Boris Johnson y el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, competirán por el liderazgo del Reino Unido
Michael Gove ha quedado eliminado por apenas dos votos en la quinta ronda de votación
Un mismo destino, el Brexit, y dos caminos diferentes para alcanzarlo. Los 160.000 afiliados del Partido Conservador deberán decidir en las próximas semanas si depositan su confianza en Boris Johnson, con un historial alocado e imprevisible pero paladín de la causa antieuropea, o en el ministro de Exteriores Jeremy Hunt, con una imagen de sensatez y responsabilidad que convence a muchos diputados tories, pero despierta recelos entre el poderoso grupo de los euroescépticos, que le definen como una “Theresa May con pantalones”.
Se confirmaron los pronósticos y la única sorpresa en esta primera fase de las primarias conservadoras fue el nombre del segundo candidato. Estaba cantado que Johnson, el favorito de las bases y de las encuestas y el hombre en quien el ala dura del partido deposita toda su confianza para lograr que el Brexit sea una realidad, lograría llegar en primera posición a la parrilla de salida. Más dudas había sobre quién sería su rival, y al final los diputados tories han elegido al ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.
En la última ronda de descarte, la quinta votación del grupo parlamentario, Johnson obtuvo el respaldo de 160 de los 313 diputados. Mayoría absoluta. “Me siento profundamente honrado de haber logrado más del 50% de las papeletas en la votación final. Gracias a todo el mundo por su apoyo. Espero ya con ganas poder recorrer todo el Reino Unido y explicar mis planes para que el Brexit sea una realidad, para unir a nuestro país y para construir un futuro más brillante para todos nosotros”, ha dicho Johnson en su cuenta de la red social Twitter.
Hunt, con 77 apoyos, ha obtenido el segundo puesto y queda consolidado como el rival que se enfrentará al exalcalde de Londres en la lucha por el respaldo de los 160.000 afiliados del partido. Se ha elegido a un político que, como la todavía primera ministra May, hizo campaña por la permanencia del Reino Unido en la UE durante el referéndum de 2016, y al que un lento proceso de asimilación le ha convencido de que debe cumplirse con el mandato del Brexit, como único modo de salvar a un Partido Conservador en proceso de extinción. Hunt ha contado con el respaldo de todos aquellos diputados que desconfían de la excesiva locuacidad y del carácter atrabiliario, exagerado e imprevisible de Johnson.
“No era el favorito, pero en política las sorpresas ocurren, como ha pasado hoy”, ha dicho Hunt al conocer el resultado que le clasificaba para la lucha final por el liderazgo del partido y, de modo inmediato, el puesto de primer ministro del Reino Unido. “No tengo ninguna duda de la responsabilidad que se ha posado sobre mis hombros. Demostraré a mi partido cómo podemos hacer efectivo el Brexit y evitar unas elecciones; cómo propulsaremos nuestra economía y lograremos que nuestro país vuelva a caminar con orgullo por el mundo”.
Por apenas dos votos de diferencia (75 papeletas), el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, quedaba fuera de la competición. El hombre que protagonizó junto a Johnson la campaña a favor del Brexit en 2016 no ha logrado que volvieran a confiar en él muchos de sus antiguos compañeros de filas en la causa euroescéptica.
Cuentas pendientes
Las razones de su derrota no se reducen a una explicación simple, pero llevan todas a la conclusión de que Gove tenía cuentas pendientes que ha acabado por pagar. Muchos no le han perdonado su traición de última hora hace ahora tres años a Johnson, cuando se comprometió a dirigir su campaña para suceder a David Cameron y acabó abandonándole horas antes de que lanzara su candidatura y cuestionó públicamente sus capacidades para liderar el país. Tampoco le ha ayudado su confesión, hace quince días, de que flirteó con la cocaína hace dos décadas, durante su etapa como periodista. En vez de lograr comprensión y solidaridad, despertó rencillas personales y acusaciones de hipocresía y fariseísmo. Y finalmente, su propio equipo aireaba ayer las sospechas de que los hombres de Johnson habían colocado, como fichas de un ábaco, sus votos de sobra para eliminar la posibilidad de que Gove llegara a la fase final.
“Tan solo deseo dar las gracias a mi brillante equipo de campaña”, ha dicho el candidato derrotado. “Ha sido todo un honor haber tenido la oportunidad de exponer mi visión de futuro para este gran país y felicito efusivamente a Boris y a Jeremy”. Con apenas 51 años, Gove sobrevivió y medró con Cameron y sobrevivió y medró con May. El político más astuto de los últimos tiempos en la escena británica sabe que las derrotas en su profesión nunca son definitivas, apenas metas volantes.
Desde la barrera en las últimas dos semanas, el Partido Laborista comenzó este mismo jueves a cuestionar la personalidad y los logros de los dos candidatos al puesto de primer ministro. “Vaya elección. El hombre que destrozó el Sistema Nacional de Salud [Hunt estuvo al frente de ese Ministerio] o el que nos quiere vender a Donald Trump. Un puñado de diputados conservadores no pueden elegir a nuestro primer ministro. La ciudadanía debe poder expresarse a través de unas elecciones generales”, ha dicho el coordinador nacional de campaña de los laboristas, Andrew Gwynne, después de conocer el resultado. Johnson y Hunt protagonizarán su primer debate cara a cara el 9 de julio.
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