EE UU sanciona a Carrie Lam y otros 10 altos cargos por dañar la autonomía de Hong Kong
Washington profundiza en el enfrentamiento comercial y geoestratégico con China
El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones a 11 altos cargos de Hong Kong, incluida la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, por socavar la autonomía del territorio e impedir la libertad de expresión para sus ciudadanos, a través de la nueva ley de seguridad nacional promulgada hace un mes por Pekín. El Departamento del Tesoro ha anunciado este viernes que el presidente, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en la que se ordena la congelación de todos los activos que estos funcionarios tienen en Estados Unidos e impide a los estadounidenses celebrar transacciones con los sancionados.
El Parlamento chino aprobó en junio un nuevo mandato sobre seguridad para el territorio, como respuesta a las masivas protestas de los últimos meses. La medida prevé cadena perpetua para quienes participen en actividades “sediciosas”, “terroristas” o “subversivas” y entrega al Gobierno central chino las operaciones de seguridad en el enclave, antigua colonia británica, que fue devuelto a China en 1997 bajo un marco de libertades y autonomía que debía ser respetado por Pekín hasta 2047. La nueva ley también castiga cualquier intento por separar a Hong Kong de China. Ante este escenario, Washington ha comenzado a tomar medidas para evitar que las nuevas disposiciones de seguridad se recrudezcan en el territorio.
“La reciente imposición de una draconiana ley de seguridad nacional en Hong Kong no solo ha minado la autonomía de Hong Kong, sino que ha infringido los derechos de su gente, al permitir que los servicios de seguridad de la China continental puedan operar con impunidad en la región”, ha comunicado el Tesoro estadounidense en una nota. La Administración Trump también señala que China está intentando minar los proceso democráticos, refiriéndose indirectamente al aplazamiento de las elecciones legislativas en Hong Kong previstas para el 6 de septiembre, pero que han sido pospuestas un año bajo el argumento de que no es posible celebrarlas con seguridad a causa de la pandemia del coronavirus.
“Estados Unidos apoya al pueblo de Hong Kong y utilizaremos nuestras herramientas y autoridad para apuntar a aquellos que socavan su autonomía”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Junto a Lam, el Tesoro también ha sancionado a Chris Tang, comisario de policía de Hong Kong, y a John Lee, secretario del Gobierno para seguridad. Asimismo, varios miembros del Partido Comunista Chino han sido incluidos en la lista, incluyendo a Xia Baolong, director de la oficina para Hong Kong y Macao del Consejo de Gobierno chino y Luo Huining, director de la principal oficina del Gobierno chino en Hong Kong.
Las sanciones de este viernes se suman a las que Trump firmó el pasado 14 de julio para retirar el trato preferencial a la antigua colonia británica. Así, Estados Unidos ya no daría “privilegios especiales y exportación de tecnología” a Hong Kong, dado que con la ley de seguridad el territorio ya no sería considerado autónomo. Esta medida representa un golpe para uno de los centros financieros más importantes del mundo, pero produce un doble efecto también al afectar los intereses económicos de China.
El enfrentamiento entre Pekín y Washington se recrudece cada día más y se ha diversificado en distintos frentes, en lo que dibuja una nueva Guerra Fría. Mientras Estados Unidos condena la presión de China sobre Hong Kong e impone sanciones a sus funcionarios, también ha anunciado este viernes la prohibición de dos plataformas tecnológicas en su territorio: TikTok y WeChat. Las acusa de robar la información de sus usuarios para entregarla al Gobierno chino y les ha puesto un ultimátum de 45 días. Además, mantiene tensiones en la diplomacia por la detención de varios ciudadanos chinos acusados de espionaje y el cierre del consulado de China en Houston (Texas) hace un par de semanas, lo que ha desatado medidas equivalentes por parte de Pekín.
Trump recurre regularmente a sus ataques a China en sus apariciones públicas y habla con dureza sobre sus líderes. También insiste frecuentemente en que la pandemia del coronavirus ha sido provocada por el país asiático. Algunos medios de comunicación en EE UU, como The New York Times, señalan que lo hace con la intención de fortalecer su campaña de reelección, al mostrarse a la ofensiva con el Gobierno de Xi Jinping y al evitar abordar otros temas de interés local.
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