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“El agro al poder”: la sorpresiva entrada de un partido teocrático en el Congreso peruano

El Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) se convirtió, tras las elecciones del domingo, en una de las nuevas primeras minorías en el Parlamento

El candidato al Congreso de Perú por el FREPAP, Wilmer Cayllahua.
El candidato al Congreso de Perú por el FREPAP, Wilmer Cayllahua.Youtube

El Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) no figuraba en las encuestas ni en la prensa peruana antes de las elecciones parlamentarias del pasado domingo. Sin embargo, este partido político ultraconservador se ha convertido en uno de los ocho partidos que tendrán representación en el Congreso: la formación contará con 16 de 130 escaños en un Parlamento marcado por la fragmentación dado que ningún partido posee la mayoría.

El líder del Frepap es Ezequiel Jonás Ataucusi, hijo del fundador de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), Ezequiel Ataucusi Gamonal. La organización tiene principalmente fines religiosos —en el país sudamericano se les conoce como los israelitas— pero también tiene incidencia política en algunas regiones y representa la principal base social del Frepap.

El conteo oficial de votos, a cargo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), indica que el partido confesional Frepap logró la mayor votación (24%) en la región Ucayali, en la Amazonía, donde hace décadas los israelitas tienen misiones cerca de la frontera. Si bien el partido ultraconservador obtuvo la segunda mayor cantidad de votos en el balance nacional, no será la segunda minoría en número de escaños, debido a la fórmula repartidora.

La primera minoría, por número de escaños, es de la formación derechista Acción Popular, seguida de Acción por el Progreso —una red clientelar presidida por el empresario César Acuña—. Ambos grupos políticos fueron aliados del fujimorista Fuerza Popular y del Partido Aprista en el Congreso disuelto el 30 de septiembre; dichas organizaciones tuvieron un rol de obstrucción hacia el Ejecutivo y blindaron a altos funcionarios del sistema de justicia investigados por sus vínculos con la red de corrupción en ese sector.

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El Frepap podría alcanzar la misma cantidad de asientos que Unión por el Perú (UPP), que lidera desde la prisión Antauro Humala —hermano del expresidente Ollanta Humala— quien en 2005 dirigió un ataque a una comisaría en rechazo al Gobierno del expresidente Alejandro Toledo. Dichos partidos serían, respectivamente, la tercera y cuarta minoría en el Parlamento hasta julio de 2021.

“El Frepap es un partido milenarista y de mesianismo andino”, describe a EL PAÍS el antropólogo Carlos Ernesto Ráez, quien ha investigado a la organización política y la congregación religiosa, desde de la muerte en el 2000 de Ataucusi Gamonal. Este último fue un migrante quechua que llegó a Lima sin recursos y fue parte de una iglesia adventista de la cual se apartó para formar su propia organización religiosa en 1968. Ataucusi Gamonal es considerado “el profeta” por la congregación de la Aeminpu. Los militantes del Frepap y los israelitas esperan el fin del mundo, consideran que Ataucusi Gamonal era la presencia de Cristo en la Tierra, y encuentran un vínculo entre los incas y una tribu de Israel.

Según Ráez, el mesianismo andino se debe a que los seguidores de esta confesión “ven a Perú como un país privilegiado, como Israel de occidente, porque aquí va a haber salvación. Cuando uno como peruano se hace israelita y va a colonizar las fronteras, reafirma su condición de peruano, es un acto de patriotismo y una reivindicación como heredero del imperio de los incas, como persona destinada a la salvación”.En su tesis, el antropólogo destaca el papel de Ataucusi Gamonal en la inserción social y económica de los migrantes rurales en la capital. En las décadas de los 70 y 80, el líder religioso organizaba ferias populares con alimentos a precios bajos y buscaba tierras donde vivir y cultivar.

Aunque el Frepap hizo campaña electoral para el Congreso usando Facebook, fue uno de los partidos políticos más activos en localidades urbanas y rurales mediante caravanas en vehículos en los que portaban banderolas con un símbolo fácil de recordar: un pescado de color azul, símbolo de la abundancia y el cristianismo. Sus lemas fueron simples: “En costa, sierra y selva, marca el pescadito” y “el agro al poder”.

En los debates electorales, los candidatos del Frepap propusieron medidas que sintonizaban con el hartazgo de la mayor parte de la ciudadanía hacia el Congreso disuelto. Plantearon el fin de la inmunidad parlamentaria —una reforma que los exparlamentarios rechazaron en 2019—, la posibilidad de la renuncia y la revocatoria de congresistas, así como la eliminación del voto obligatorio.

Otro rasgo del Frepap es su conservadurismo en lo social, como el rol sumiso de la mujer en la sociedad. Este lunes, en una entrevista en Radioprogramas, el candidato Wilber Cayllahua señaló que no está de acuerdo con la igualdad de género y que cree que los miembros de la comunidad LGTB “tal vez tienen enquistado el mal en el corazón”. Si bien en las décadas de los 80 y 90 los israelitas en Perú vestían siempre túnicas —y velo en el caso de las mujeres— esas prendas ya no son las únicas que usan, especialmente los más jóvenes, estudiantes universitarios y profesionales.

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