Wanderson de Oliveira: “Es imposible hacer una gran campaña de vacunación en Brasil a partir del primer semestre”
El exsecretario del ministerio de Salud de Brasil teme que la pandemia sea incontrolable a principios de 2021, cree que la inmunización colectiva debe demorar y considera prematuro desmantelar los hospitales de campaña
Seis meses después de dejar el ministerio de Salud, el exsecretario de Vigilancia Epidemiológica, Wanderson de Oliveira, sigue recibiendo llamadas de secretarios estatales para intercambiar información sobre políticas para combatir el coronavirus en Brasil. El encargado de formular en el país las primeras estrategias para combatir la pandemia resistió durante tres meses a las turbulencias políticas e ideológicas que se produjeron en el ministerio en plena crisis sanitaria, pero dejó el cargo tras dos cambios de ministros bajo la Administración de Jair Bolsonaro. Desde que se retiró no ha tenido contacto directo con el ministerio. Oliveira ahora asesora formalmente a los Gobiernos de São Paulo y Pernambuco y, entre bastidores, dice que siempre está “intercambiando ideas” con gestores de otros Estados.
Pendiente del contagio que se está acelerando en el país y que ya está ejerciendo presión sobre los sistemas de salud de los Estados, está preocupado por el escenario que se prevé para principios de 2021. Teme que la enfermedad se descontrole en enero y febrero. A esta preocupación hay que añadir la ausencia de una vacuna en este periodo. El Gobierno espera comenzar a vacunar a la población en marzo, pero Oliveira cree que solo a finales de la primera mitad del año se llevará a cabo una sólida campaña. “No tendremos todas las vacunas al mismo tiempo. Así que no es posible planear una gran campaña desde el primer semestre”, asegura.
Pregunta. Brasil comenzó a anunciar las directrices básicas de la estrategia de la campaña de vacunación de la covid-19. El Gobierno trabaja con tres vacunas y ha excluido las que deben ser almacenadas en temperaturas que no son soportadas por la cadena de refrigeradores del SUS (Sistema Único de Salud). ¿Brasil se ha quedado atrás en la carrera mundial?
Respuesta. Realmente hay una gran dificultad logística en el tema de la temperatura para mantener la vacuna. Sin embargo, teniendo en cuenta el volumen de las vacunas y también la necesidad de proteger principalmente a los trabajadores de la salud, estas vacunas podrían ser útiles para estos grupos. En primer lugar, hay que centrarse en asegurar que los servicios funcionen. Así es como funcionan la mayoría de las estrategias. Entonces debe vacunarse a los que estarán más expuestos al virus porque tendrá que asegurarse de que esos equipos puedan trabajar.
P. Considerando la disputa política en Brasil, ¿se tendrá una vacuna en 2021 para todas las personas con prioridades previstas? ¿Cuándo cree que se pueda tener realmente una campaña en curso en el país? Y a partir de entonces ¿cuál es la perspectiva para empezar a pensar en volver a una vida normal?
R. Bueno, la vida normal tomará un poco más de tiempo. Primero porque no tendremos todas las vacunas a la vez. Así que no es posible planear una gran campaña al mismo tiempo ya desde el primer trimestre. Creo que tendremos la vacuna en el primer trimestre como producto. Ahí se tendrán de 15 a 30 millones de dosis para hacer algunos grupos prioritarios inicialmente. Y luego se va a expandir porque van a llegar nuevos lotes, si todo va bien, sin ningún contratiempo. Creo que el camino es que entendamos cómo será la logística. Por lo general, en ese tipo de vacunas se usan dos dosis con un intervalo de 14 días entre la primera y la segunda. Así que esto es bastante complicado. Si se tienen 20 millones, en la práctica vacunarás a 10 millones. Pero es importante pensar que, cuando hago una planificación, puedo retirar el 10% de ellas para los problemas generales que ocurran. Así que, es al final del primer semestre, a mediados del segundo trimestre, creo, para que podamos comenzar la campaña de vacunación, pensando en todo el proceso más complejo. Pero la vacuna en sí debería comenzar un poco antes.
P. São Paulo ha anunciado que puede comenzar la vacunación ya en enero, antes que el resto de Brasil. ¿Es necesario tener el respaldo de [la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria] Anvisa para esto?, ¿cuáles serán los impactos de que los Estados inicien sus campañas de manera desarticulada a la estrategia nacional?
R. Para aplicar y utilizar la vacuna, se requiere la autorización de la Anvisa. Esto se aplica a cualquier producto biológico. Los impactos de la desarticulación de la estrategia nacional es algo que realmente complica la obtención de la vacuna, principalmente en Estados con menos estructura que São Paulo, por ejemplo. Los principios del SUS son la jerarquía, la regionalización, la universalización y, especialmente, la equidad. Tienen que tratar de manera diferente a los desiguales. Existen Estados que no tienen la estructura de São Paulo y necesitarán apoyo. El papel de hacer este arbitraje es del ministerio de Salud.
P. En Brasil se observa un aumento de los casos de coronavirus en varias regiones. ¿A qué atribuye esta aceleración y en qué punto de la pandemia se encuentra el país? ¿Está entrando en una segunda ola como Europa?
R. Aún estamos siguiendo este aumento, que se deriva de varios aspectos, como las elecciones municipales, las aglomeraciones debido a los feriados, la mayor flexibilidad de los restaurantes, bares y del comercio en general. Y también por las características sociales locales en algunas regiones del Brasil. Así que creo que este aumento se justifica en primer lugar por el alto número de personas que aún no han tenido contacto con el virus. De hecho, hay un número de personas susceptibles bastante expresivo. Los Estados han observado un aumento significativo de accidentes de tráfico, lo que demuestra que hay una mayor circulación en la dinámica social. Además de la covid-19, al volver a las actividades, la tendencia es que los centros de salud que ya tenían problemas antes de la pandemia vuelvan a presentar dificultades. Así que creo que todo está relacionado, e incluso el número de casos de síndrome respiratorio agudo severo ha aumentado significativamente, aunque la letalidad no haya seguido.
P. Algunos lugares ya están bajo presión en sus sistemas de salud de nuevo, incluyendo algunos que ya habían desmantelado los hospitales de campaña. ¿Fue prematuro renunciar a estas estructuras?
R. Sí, en algunos lugares fue prematuro. Pero no fue culpa de los gestores. En muchos lugares, seguí esto, hubo presión de los órganos de control, no aceptando la justificación del gestor de salud de que la cama tenía que estar vacía porque la pandemia podía aumentar. Es muy complejo para el administrador de la salud justificar la cama vacía con la visión que tienen los organismos de control sobre este proceso actual.
P. Es diciembre, un mes de muchas celebraciones. Con las políticas de control que se tienen hoy en día, ¿qué se espera de la pandemia a principios de 2021?
R. Creo que, en el primer semestre, a mediados de enero y febrero, veremos un aumento, principalmente debido a las aglomeraciones. En Brasil es un periodo en el que también estamos empezando a seguir el comienzo de la estacionalidad (de los síndromes de la gripe), principalmente en la región norte. Es preocupante porque todavía no tendremos una vacuna en este periodo. Estaremos comenzando una campaña, con un volumen aún menor que el necesario para la vacunación.
P. En algunos lugares se están empezando a reanudar medidas más restrictivas. En vista de la perspectiva de que se produzcan aún más casos, ¿se podría volver a cuarentena como a principios de año?
R. Sí, es posible que en las próximas semanas nos enfrentemos en algunos lugares a la necesidad de una mayor restricción. O no. Puede haber una estabilización a niveles altos, pero que el sistema aguante. Si hubiéramos logrado un distanciamiento social como Europa hizo en mayo, no dudo que estuviéramos mejor. El hecho de que eventualmente un barrio o una ciudad en particular necesite más restricciones no debe ser visto como un paso atrás. No es una lucha, no es una disputa entre un sector y otro. Las escuelas, para mí, tienen que volver. Las escuelas no son un vector de transmisión. Ya se ha demostrado en algunos municipios de Brasil y también en el extranjero que las escuelas abiertas son mucho más seguras que los bares y restaurantes.
P. Las tasas de mortalidad han disminuido en el país y puede haber una influencia en el aumento de los tipos de pruebas que se han realizado. En los últimos días, el ministerio de Salud ha utilizado estas tasas para defender que el tratamiento precoz con cloroquina es eficaz, contrariamente a muchos estudios ya presentados. ¿Ve una manipulación en los datos para defender un protocolo que apenas ha sido abandonado por Brasil?
R. Sobre la cloroquina, ni siquiera haré comentarios porque ya es obvio que no tiene ningún efecto. Ahora, no hay ningún argumento contra los hechos, ¿verdad? Si se mira la curva de casos en Brasil, prácticamente está caminando de forma independiente a las acciones del Gobierno. Solo tengo que felicitar a los gestores brasileños que hicieron algunas restricciones porque están en el camino correcto. Francia ha tenido, durante dos semanas consecutivas, alrededor de dos casos por cada 100.000 habitantes. Brasil nunca ha logrado reducir los casos por debajo de 80 por cada 100.000 habitantes. Y no estamos haciendo tantas pruebas. Así que esta incidencia es mucho más alta de lo que podemos ver.
P. Brasil tiene un sistema de salud robusto, un ejército de agentes de salud y un plan de inmunización que es referencia mundial, pero presenta estos resultados. ¿Se ha renunciado a todo esto en la lucha contra la pandemia?
R. Podríamos haberlo hecho mejor, ¿verdad?
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