Irán aprueba una ley para suspender las inspecciones de su programa nuclear
El Parlamento insta además a elevar el enriquecimiento de uranio por encima de lo pactado en 2015
El Consejo de Guardianes iraní ha aprobado este miércoles una ley que obliga al Gobierno a suspender las inspecciones de sus instalaciones nucleares por parte de los inspectores de a ONU y a acelerar el enriquecimiento de uranio más allá de los límites establecidos por el acuerdo firmado entre Teherán y seis grandes potencias (Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Alemania, China y Rusia) en 2015 si las sanciones no se levantan en un plazo de dos meses. En respuesta al asesinato la semana pasada del padre de su programa nuclear, el científico Mohsen Fakhrizadeh, del que Irán acusa a Israel, el Parlamento, dominado por los partidarios de la línea dura dentro del régimen, aprobó el martes un proyecto de ley en este sentido por una abrumadora mayoría, lo que dificultará una entente nuclear.
El Consejo de Guardianes tiene como misión la aprobación final de las normas que no contradigan los principios de la ley islámica o la Constitución del país. Sin embargo, la postura del guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, que tiene la última palabra en cuestiones de Estado, se desconoce por el momento. “Hoy en una carta, el portavoz del Parlamento ha pedido oficialmente al presidente que implemente la nueva ley”, ha informado este miércoles la agencia semioficial Fars. Bajo esa nueva ley, Teherán daría dos meses a los signatarios del acuerdo para que normalicen las relaciones bancarias y eliminen las trabas a la exportación de petróleo iraní impuestas después de que Washington abandonó el pacto en 2018.
En reacción a la política de “máxima presión” impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el régimen iraní, que incluyó la reimposición de sanciones, el país ha ido reduciendo gradualmente su compromiso con el pacto. La decisión de los legisladores iraníes complicará el regreso al acuerdo nuclear del presidente electo de EE UU, Joe Biden, que tomará posesión el próximo 20 de enero y que siempre se ha mostrado a favor de una política mucho más conciliadora respecto a Irán. Biden ha afirmado que Washington regresaría al pacto y levantaría las sanciones si Teherán retorna al “estricto cumplimiento del acuerdo”.
“Ahora hay más presión sobre el Gobierno del (presidente) Hasan Rohaní para que se asegure de la vuelta de EE UU al JCPOA (el Plan de Acción Integral Conjunto, el pacto nuclear, en sus siglas en inglés)”, ha tuiteado Ariane Tabatabai, investigadora para Oriente Próximo en el think tank German Marshall Fund y en la Universidad de Columbia.
Rohani, el arquitecto iraní del pacto de 2015, calificó la decisión del Parlamento como “dañina para los esfuerzos diplomáticos“ en la búsqueda de un levantamiento de las sanciones. Uno de los artículos señala que se debe producir y almacenar cada año 120 kilogramos de uranio enriquecido al 20%, muy por encima del 3,67 % de pureza que permite el pacto nuclear. La Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI) deberá además cada mes producir 500 kilogramos de uranio enriquecido de bajo nivel, según el proyecto.
Asimismo, este plan prevé la puesta en marcha de una fábrica de producción de uranio metálico en Isfahan, la restauración del reactor de agua pesada de Arak, y el diseño de otro reactor de agua pesada de 40 MW. El proyecto también implica realizar actividades de enriquecimiento de uranio con al menos 1.000 centrifugadoras avanzadas IR-2M en la instalación de Natanz dentro de los tres meses posteriores a la ratificación de la ley. El pacto nuclear firmado por Irán solo permite el uso de centrifugadoras de primera generación.
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