrar un acuerdo de retirada con Johnson. Por ello, la posibilidad de que incluso pueda buscar una rendija para escapar a sus términos soliviantó a sus antiguos socios de la UE. “Mi mensaje a mis amigos de Londres es claro: mantened vuestras promesas basadas en el protocolo”, avisó el secretario de Estado para Europa de Alemania, Michael Roth.

La presión del tiempo

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Más tajantes fueron los representantes de Irlanda que acudieron a Bruselas a dar el beneplácito al mandato de los Veintisiete a la Comisión. El ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, recordó que la ejecución de los acuerdos alcanzados es una “prueba de buena fe y confianza” entre las partes, sin la cual será complicado “construir una relación futura”. Un incumplimiento del protocolo de Irlanda, a su juicio, sería una señal “preocupante” que pondría palos a las ruedas para alcanzar un acuerdo a finales de año.

La presión está, sin embargo, sobre todo en los tiempos. Bruselas sabe que hasta ahora Johnson los ha controlado limitando el tiempo de negociación a 10 meses. La Comisión incluso siente la presión que implica de nuevo la posibilidad de un Brexit salvaje, aunque confía en que el trabajo contra el reloj también acabe poniendo contra las cuerdas a un Reino Unido que hace al menos 45 años que no ha tenido que cerrar ningún acuerdo comercial, al haberlo dejado en manos de Bruselas. “Es importante para todos alcanzar un buen acuerdo y no ceder a la presión del calendario”, recordó la secretaria de Asuntos Europeos de Francia, Amélie de Montchalin.

Londres también aprobó su mandato para negociar con Bruselas, que dará a conocer el jueves y que se basa en buscar un acuerdo de libre comercio parecido al que la UE tiene con otros países, en concreto Canadá. Sin embargo, el negociador de la UE, Michel Barnier, no ve posible un pacto comercial de ese tipo. “La distancia entre Dover y Calais es de 34 kilómetros”, recordó Barnier.

Los Veintisiete están preocupados por mantener las relaciones comerciales con el Reino Unido, un mercado de 66,5 millones de habitantes. No obstante, también ha ido calando el miedo a que Londres trate de escaquearse de los compromisos de la declaración política de octubre, en la que ambas partes se comprometían a hacer posible una relación comercial e inversora estrecha asegurando igualdad de oportunidades y una competencia justa. Barnier podrá comprobar en Bruselas la semana que viene, de lunes a jueves, hasta qué punto Johnson quiere rebajar su relación con el resto de la UE.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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