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Muere Dilan Cruz, el joven que recibió un disparo de un policía durante las protestas en Colombia

Símbolo de las movilizaciones en su país, ha muerto este lunes por un tiro de los antidisturbios

Uno de los memoriales en honor a Dilan Cruz. En vídeo, imágenes de las protestas en Colombia.
Catalina Oquendo

Dilan Cruz, el joven que se ha convertido en el rostro de las protestas en Colombia, ha perdido la vida este lunes, justo el día en que se graduaba del colegio y mientras muchos estudiantes como él seguían marchando por las calles de Bogotá con cacerolas y cánticos contra el Gobierno de Iván Duque y el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía que le disparó el sábado pasado en el centro de la capital colombiana, cuando marchaba pacíficamente.

La noticia, dada a conocer por el hospital San Ignacio, corrió como un rayo de dolor entre miles de jóvenes colombianos que pasaron frente al centro médico, donde era atendido. En días pasados le cantaban “fuerza Dilan” o “todos somos Dilan”, oraban y le dejaban flores y velas en su nombre. Todavía el pasado domingo su estado de salud era grave, pero muchos guardaban la esperanza de que se recuperara. En la noche de este lunes los médicos advertían que su estado era crítico y finalmente anunciaron su muerte.

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El presidente de Colombia, Iván Duque, lamentó la muerte del estudiante. “Expresamos nuestras sinceras condolencias a su mamá, su abuelo y sus dos hermanas. Reitero mi solidaridad con esta familia”, dijo el mandatario que el sábado se vio obligado a hablar del suceso y anunciar una investigación al policía involucrado.

Su caso —aunque no era la primera denuncia por uso excesivo de la fuerza policial— va camino de convertirse en el rostro de la represión durante las protestas que ya suman cinco días. Pese a algunos focos aislados de violencia, las manifestaciones —sobre todo cacerolazos— han sido mayoritariamente pacíficas. La indignación de la calle tras difundirse las imágenes del joven desplomándose ha obligado al mandatario colombiano a pronunciarse y lamentar los hechos. “He ordenado la investigación urgente de este caso para esclarecer rápidamente lo sucedido y determinar responsabilidades. Nuestra solidaridad con su familia”, escribió Duque a través de su cuenta de Twitter.

Dilan tenía 18 años y estudiaba el último curso del colegio Ricaurte IED, en el sur de la ciudad. Su hermana, Denis Cruz, recibió su título en un acto emotivo. “Queremos que esto que pasó con Dilan no sea para más disturbios, para armar más violencia, en lo absoluto, queremos que esto sea un detonante para acabar con la violencia, con todo lo malo que está pasando en este momento en el país”, dijo al borde de las lágrimas, durante la ceremonia de graduación a la que él no pudo asistir. “Así como todos, Dilan también quiere la paz”, dijo en la mañana.

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También en el colegio sus compañeros habían realizado una marcha silenciosa para acompañarlo. Y aunque se decía que estaba en las protestas porque le habían negado un crédito para acceder a la universidad, el organismo que los entrega dice que nunca recibió esa solicitud. Ese, sin embargo, es uno de los reclamos que sacó a miles de estudiantes a las calles: la desigualdad en el acceso a la educación superior.

Después de oír las palabras de Denis, con quien había hablado telefónicamente la víspera, el presidente Duque publicó este lunes un comunicado en el que se identifica “plenamente con su mensaje”. “Denis ha pedido que tengamos a Dilan en nuestras oraciones y así lo hemos hecho. Estoy seguro de que millones de colombianos estamos elevando plegarias a dios por su vida y por su familia”, había manifestado el mandatario minutos antes de que se anunciara su muerte.

Este hecho, junto a “un significativo número de personas detenidas arbitrariamente y heridas gravemente”, ya ha provocado que la oposición y colectivos de abogados advirtieran a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la grave situación que se vive estos días en Colombia. Ninguna de las intervenciones de los agentes antidisturbios del sábado se justificaba, aseguran fuentes cercanas a los senadores Iván Cépeda y Antonio Sanguino, al tiempo que expresan su “profunda preocupación” ante un eventual decreto de estado de conmoción interior, “que podría provocar un detrimento de libertades fundamentales y un aumento de la militarización.

Pero el de Dilan no es el único caso. La policía ha admitido que hay doce indagaciones y en Cali hay ciudadanos que informan de que Duván Villegas, otro estudiante que recibió un disparo durante el toque de queda en esa ciudad, se encuentra grave, sin movilidad en las piernas.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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