Israel recobra protagonismo global en un foro sobre el Holocausto con medio centenar de mandatarios
Felipe VI asiste en Jerusalén al 75º aniversario de la liberación de Auschwitz junto con Putin y Macron
Parcialmente aislado del mundo a causa del largo conflicto con los palestinos, Israel se dispone a recobrar protagonismo internacional en el Quinto Foro Mundial del Holocausto, que conmemorará en Jerusalén este miércoles y jueves el 75º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Al foro acudirán medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos, el rey de España, los presidentes de Rusia (Vladímir Putin), Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Frank-Walter Steinmeier) o Italia (Sergio Mattarella), así como el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el príncipe Carlos de Inglaterra o los presidentes de la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo.
Los responsables de la diplomacia israelí se han visto sorprendidos por la elevada presencia de dignatarios, que ha duplicado sus expectativas y no tiene precedentes en el Estado judío desde los funerales del primer ministro Isaac Rabin, en 1995, y el expresidente Simón Peres, en 2016. Más de 10.000 agentes de seguridad y funcionarios han sido movilizados para proteger y atender a los participantes en el foro, que tendrá sus actos centrales en Yad Vashem, el Museo y Centro de la Memoria del Holocausto en Jerusalén.
Aunque el recuerdo del Holocausto y la lucha contra el antisemitismo serán los ejes de conmemoración, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha adelantado que se entrevistará con algunos de los asistentes para analizar la situación en Oriente Próximo, y en particular la creciente tensión con Irán. A poco más de un mes de que afronte sus terceras elecciones en menos de un año, el jefe de Gobierno pretende recabar apoyos frente a una eventual investigación por crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional (CPI) contra Israel, después de que la fiscal general del tribunal anunciara en diciembre que había hallado “indicios racionales” para incoar una causa. En una entrevista difundida el martes por los servicios de prensa de su Gabinete, Netanyahu plantea imponer “sanciones a la CPI” si lanza “un ataque frontal al derecho de una democracia a defenderse y al derecho del pueblo judío a vivir en su tierra ancestral de Israel”.
La mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno permanecerán solo unas horas en Jerusalén, sin mantener contactos con responsables de la Autoridad Palestina. Tan solo Macron y el príncipe de Gales, que representa a la reina Isabel II, se entrevistarán en Ramala con el presidente palestino, Mahmud Abbas. Ante la presencia de decenas de líderes mundiales en Jerusalén, a una veintena de kilómetros de su capital administrativa, los palestinos se sienten relegados mientras la Casa Blanca parece dispuesta a anunciar en las próximas semanas un plan de paz que rechazan de plano.
Putin también prevé desplazarse a Cisjordania, pero se limitará a acudir a los lugares santos de Belén en las postrimerías de la fiesta de la Epifanía, según el calendario ortodoxo. Al hilo de su creciente influencia en Oriente Próximo, el presidente ruso plantea su visita prácticamente como una gira regional. El jueves inaugurará en Jerusalén un monumento a las víctimas del sitio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial en un gesto hacia la comunidad judía de origen ruso, que representa una décima parte de la población israelí.
Quien no se encontrará en Jerusalén es Andrzej Duda, presidente de Polonia, que declinó la invitación en protesta por haber sido denegada su petición de intervenir en el Museo del Holocausto. Solo los representantes de EE UU, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania e Israel pronunciarán breves discursos. Duda –que ha chocado con Putin con interpretaciones históricas enfrentadas de la Segunda Guerra Mundial–, será en cambio el anfitrión de la ceremonia que el próximo 27 de enero –Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto– se celebrará ante la llamada Puerta de La Muerte del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, también ha cancelado su viaje a Jerusalén en protesta por el creciente revisionismo histórico de Rusia.
Fin de una ausencia diplomática
Felipe VI ya acudió en calidad de jefe de Estado al funeral de Simón Peres en septiembre de 2016, pero ningún presidente del Gobierno español ha pisado Israel desde que lo hizo José Luis Rodríguez Zapatero, en 2009. Tampoco ha vuelto ningún ministro desde que en julio de 2015 viajaron los entonces titulares de Interior y Justicia, Jorge Fernández Díaz y Rafael Catalá, respectivamente. La visita del Rey servirá para poner fin a esta ausencia, ya que viajará acompañado por la nueva titular de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Viajará solo a Israel, si bien acudirá el lunes a Polonia acompañado por la reina Letizia. Todos los viajes del monarca los decide el Gobierno, pero en algunos casos la iniciativa parte del Ejecutivo y en otros de la Casa Real, como en esta ocasión.
Aunque España fue “no beligerante” durante la Segunda Guerra Mundial, Felipe VI ha querido subrayar su vinculación con el Holocausto, tanto por los republicanos españoles deportados a los campos de concentración nazis como por los nueve españoles que, como el diplomático Ángel Sanz Briz, han sido reconocidos “justos entre las Naciones” por salvar la vida a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
En una situación de preferencia en parte debida a la buena relación personal con su anftrión, está previsto que el Rey sea el único invitado que, en nombre todos los demás, pronuncie unas palabras durante la cena oficial que este miércoles ofrecerá el presidente israelí, Reuven Rivlin, a los jefes de las delegaciones extranjeras. El jueves por la mañana el Monarca mantendrá un encuentro bilateral con Rivlin que debería servir para superar los recelos israelíes ante el nuevo Gobierno español de coalición de izquierdas.
Hace dos semanas, periódicos como The Jerusalem Post publicaron una información de la agencia de prensa judía JTA en la que se recordaba que el recién nombrado vicepresidente Pablo Iglesias había definido en 2018 a Israel como “país ilegal”, al tiempo que se le acusaba de haber conducido en el pasado un programa de televisión (Fort Apache) “con presunto contenido antisemita y difundido por un canal de televisión (Hispan TV) con financiación iraní”. El Gobierno israelí guarda silencio por ahora sobre la incorporación de representantes de Unidas Podemos al Consejo de Ministros español.
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