Los euroescépticos se vuelcan en la candidatura de Boris Johnson para salvar el Brexit
El exalcalde de Londres ofrece unir al partido y al país si se hace con el liderazgo conservador
La única persona capaz de derrotar a Boris Johnson —y ya hay precedentes— sería el propio BorisJohnson. El exalcalde de Londres ha presentado este miércoles su campaña para liderar el Partido Conservador, arropado por los principales euroescépticos de la formación. Cualquier duda sobre su imprevisible carácter o su programa político ha quedado aparcada, ante su promesa de que el Reino Unido saldrá de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
“Después de tres años de debate y dos fechas de salida aplazadas,debemos abandonar la Unión Europea el próximo 31 de octubre”, anunció Johnson. “Un retraso sería una derrota. Un retraso significa entregar el poder a [Jeremy] Corbyn [el líder del Partido Laborista]. Una nueva patada hacia adelante de la pelota y estaremos muertos”. Era la metáfora para expresar el terror extendido entre todos los diputados conservadores de que el desastre del Brexit puede arrasar por completo el apoyo electoral del partido, en beneficio del ultranacionalista Nigel Farage, y que ese fraccionamiento del voto de derechas sería el trampolín para la victoria de los laboristas en unas elecciones.
Por eso los principales euroescépticos de la formación han decidido obviar las numerosas dudas que sigue levantando la atrabiliaria e imprevista personalidad del exalcalde de Londres y apostar por su liderazgo. “Boris Johnson nos ha convencido de que hará lo correcto. Y sabemos que, como primer ministro, haría las mismas cosas que hizo como alcalde. Porque no se sitúa a la derecha del partido, aunque sea el candidato elegido por el ala derecha. Boris es más bien lo que llamamos un One Nation (Una Nación) tory, y su posición está en la margen izquierda de la organización”, ha explicado a EL PAÍS Steve Baker, el número dos del Grupo de Investigaciones Europeas [la organización parlamentaria que agrupa a los euroescépticos]. Baker se ha especializado en disciplinar las filas de sus diputados y asegurar los apoyos, y está convencido de que en la primera votación de descarte, que se celebrará hoy, Johnson saldrá victorioso junto a tres o cuatro candidatos más.
Con el abogado general
Su campaña está siendo muy calculada, con apariciones mínimas ante los medios y un intento de transmitir la seriedad y el rigor que no ha tenido en los últimos años. Fue todo un golpe de efecto que la estrella invitada para presentar al candidato fuera Geoffrey Cox, el abogado general del Estado. Este brillante abogado ha sido leal hasta el último minuto a Theresa May, le ha plantado cara en las reuniones internas del Gobierno para explicarle lo que podía y no podía hacer jurídicamente, ha defendido apasionadamente el plan del Brexit de la primera ministra ante un Parlamento hostil, y, sobre todo, tiene la fama de metódico y riguroso de la que Johnson carece. “Son tiempos extraordinarios y necesitamos imaginación política y capacidad de liderazgo, en vez de respuestas burocráticas, para estar a la altura del reto”, ha dicho Cox.
Johnson aparece ahora mucho más centrado y decidido a dar la batalla que hace tres años, cuando la puñalada por la espalda de su entonces aliado y hoy rival, el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, le llevó a retirarse de la carrera el mismo día en que tenía previsto lanzar su candidatura. Ayer se presentó como el único capaz de hacer frente a las amenazas que suponen para el Partido Conservador Nigel Farage y Jeremy Corbyn, prometió acabar con las divisiones en el partido y en el país provocadas por el Brexit, y anunció un conservadurismo con preocupaciones sociales y medioambientales. Frente a una prensa que no dejaba de preguntarle por sus errores pasados y sus meteduras de pata, no se salió del guion y recordó constantemente su exitosa etapa al frente de la alcaldía de Londres.
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