Una indígena canadiense difunde por las redes los insultos racistas que recibió antes de morir
Joyce Echaquan, internada en un hospital de Quebec, pide ayuda por Facebook Live mientras escucha los improperios de dos enfermeras
Joyce Echaquan, una canadiense de 37 años de la etnia atikamekw, fue internada el 26 de septiembre en el hospital de Joliette (50 kilómetros de Montreal) con fuertes dolores de estómago. Echaquan murió dos días después, pero la transmisión por Internet que hizo con su móvil causó un terremoto. Las imágenes y el audio que envió a las redes muestran los malos tratos que padecen en Canadá los grupos autóctonos. No hay herida más profunda y añeja en el corazón de este país.
Entre gritos, Echaquan pedía ayuda. “¡Vengan a buscarme, me están drogando!”, pronunció en lengua atikamekw desde su cama de hospital. Enseguida, se escuchan las voces en francés de dos enfermeras: “eres tan estúpida”, “estarías mejor muerta”, “¿ya terminaste de molestar?”, “eres mejor para tener sexo que para cualquier otra cosa”. Echaquan murió poco tiempo después.
Miembros de la familia de Joyce Echaquan contaron a Radio-Canadá que la mujer sufría de problemas cardiacos que pudieron probablemente agravarse por las dosis de morfina en el hospital. “Tengo siete hijos que han perdido a su madre”, expresó Carol Dubé, esposo de Echaquan. La familia siguió en directo la transmisión realizada a través de Facebook Live y lograron grabarla.
Las reacciones no demoraron. Miembros de la comunidad a la que pertenecía Joyce Echaquan protestaron frente al hospital de Joliette. Otros mostraron su indignación a pocos metros de la Asamblea provincial. Unas 200 personas participaron en una ceremonia en recuerdo a Echaquan en los jardines del Parlamento federal en Ottawa.
“Ofrezco todas mis condolencias a la familia. Quisiera decir que lo ocurrido es totalmente inaceptable”, expresó el pasado martes François Legault, primer ministro de Quebec. Legault anunció que tanto la Red de servicios sociales y sanitarios como la Oficina del forense abrirán investigaciones. Asimismo, dijo que una de las enfermeras fue cesada de sus funciones. El jueves, el ministerio de Salud de Quebec informó que la otra trabajadora también ha sido despedida.
“La discriminación contra los miembros de nuestros pueblos sigue siendo frecuente en el sistema de atención a la salud y debe terminar”, manifestó en un comunicado la Asamblea de Primeras Naciones de Canadá. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, se pronunció en la sesión parlamentaria de mitad de semana. “Lo que sucedió es la peor forma de racismo, cuando alguien necesitaba la mayor ayuda posible. Es un ejemplo, otro más, del racismo sistémico que es completamente inaceptable en Canadá”, afirmó.
En 2015, un estudio del Instituto Wellesley, titulado Primeros pueblos, trato de segunda clase", subrayaba que el racismo en clínicas y hospitales explica los menores niveles de salud que tienen los indígenas canadienses en comparación con el resto de la población. En junio de 2019, el informe de una comisión especial estimaba que las mujeres de origen autóctono tienen hasta 12 veces más probabilidades de ser víctimas de asesinatos y desapariciones. En el documento, los autores mencionaron un “genocidio apoyado en las estructuras colonialistas de Canadá”.
La esterilización forzada a mujeres indígenas fue un procedimiento legal durante varias décadas en Alberta y Columbia Británica. Sin embargo, diversos testimonios indican que se ha practicado en años recientes, tanto en dichas provincias como en Manitoba, Saskatchewan y Ontario.
En junio pasado, un vídeo mostró la detención de Allan Adam, líder de la nación Chipewyan en Athabasca (Alberta), con decenas de golpes propinados por policías. Los medios han mostrado con frecuencia casos donde las fuerzas del orden acosan y recurren a medios violentos especialmente contra miembros de los pueblos indígenas y de la comunidad negra. Justin Trudeau ha reconocido que el racismo sistémico también es un problema en los cuerpos de policía.
En Quebec, donde ha tenido lugar el caso de Joyce Echaquan, un informe elaborado por el exjuez Jacques Viens, y publicado hace justamente un año, concluyó que diversos servicios públicos de la provincia tenían al racismo sistémico -cuyas víctimas son principalmente los grupos autóctonos- como un componente de importancia. François Legault, primer ministro quebequés, ha comentado en distintos momentos que este fenómeno no existe en la provincia. Diputados de la oposición y organizaciones señalan que lo ocurrido en el hospital de Joliette debería servir para que Legault reconozca finalmente la magnitud del problema.
Este viernes, el primer ministro quebequés tenía agendada una reunión con Ghislain Picard, jefe de la Asamblea de Primeras Naciones de Quebec y Labrador. Sin embargo, Picard anuló su participación en el último momento argumentando que no podía prestarse a un simple ejercicio de relaciones públicas, ya que no veía que el Gobierno tuviera prisa en actuar. “No sé a qué está jugando el jefe Picard”, replicó Legault. Ese mismo día, los familiares de Joyce Echaquan anunciaron que acudirán a los tribunales para pedir una amplia investigación y exigir una reparación económica.
Este sábado, una manifestación reunió en Montreal a miles de personas. Poco después, Geneviève Guilbault, ministra quebequesa de Seguridad Pública, anunció en Twitter la puesta en marcha de una investigación pública sobre las causas y circunstancias de este caso. “Debemos hacer todo lo posible para evitar que esas tragedias vuelvan a ocurrir”, escribió. Todo indica que el coro de protestas disminuirá únicamente cuando el Gobierno de Legault cambie de parecer respecto al racismo sistémico en los servicios públicos.
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