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La disparidad de medidas para evitar el coronavirus en las regiones alemanas desata la tensión entre los Estados federados

Algunos ‘länder’ prohíben pernoctar a quienes vengan de zonas de riesgo del país, en plenas vacaciones escolares

El jefe de Gobierno bávaro, Markus Söder, a su llegada a una conferencia de prensa en Múnich el martes.
El jefe de Gobierno bávaro, Markus Söder, a su llegada a una conferencia de prensa en Múnich el martes.LUKAS BARTH-TUTTAS (EFE)
Ana Carbajosa

Las fronteras interiores de Alemania cobran creciente relieve al compás del aumento de contagios en el país. Las restricciones al movimiento entre Estados federados para personas procedentes de zonas de riesgo alemanas ha dado pie a tensiones regionales y medidas tan dispares que la canciller, Angela Merkel, aspira a reconducir este miércoles en un encuentro entre los responsables políticos de los länder. Las costuras que tejen el sistema federal alemán, que ha reportado un considerable éxito de gestión en la pandemia, registra estos días evidentes tensiones por las restricciones a la movilidad interior, que han sembrado el desconcierto entre muchos ciudadanos, en plenas vacaciones escolares de otoño. Las reservas hoteleras se evaporaron en cuestión de horas.

Como corresponde al sistema federal, cada Estado ha decidido qué restricciones impone a los que vienen de otra región y hasta 12 länder han prohibido pernoctar en su territorio a quienes procedan de aquellas regiones alemanas que registran altas cifras de contagios. En algunos Estados, la prohibición no opera si se presenta un test negativo de covid-19 realizado en las anteriores 48 horas, mientras que en otro länd ese margen es solo de 24 horas. Algún Estado exige incluso pasar una cuarentena hasta tener el resultado de un segundo test. Las diferencias regionales en cuanto a la propagación de la pandemia son enormes en Alemania, donde en general el Este del país está mucho menos afectado que el Oeste. Muchos ciudadanos se han visto obligados a cancelar sus vacaciones y se ha dado algún caso ya de delación entre ciudadanos, al ser detectada por ejemplo una familia procedente de Berlín en un Estado del Este.

Representantes de la industria turística y otros sectores han puesto el grito en el cielo y piden que se homogeneicen las regulaciones. “La prohibición de alojamiento, que ha sido introducida de manera muy diversa en los Estados federados, ha resultado en un collage difícil de entender, que crea enorme incertidumbre en la sociedad”, ha considerado Reinhard Sager, presidente de la organización que representa a los distritos, en declaraciones a la prensa alemana. La asociación de hoteleros amenaza incluso con medidas legales.

Mientras, el número de zonas que pasan a ser consideradas “de riesgo” no deja de crecer. En Alemania, las restricciones se aplican cuando una ciudad o municipio supera los 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes durante siete días. En total, hay 30 distritos que superan ese umbral. Berlín por ejemplo es desde la semana pasada zona de riesgo y este martes acumulaba una incidencia de 63,2, con algún barrio, como Mitte, en el centro, por encima del centenar.

Las autoridades sanitarias y políticas no ocultan su preocupación desde que la semana pasada Alemania se registrara un abrupto incremento de contagios que el lunes sumaron 4.122 en todo el país de 83 millones habitantes. Sigue lejos del pico de la primera ola, cuando se sobrepasaron los 6.000 contagios a finales de marzo, según los datos que recopila el instituto de referencia, Robert Koch. La cifra de muertos desde el inicio de la epidemia asciende a 9.634.

Contraproducentes

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Este miércoles, Merkel tratará de orquestar el consenso sobre reglas comunes de movilidad interior, frente a las críticas crecientes a la prohibición de alojamiento, de quienes cuestionan la efectividad e incluso la legalidad de la medida. “No hay ningún estudio que pruebe que viajar dentro de Alemania sea un agravante de la pandemia. Esas reglas no solucionan ningún problema, porque no hay un problema”, sostuvo Karl Lauterbach, experto en salud del Partido Socialdemócrata, socio minoritario en el Gobierno de coalición de Merkel. Añadió además, que este tipo de reglas podrían resultar contraproducentes. “Si mantienes reglas como esa, pierdes el apoyo de la población para reglas que son realmente importantes”, subrayó.

En esa reunión, según adelantaba la prensa alemana el martes, se analizará también qué hacer con las escuelas ante el aumento de contagios. Merkel ha repetido numerosas veces que cerrar los colegios es la última opción. Una de las propuestas que podría ponerse sobre la mesa es alargar las vacaciones de Navidad y recortar las de verano el próximo año.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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