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Venezuela rectifica y revoca la expulsión de la embajadora de la Unión Europea

Caracas y Bruselas resaltan la necesidad de mantener las relaciones diplomáticas en un momento en que “la cooperación puede facilitar los caminos del diálogo político”

Francesco Manetto
Nicolás Maduro, durante un acto este jueves.
Nicolás Maduro, durante un acto este jueves.JHONN ZERPA (AFP)

Venezuela revocó este jueves la expulsión de la embajadora de la Unión Europea en Caracas cuando estaba a punto de cumplirse el plazo de 72 horas que el lunes le dio Nicolás Maduro para abandonar el país. La decisión fue comunicada después de una conversación telefónica entre el canciller venezolano, Jorge Arreaza, y el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. “El Gobierno venezolano decidió dejar sin efecto la decisión tomada el pasado 29 de junio de 2020, mediante la cual se declaró persona non grata a la embajadora Isabel Brilhante Pedrosa, jefa de la delegación de la UE en Caracas”, señala una nota conjunta.

Maduro anunció el lunes la expulsión de la diplomática después de que Bruselas impusiera la prohibición de viajar al espacio Schengen y congelara los activos de 11 dirigentes venezolanos considerados afines al régimen, entre ellos el opositor disidente Luis Parra. No es la primera vez que el sucesor de Hugo Chávez da marcha atrás en decisiones relacionadas con política exterior, pero en esta ocasión la rectificación, que había sido solicitada por el propio Borrell, fue casi inmediata. El alto representante y Arreaza, según el comunicado, “coincidieron en la necesidad de mantener el marco de las relaciones diplomáticas, especialmente en momentos en los que la cooperación entre ambas partes puede facilitar los caminos del diálogo político”. Además, ambos “acordaron promover los contactos diplomáticos entre las partes al más alto nivel, en el marco de una cooperación sincera y del respeto al derecho internacional”.

En foto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el Canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en una imagen de archivo. En vídeo, declaraciones de Arreaza esperando mejorar las relaciones con la Unión Europea.Vídeo: AFP / EFE

El contexto de aislamiento internacional del chavismo no es una novedad, pero la emergencia económica y social de Venezuela se profundiza cada día. Y a pesar de que la autoridad electoral confirmara el miércoles la convocatoria de elecciones parlamentarias para el próximo 6 de diciembre, el horizonte está lejos de despejarse. El líder opositor Juan Guaidó ha perdido impulso y sus valedores internacionales hubieran preferido una solución más rápida, pero también saben que por el momento no tienen más alternativa que seguir apoyándole. Washington y la mayor parte de los Gobiernos latinoamericanos no han dado señales de relajar la presión y, con estas premisas, la Unión Europea se consolida como un interlocutor necesario para explorar salidas a la crisis. Además, Caracas optó por reconsiderar la expulsión justo cuando la justicia británica decidió secundar la negativa del Banco de Inglaterra a entregar al régimen las reservas de oro, lo que es en sí una confirmación del reconocimiento de Guaidó como presidente interino.

La decisión de mantener relaciones con la Unión Europea tiene también una lectura interna. El Gobierno de Maduro y la organización que de facto lo sostiene, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tienen un alma más intransigente y otra más abierta al diálogo y a los caminos tácticas. Los sectores más duros del chavismo nunca han aceptado que el aparato del Estado no detuviera a Guaidó desde que se declarara presidente encargado. Sin embargo, prevaleció la tesis de que la oposición, acorralada por la justicia, se iba a desinflar o a romper sola, sin necesidad de intervenir.

Las palabras pronunciadas el lunes por Maduro se entienden a la luz de ese clima. El mandatario necesita lanzar mensajes a los suyos y las sanciones internacionales siempre han sido la mejor baza del chavismo para autolegitimarse. “¿Quiénes son para tratar de imponerse con la amenaza? ¡Ya basta! He decidido darle 72 horas a la embajadora de la Unión Europea en Caracas para que abandone nuestro país. Ya basta del colonialismo europeo contra Venezuela”, había afirmado el líder bolivariano en una comparecencia retransmitida por televisión. La jefa de la delegación de la UE no fue el único blanco de sus advertencias. Maduro se dirigió directamente al embajador español, Jesús Silva, para avisarle de que “Venezuela se reserva las acciones diplomáticas” sobre él. El Gobierno de España acogió en mayo de 2019 al dirigente opositor Leopoldo López en sus dependencias, después de que este huyera de su arresto domiciliario en medio de una operación militar fallida.

Desde entonces se encuentra resguardado en la residencia de la Embajada de España de Caracas y el régimen lo vincula ahora a los preparativos de una incursión marítima en dos playas venezolanas hace dos meses. Ese desembarco, también frustrado por las fuerzas de seguridad del chavismo, acabó con al menos siete muertos y decenas de detenidos, entre ellos dos exsoldados de élite estadounidenses.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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