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La elección del líder de La Izquierda pone fin a la crisis por el cordón sanitario en Turingia

La formación de Gobierno en la región alemana causó un escándalo en febrero al sumar los conservadores sus votos a la ultraderecha

Ana Carbajosa
El nuevo primer ministro de Turingia, Bodo Ramelow, jura el cargo este martes en el Parlamento regional.
El nuevo primer ministro de Turingia, Bodo Ramelow, jura el cargo este martes en el Parlamento regional.JENS SCHLUETER (AFP)

El de Turingia ha sido un thriller parlamentario, con final abierto hasta el último segundo. Bodo Ramelow, un político pragmático y muy valorado de La Izquierda fue elegido este miércoles en tercera votación y con una mayoría simple para presidir el Gobierno del Estado federado del este de Alemania. Esta votación pone fin, al menos de momento, a una profunda crisis. En juego estaba el respeto al cordón sanitario contra la ultraderecha, un consenso del resto de los partidos vigente desde la posguerra y que se agrietó en febrero en Turingia.

La formación de gobierno en Turingia, pendiente desde las elecciones del pasado octubre, abrió en febrero la caja de los truenos de la política nacional, precipitando incluso la caída de Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta de la CDU y la dirigente llamada a suceder a Angela Merkel.

La elección de este miércoles permite la reedición de un Ejecutivo interino compuesto por La Izquierda (Die Linke), socialdemócratas y Los Verdes, pero sobre todo, permite a la CDU pasar página y centrar su atención en la carrera sucesoria en el partido.

La sesión parlamentaria en Erfurt (capital de Turingia) arrancó a primera hora de la tarde en un ambiente de extrema tensión política. En Berlín se siguió como un asunto nacional de primer orden, porque más allá de quién gobierne en Erfurt, lo que se jugaba era la estabilidad nacional, pero también la identidad política del centroderecha de Merkel.

En las elecciones de octubre, Die Linke, el partido a la izquierda de la socialdemocracia, y los ultras de Alternativa para Alemania (AfD) fueron los más votados. Ese resultado complicó en extremo la formación de un Ejecutivo regional, ya que la CDU aplica el cordón sanitario tanto para AfD como para Die Linke.

La situación se complicó aún más debido a la rebelión de algunos miembros de la CDU local que durante semanas ignoraron las consignas de la casa madre en Berlín y en febrero votaron a favor de un candidato liberal que logró la mayoría con los votos también de la ultraderecha. Nunca antes había sucedido y en Berlín se interpretó como la ruptura del cordón sanitario y se llamó a revertir el proceso. El liberal elegido acabó dimitiendo poco después. Pero, además, en Turingia es el ala más extremista de AfD la que rige el partido ultra. Su hombre fuerte es Björn Höcke, el político que no duda en coquetear con el negacionismo del Holocausto y al que muchos políticos alemanes califican sin complejos de “nazi”.

Para terminar de enredar las cosas, un caso sospechoso de coronavirus en un diputado regional de la CDU hizo temer durante unas horas la cuarentena de todo el grupo parlamentario y el consecuente nuevo bloqueo político en Turingia. Al final, el resultado del análisis fue negativo y la votación pudo celebrarse.

En esta nueva convocatoria, Ramelow y Höcke se enfrentaron por el liderazgo del Gobierno de Erfurt. Era evidente desde el principio que la ultraderecha no lograría la mayoría, porque todo el resto de partidos se niega a cooperar directa o indirectamente con ellos. Pero a la vez, tampoco se daba por sentada una victoria de Ramelow, que contaba con el apoyo de socialdemócratas y Los Verdes, sus socios durante los últimos cuatro años, pero al que le faltaban cuatro votos para lograr la mayoría absoluta en las dos primeras votaciones.

Único candidato

Estando así las cosas, Ramelow fracasó en la primera votación y en la segunda. Entonces Höcke decidió retirarse de la carrera. Ante la deserción, en la tercera votación, para la que solo se requiere mayoría simple, Ramelow figuraba como único candidato, lo que sembró las dudas sobre la legalidad de un proceso en el que el ganador no había competido contra nadie. Ramelow logró 42 votos de los 85 emitidos. Los diputados de la CDU se abstuvieron en un nuevo ejercicio de contorsión política, allanando el camino para la formación de un Gobierno dirigido por La Izquierda.

Pasadas las cuatro de la tarde, Ramelow, el candidato de Die Linke, hasta ahora jefe de Gobierno y un antiguo sindicalista, era proclamado ganador. Gobernará en minoría hasta abril 2021, fecha en la que se celebrarán nuevas elecciones, según lo pactado. En Berlín respiraron. El cordón sanitario seguía en pie. En el hemiciclo de Erfurt, Höcke se acercó al ganador para estrecharle la mano. Ramelow no se la dio.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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