Movilización contra el arresto de un periodista de investigación ruso
El reputado informador, conocido por destapar casos de corrupción, fue detenido por tráfico de drogas. Está bajo arresto domiciliario
El reputado periodista de investigación ruso Ivan Golunov, arrestado por la policía por intento de tráfico de drogas “en gran cantidad”, ha tenido que ser hospitalizado este sábado. El informador había denunciado ser víctima de una agresión policial. Horas después, fue dado de alta por un médico con vínculos con el Kremlin y trasladado a un tribunal de Moscú. La fiscalía pide dos meses de arresto previo. Un juez ha ordenado que quede bajo arresto domiciliario durante dos meses, tiempo para que se desarrolle la investigación. Mientras sus compañeros denuncian un caso inventado para castigarlo por su trabajo.
El arresto de Golunov, de 36 años, el jueves en Moscú ha desatado la indignación y los temores de los informadores independientes. Golunov es conocido por sus pesquisas sobre corrupción, desde el prominente medio independiente online Meduza. El informador y sus colegas afirman que las autoridades han “fabricado” los cargos con el objetivo de acallar sus investigaciones. El diario ha liberado los derechos de autor de los textos de Golunov --varios de ellos sobre escándalos de corrupción en la alcaldía de Moscú, que señalan a las altas esferas-- y anima a todos los medios a publicarlos y amplificar su mensaje.
“Nunca había pensado que asistiría a mi propio funeral”, ha dicho este sábado en el tribunal de Moscú que revisa su caso. En la calle, decenas de personas se reunieron para protestar por lo sucedido. Con gritos de "libertad", han exigido la liberación del periodista. Cuando se ha conocido la noticia de su arresto domiciliario --con prohibición de comunicarse--, quienes esperaban ante el tribunal han estallado en aplausos. Eran muchos los que temían que el informador volvería a prisión. Y que pasaría meses en una celda.
Golunov acudía a encontrarse con una fuente cuando fue detenido en la capital rusa el jueves. La policía asegura que en ese momento llevaba en la mochila una bolsa de cuatro gramos de mefedrona y que en el registro de su casa hallaron otras bolsas con droga y una balanza para pesarla. El periodista lo niega tajantemente. Afirma que las autoridades le han “plantado” la droga en la mochila ya en la comisaría, cuando durante el interrogatorio ha tenido que desprenderse de ella. Las autoridades tardaron 14 horas en informar de su arresto. Se enfrenta a cargos de hasta 20 años de prisión.
El abogado del informador asegura que, tras horas intentando que le trasladaran a un centro médico, fue ingresado en un hospital de Moscú. Allí, los médicos sospecharon que tenía dos costillas rotas, contusiones y un traumatismo craneoencefálico, según la versión de su abogado, que no se explica por qué no le dejaron hospitalizado.
Desde que se conoció su arresto, el viernes, cientos de personas se han ido congregando en puntos estratégicos de las principales ciudades de Rusia; como frente a la comisaría donde fue trasladado o el Ministerio del Interior. Allí, de uno en uno sostenían una pancarta en lo que se conoce como “piquetes solitarios”, una creativa maniobra para sortear la dificultad de manifestarse en Rusia sin autorización. Algunos piquetes se han saldado con varias detenciones.
Casi 6.000 periodistas, en su mayoría rusos, han firmado una carta en su defensa. Y llaman la atención sobre el caso que ven como ser otro intento del poder de acallar las voces de los informadores independientes.
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